M¨²sica contra la adversidad

Gema Mart¨ªn Consuegra ten¨ªa 24 a?os el d¨ªa que un oftalm¨®logo le anunci¨® con gesto compungido: "Sospecho que usted padece esclerosis m¨²ltiple". Ella ni siquiera hab¨ªa escuchado nunca el nombre de esta enfermedad degenerativa, pero el tono fue lo bastante sombr¨ªo como para que agarrase la mano de su padre y comprendiera que, a partir de ese momento, las cosas solo podr¨ªan ir a peor.

Mart¨ªn suma hoy 47 primaveras y a veces se despierta "con dolores horribles por todo el cuerpo", pero nadie lo imaginar¨ªa. Sonr¨ªe a cada rato, alardea de buen humor y presume de edad porque "cada a?o que cumplo es una victoria". Y su padre, a los 83, no se pierde ni un concierto de Vilma y los Se?ores, la banda con la que Gema -cantante, letrista y compositora- se las ha ingeniado para mantenerse activa y feliz.

"Una enfermedad como esta te ense?a a no dar importancia a las tonter¨ªas"

La escoltan tres instrumentistas de lujo: su marido, el bater¨ªa Ricardo Moreno (Los Ronaldos); el guitarrista David Gwynn y el bajista Juan de Dios Mart¨ªn (Deluxe). Los cuatro presentaban anoche en El Sol los temas de su segundo disco, Tempus fugit, un ¨¢lbum esperanzado pese al t¨ªtulo y las circunstancias. "El tiempo se escapa, s¨ª", reflexiona Gema, "y eso provoca que le demos al coco m¨¢s vueltas de las debidas. Pero hago balance y creo que vivir merece la pena. Tengo fe en la amistad o en mi pareja, pero sobre todo tengo fe en m¨ª misma. En eso se resume todo".

La hoy autora de piezas como Siete soles o He quemado mi barca (m¨²sica fronteriza, entre Chavela Vargas, Mar¨ªa Dolores Pradera y Nick Cave) era hasta hace poco profesora de lengua en FP. "Me gustaba el trabajo, pero me sent¨ªa como Wilt, el personaje de Tom Sharpe que ense?aba literatura a chicos de Mec¨¢nica", rememora. Un d¨ªa lleg¨® tarde a casa. "?De d¨®nde vienes?", le pregunt¨® Ricardo. "Es que me he apuntado a clases de canto", le respondi¨® ella.

Admite que a veces le abruma su condici¨®n de novata entre m¨²sicos avezados, pero la "osad¨ªa" hace el resto. Eso y que Ricardo le preguntase una tarde por una canci¨®n que andaba tarareando con la guitarra. "Pues es m¨ªa y tengo escritas 18 m¨¢s", le contest¨®. "Una enfermedad como la m¨ªa", resume, "te ense?a a priorizar y a no dar importancia a las tonter¨ªas. Gracias a eso, ahora soy tolerante incluso con quienes no les gustan Siouxsie & The Banshees...". Y la esclerosis vuelve a perder la batalla contra la sonrisa contagiosa de Gema.