ETA en Venezuela
Ch¨¢vez dice rechazar a la banda, pero no hace nada ante los indicios de tolerancia con ella
El embajador de Venezuela en Madrid insinu¨® ayer, y luego matiz¨® a medias, que las declaraciones de dos etarras detenidos la semana pasada en Guip¨²zcoa sobre su participaci¨®n en un cursillo de adiestramiento terrorista celebrado en ese pa¨ªs pudieran haber sido arrancadas irregularmente. El embajador tambi¨¦n aventur¨® la hip¨®tesis de que pudiera tratarse de una estrategia defensiva de los detenidos para "aminorar la pena".
Lo primero es una grave acusaci¨®n lanzada a voleo, impropia de un diplom¨¢tico. Y si no se puede excluir que Xabier Atristain y Juan Carlos Besance hayan confesado con la esperanza de ganarse la benevolencia de los jueces, eso no es un argumento contra la veracidad de su testimonio. Tambi¨¦n es cierto que ni siquiera la confesi¨®n es prueba suficiente de la utilizaci¨®n del territorio venezolano para ese menester. Pero de esa utilizaci¨®n hay otros indicios potentes: el ordenador del ex jefe de las FARC Ra¨²l Reyes, un documento incautado en mayo de 2008 al entonces jefe de ETA Thierry librando el dinero necesario para un cursillo sobre armas y explosivos en Venezuela, las declaraciones de desmovilizados de las FARC. A ello se une ahora esta declaraci¨®n autoinculpatoria de dos etarras, incluida en un auto judicial.
Son indicios que requerir¨ªan una investigaci¨®n por parte de las autoridades venezolanas, y no la simple y enf¨¢tica negaci¨®n. En el comunicado conjunto suscrito en marzo pasado por los Gobiernos de Caracas y Madrid se incluye el compromiso expreso de "colaboraci¨®n judicial y policial contra ETA". El propio Hugo Ch¨¢vez, tras negar credibilidad a las declaraciones de "criminales sanguinarios" reiter¨® ayer su "rechazo sin paliativos a ETA", lo que fue considerado por el Ministerio de Asuntos Exteriores como respuesta "contundente" y "adecuada".
Sin embargo, lo adecuado de la actitud del Gobierno venezolano no depende de la adjetivaci¨®n o la prosodia empleada, sino de las actitudes. Y ni siquiera ha sido tomada en consideraci¨®n la petici¨®n cursada en marzo por la Audiencia Nacional para la extradici¨®n de Arturo Cubillas, ya citado en otros procedimientos anteriores y se?alado ahora por los declarantes como uno de los dos etarras que impart¨ªan el cursillo. El hecho de estar nacionalizado tras casarse con una venezolana se ha citado como argumento para no conceder esa extradici¨®n, pese a que expertos juristas consideran que ser¨ªa posible; y por otra parte, Cubillas ocupa un cargo en la Administraci¨®n venezolana. ?No ser¨ªa l¨®gico abrir una investigaci¨®n y separarlo entre tanto del puesto?
Es cierto que las declaraciones de los etarras se refieren a hechos anteriores al comunicado conjunto de marzo, y que lo importante es que Ch¨¢vez cumpla ese compromiso. Pero no lo har¨¢ mientras la ¨²nica estrategia de Moratinos sea evitar que se enfade el caudillo caribe?o, olvidando que tambi¨¦n ¨¦l est¨¢ interesado en una buena relaci¨®n con Madrid.
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