Mi madre podr¨ªa ser mi abuela
Las parejas retrasan a¨²n m¨¢s la edad de tener su primer beb¨¦ - Los psic¨®logos advierten de los riesgos de un "abismo generacional" entre padres e hijos
Joan asisti¨® la semana pasada en Barcelona a su ¨²ltima clase de preparaci¨®n al parto. Su mujer, Silvia, sale de cuentas dentro de tres semanas. Tendr¨¢n una ni?a que se llamar¨¢ Val¨¨ria. Joan y Silvia tienen 30 a?os, pero eran los m¨¢s j¨®venes en el cursillo porque el resto de las parejas se asomaba a los 40. Sin embargo, ambos responden al mismo patr¨®n espa?ol. La edad para tener el primer hijo se situ¨® en 2008 -el ¨²ltimo dato registrado- en los 29,3 a?os. Sin embargo, dos d¨¦cadas antes, en 1988, era de tres a?os menos (26,3). Y esta tendencia no tiene visos de quebrarse, al menos entre la poblaci¨®n espa?ola aut¨®ctona.
Entre las razones de este cambio las hay econ¨®micas y sociales pero tambi¨¦n cient¨ªficas: los progresos en las t¨¦cnicas de fecundaci¨®n in vitro han provocado que muchas mujeres retrasen hasta bien entrada la treintena la edad para tener su primer hijo para as¨ª poder desarrollar antes su carrera profesional. Si antes los hijos se daban por supuestos en un matrimonio -como una consecuencia l¨®gica- ahora tener hijos se planifica.
No existe un patr¨®n de patolog¨ªas entre los nacidos de progenitores a?osos
Los expertos recomiendan marcar los roles y poner l¨ªmites
"A las parejas mayores los cr¨ªos les pillan cansados", dice un especialista
La empat¨ªa disminuye cuanto mayor es la diferencia de edad
Perder el referente del padre puede ocasionar un trauma a los ni?os
La principal raz¨®n para tener un hijo ha de ser el amor y el deseo de la pareja
De esta manera, cuando Val¨¨ria se asome a la edad adolescente, sus padres rondar¨¢n los cuarenta y pico. Una edad m¨¢s o menos ideal, seg¨²n los expertos, para conectar y educar mejor a los hijos. En cambio, hace apenas dos semanas, el hist¨®rico diputado de Converg¨¨ncia i Uni¨® Josep S¨¢nchez Llibre fue padre a los 60 a?os. El diputado se acercar¨¢ a los 80 cuando Daniela, su hija, empiece a salir por las noches de juerga.
?Es bueno o pernicioso ese salto de edad entre padres e hijos? ?Cu¨¢l es el lapso de a?os perfecto? Una distancia generacional se considera id¨®nea por los expertos porque ayuda a subrayar el rol de cada uno y a mantener el principio de autoridad. Pero esa diferencia no debe ser un "abismo", como advierte el psic¨®logo barcelon¨¦s Joseph Knobel Freud. "El adolescente que necesita enfrentarse a su padre, echarle un pulso porque una noche quiere irse de copas, resulta que se va a encontrar con un abuelo, porque su padre tiene 60 a?os o m¨¢s. Y con esa diferencia de edad la conectividad generacional es menor", comenta.
Knobel explica que hace apenas unos d¨ªas tuvo que atender en su consulta a un padre de cerca de 50 a?os y a su hijo. El chaval le hab¨ªa dado un empuj¨®n al padre hasta hacerle perder el equilibrio y caer, porque este le agarr¨® por el brazo para llevarle por la fuerza al instituto. "Es que ya no tengo la fuerza de antes", se lament¨® el progenitor. Y este episodio puede extrapolarse a experiencias de car¨¢cter menor, como el simple hecho de ense?ar a montar en bicicleta, que a veces obliga a doblar el espinazo y mantener un ritmo acelerado. "Es que les pilla cansados", argumenta Knobel. Y este alejamiento puede agrandarse, por ejemplo, con las nuevas tecnolog¨ªas o las redes sociales, porque los padres mayores desconocen todo este nuevo mundo de facebook, ipod o consolas de juegos interactivos.
El psic¨®logo Pere Font, director del Instituto de Estudios de la Sexualidad y la Pareja, tiene 54 a?os. Es padre de una ni?a de 11 y no cree que su edad le suponga una desventaja, tanto en su caso como en el resto, para educar a los hijos, aunque admite, como su colega, que carece de las energ¨ªas de la juventud. "Quiz¨¢ me ha pillado m¨¢s cansado y, por supuesto, no voy a levantarme a las siete de la ma?ana un domingo para irme de excursi¨®n o a jugar a la pelota en la playa, pero puedo ense?arle a jugar a las damas o al ajedrez. A colonias y a la playa puede ir con sus amigas".
Hay dos factores que aportan madurez a la hora de la educaci¨®n de los hijos. El primero, haber tenido otro con anterioridad. Y el segundo, la experiencia que se adquiere con la edad. Eso no impide que, en algunas ocasiones, se cometan los mismos errores y se reproduzca una serie de patrones de comportamiento con los hijos que los padres se prometieron no repetir. "Es que los padres, sea cual sea su edad, reproducen en la educaci¨®n de los hijos la manera en que ellos fueron educados. Son surcos marcados en el subconsciente. No repites la manera de educar, que ser¨ªa sintom¨¢tico, pero tampoco innovas mucho", avisa Joseph Knobel. Y lo ejemplifica en el tipo de castigos.
Lo dif¨ªcil, seg¨²n los psic¨®logos, es poner l¨ªmites a los hijos. Y seg¨²n el psic¨®logo Font, explicando su propia experiencia, a edades avanzadas se es m¨¢s flexible, lo que no tiene por qu¨¦ ser un inconveniente. "Las broncas con mi hija no aparecen por cualquier cosa. Y si surgen nos sentamos y hablamos. Creo que mi hija ha tenido una gran suerte al tener unos padres que han corrido mucho en la vida, que han cometido errores y que ven las cosas desde otra perspectiva".
"No existe un patr¨®n de patolog¨ªas comunes", a?ade Knobel Freud, "en los hijos con padres mayores. La gran patolog¨ªa es la falta de l¨ªmites que quiz¨¢ cuanto mayor es el padre m¨¢s dif¨ªcil es marcarlos. Hay que poner a cada uno en su sitio y remarcar la diferencia generacional. T¨² eres el hijo y yo soy el padre, no somos dos amigos. Pero tambi¨¦n creo que es algo com¨²n al resto de la sociedad actual".
A fin de imponer esa autoridad y fijar barreras infranqueables, una buena salida pasa por educar a los hijos en la cultura del esfuerzo, m¨¢s enraizada en los padres de m¨¢s edad y no tanto en los j¨®venes. Sin embargo, no es una formaci¨®n sencilla porque muchas parejas la confunden con la cultura del trueque, es decir, "tendr¨¢s una moto si apruebas los ex¨¢menes", cuando lo fundamental es estudiar para aprender, no para obtener una recompensa material o econ¨®mica. "Lo importante es saber valorar lo que uno realiza", puntualiza Knobel.
La experiencia es fundamental para el quehacer diario. "Unos padres j¨®venes son m¨¢s nerviosos. Solo hay que fijarse en las urgencias de los hospitales, est¨¢n plagadas de parejas j¨®venes con los ni?os. Cuando eres mayor no llevas al chaval a urgencias por una mancha en la mano", comenta Font.
Pero ser padre a una edad avanzada presenta un serio inconveniente estad¨ªstico. Y aunque el argumento pueda resultar funesto, es clar¨ªsimo: por ley de vida la gente mayor se muere antes que la joven. Y perder esos referentes puede producir un grave trauma en los ni?os. "Si eres mayor puedes acudir al entierro de uno de tus progenitores con tu esposa, con tus hijos y con amigos de toda la vida. Es menos pesado sobrellevarlo de esta manera. Pero un adolescente, ?qu¨¦ hace? ?Se presenta al instituto diciendo que se le ha muerto el padre?", reflexiona Knobel, quien recuerda que la edad de la pareja es un factor de idoneidad para adoptar un ni?o.
Es tan importante, en este sentido, el referente del padre como el de los abuelos, circunstancia que se perder¨¢n los hijos con progenitores de avanzada edad. La relaci¨®n intergeneracional abuelos-nietos es primordial para el desarrollo del ni?o, coinciden los psic¨®logos, no solo porque se establece una conexi¨®n muy particular sino tambi¨¦n por el hecho de que a veces pueden hacer de canguros y liberar a los padres durante un d¨ªa o noche de esa pesada tarea. No obstante, en la sociedad actual se abusa de la figura del abuelo-canguro, que siempre es perniciosa. "Los padres han de comprar los libros, los abuelos las chuches", comenta Joseph Knobel.
Este psic¨®logo apunta otro factor que, en ocasiones, pasa inadvertido y que tampoco es tenido en cuenta, se?ala, por muchos ginec¨®logos a la hora de efectuar fecundaciones in vitro a edades avanzadas. Y es el hecho de poder amamantar al beb¨¦, que en ciertas edades es fisiol¨®gicamente imposible. "Ese cuerpo a cuerpo del ni?o con la madre es fundamental para el psiquismo infantil", recuerda.
En cualquier caso, la principal raz¨®n para tener un hijo es el deseo, se?alan los expertos. Y ese amor es el que deben transmitir los padres a sus hijos independientemente de su edad. Pero siempre hay que tener en cuenta si ese deseo es personal o compartido con la pareja o, en cambio, obedece a un rol social o a cierta presi¨®n familiar. "Cuando una mujer soltera viene a mi consulta y me comenta que quiere adoptar un beb¨¦ lo primero que le pregunto es si se lo ha dicho a sus padres", admite Knobel Freud. Y concluye: "Hay que acabar con el mito de que tener hijos es maravilloso. Quiz¨¢ s¨ª, pero es muy duro, dif¨ªcil y complicado".
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