El desastre que amenaz¨® Do?ana

El s¨¢bado 25 de abril de 1998 4.600 hect¨¢reas de la cuenca del r¨ªo Guadiamar en Aznalc¨®llar (Sevilla) amanecieron cubiertas de aguas ¨¢cidas y lodos procedentes de desechos que se almacenaban en una balsa minera explotada por la multinacional sueca Boliden. La rotura de la presa verti¨® 4,5 millones de hect¨®metros c¨²bicos de desechos con una alta concentraci¨®n de cinc y ars¨¦nico, puro veneno para la tierra, la vegetaci¨®n y la fauna de la zona. Pero las dimensiones del desastre pod¨ªan multiplicarse si el vertido corr¨ªa r¨ªo abajo y llegaba al Parque Nacional de Do?ana, hogar o zona de paso de decenas de especies protegidas.

Evitar que el vertido tocase Do?ana se convirti¨® en la principal misi¨®n de las administraciones y oblig¨® al PP (entonces en el Gobierno central) y al PSOE (en la Junta de Andaluc¨ªa) a aparcar sus pugnas pol¨ªticas y trabajar mano a mano. Se construyeron tres diques con los que se consigui¨® desviar el cauce del r¨ªo y alejar del parque natural las aguas contaminadas. Despu¨¦s, vinieron m¨¢s de tres a?os de trabajo para retirar el lodo y limpiar las tierras contaminadas, una labor en la que las administraciones se dejaron guiar por un comit¨¦ de cient¨ªficos. Y, por ¨²ltimo, una tarea no menos compleja: regenerar ambiental y econ¨®micamente la zona.

La recuperaci¨®n ambiental supuso hacer del valle afectado un corredor verde que en el a?o 2001 fue declarado zona forestal y en 2003 qued¨® incluido en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andaluc¨ªa. Pero el vertido se hab¨ªa llevado tambi¨¦n por delante m¨¢s de 200 fincas agrarias y la actividad minera que sustentaba buena parte de la econom¨ªa de Aznalc¨®llar y su comarca. La meta que se propusieron las administraciones fue convertir el paisaje del desastre ecol¨®gico en el estandarte del desarrollo sostenible.

Los antiguos terrenos de la mina acogen ahora el Parque de Actividades Medioambientales de Andaluc¨ªa, la mayor concentraci¨®n nacional de empresas dedicadas a actividades vinculadas al medio ambiente, como plantas de reciclaje e instalaciones de energ¨ªa fotovoltaica.

Los proyectos ya en marcha o comprometidos suponen una inversi¨®n cercana a los 40 millones de euros. Mucho m¨¢s, alrededor de 240 millones, cost¨® a las administraciones frenar el vertido y reparar sus consecuencias. Pero la empresa Boliden sigue, 10 a?os despu¨¦s, sin pagar ni un euro de aquella inversi¨®n y las administraciones contin¨²an a la espera de que se resuelva el contencioso abierto contra los bienes de la empresa en Suecia.