Una empresa municipal contrata un curso de formaci¨®n que incluye pr¨¢cticas de tiro
Promoci¨®n Madrid gasta 16.000 euros para un curso en un centro de formaci¨®n de escoltas - La actividad se cancel¨® por la oposici¨®n de los empleados
Mi¨¦rcoles 25 de noviembre de 2009. A las ocho y media de la ma?ana un grupo de 12 empleados de la empresa municipal Promoci¨®n Madrid, dedicada a fomentar el turismo en la capital, se sube a un autob¨²s con destino a Alpedrete. All¨ª se extienden 48.000 metros cuadrados de un centro de formaci¨®n para polic¨ªas, vigilantes de seguridad y escoltas. Les espera un curso obligatorio pensado para reforzar su trabajo en equipo.
La iniciativa, impulsada por el departamento de Recursos Humanos para reforzar los lazos entre los empleados, cost¨® 16.397 euros, pero no pudo concluirse porque varios trabajadores se negaron a pegar tiros con pistolas de aire comprimido, a unirse con sus compa?eros mediante una cuerda que deb¨ªan meterse por el interior de la ropa o a completar refranes que les parecieron machistas.
Los responsables reconocen que no volver¨ªan a contratar el curso
"?T¨² pagas a tu mujer?", pregunt¨® un instructor a un trabajador
La jornada, que comenz¨® con una charla te¨®rica, se anim¨® cuando el instructor pidi¨® a los empleados que se presentasen mediante un juego que consist¨ªa en encontrar al compa?ero que completaba el refr¨¢n que cada uno ten¨ªa escrito en un papel.
Los dichos pretend¨ªan tener gracia y se plantearon en clave de humor: "Cr¨ªa cuervos... y tendr¨¢s muchos", "Quien a buen ¨¢rbol se arrima... epidemia" -este les descoloc¨®- o, el que m¨¢s chirri¨®, "La mujer y la sart¨¦n... en la cocina est¨¦n". "Eran refranes que llevados al ¨¢rea profesional buscaban suscitar el debate", justifica la gerente de la empresa p¨²blica, Beatriz Ballesteros.
Tras las presentaciones ficticias -ya que todos se conoc¨ªan-, el instructor pas¨® a explicarles qu¨¦ era comunicar, vender o pagar. Pregunt¨® al que era el equipo de la ya clausurada televisi¨®n local (esMADRIDtv) qui¨¦n se sent¨ªa vendedor o comercial, aunque luego tambi¨¦n se interes¨® por su situaci¨®n personal.
Concretamente, el instructor pregunt¨® qui¨¦n estaba casado o ten¨ªa pareja, "que para el caso es lo mismo", dijo. Algunos de los empleados levantaron la mano y entonces el profesor -aunque los participantes no saben aclarar con qu¨¦ intenci¨®n, se supone que pretend¨ªa explicar que hasta las relaciones personales suponen un intercambio, seg¨²n la empresa- les pregunt¨®: "?Tu mujer te paga?", "?t¨² pagas a tu mujer?", "?c¨®mo la pagas?". Las preguntas generaron cierta tensi¨®n. "El responsable respondi¨® de forma machista y soez, dando a entender que se refer¨ªa a que pagaba en carne", explica uno de los participantes.
El siguiente episodio que termin¨® de descolocar a los asistentes fue un juego de estrategia aderezado con "pruebas de habilidad". Para conseguir m¨¢s puntos, los dos equipos que se formaron se enfrentaron a una prueba de punter¨ªa con pistolas de aire comprimido. En una de las cuatro galer¨ªas de tiro con las que cuenta el centro se les invit¨® a disparar a una diana. Varios de los asistentes se negaron a realizar la prueba.
Tampoco participaron en otra que buscaba unir al equipo mediante una cuerda. Para hacerlo hab¨ªa que comenzar meti¨¦ndola por la pernera del pantal¨®n, seguir por la camisa, rodear el cuello y repetir la operaci¨®n hacia abajo. "No nos pareci¨® adecuado", sentencian dos participantes.
Tras una segunda y ¨²ltima jornada de curso, donde uno de los empleados se pas¨® el d¨ªa leyendo en la cafeter¨ªa del recinto y otros se negaron a participar en varias pruebas, las quejas llegaron al comit¨¦ de empresa. Varios trabajadores hab¨ªan manifestado su malestar por la obligatoriedad del curso, hab¨ªan criticado los m¨¦todos por machistas y poco apropiados, y aclararon que prefer¨ªan otro tipo de formaci¨®n, como cursos de idiomas o de inform¨¢tica, m¨¢s acordes a su funci¨®n de guionistas, administrativos, periodistas o dise?adores.
Cuando la aventura, que supuso un 25% del gasto en formaci¨®n de 2009, lleg¨® a los o¨ªdos del consejero delegado de Promoci¨®n Madrid, Pablo Bautista, la cancel¨®.
Los dos primeros d¨ªas de curso, a los que asistieron 21 empleados, costaron a la empresa municipal 8.223 euros. Es decir, que se invirtieron 391 euros en las ocho horas de formaci¨®n de cada trabajador. Quedaron otros dos cursos, valorados en 8.173 euros, que nunca se celebraron y que la empresa de formaci¨®n que se los factur¨® compensar¨¢ con otros de inform¨¢tica, asegura Bautista.
De las actividades que se programaron ese a?o solo hay un curso que lo supera en algo m¨¢s de 1.000 euros, uno para los 20 directivos -de 114 trabajadores- que hab¨ªa entonces.
Los responsables de la empresa p¨²blica, que depende de la Concejal¨ªa de Econom¨ªa, Empleo y Participaci¨®n Ciudadana, en manos de Miguel ?ngel Villanueva, defienden que este curso, "que a d¨ªa de hoy no se volver¨ªa a contratar", pretend¨ªa acabar con las rencillas que se hab¨ªan instalado en el departamento audiovisual, que acab¨® desintegrado con el desmantelamiento de la televisi¨®n p¨²blica y el consecuente despido de 9 de 23 de sus empleados. La reestructuraci¨®n se justific¨® con el recorte del 27% en su presupuesto de 27,6 millones que se acometi¨® para abordar la situaci¨®n de crisis.
Sin embargo, la propuesta econ¨®mica que la empresa de formaci¨®n (especializada en cursos de inform¨¢tica) envi¨® a Promoci¨®n Madrid demuestra que la empresa p¨²blica pretend¨ªa impartir el curso a toda la plantilla y no solo a ese departamento. Seg¨²n el documento que se envi¨®, estaba prevista la contrataci¨®n de otros cuatro cursos, que, de celebrarse, habr¨ªan aumentado el presupuesto hasta los 29.905 euros.
El grupo municipal de IU requiri¨® la semana pasada las facturas de estos cursos que no se presentaron ante el Consejo de Administraci¨®n del que forman parte concejales de la oposici¨®n. El concejal, ?ngel Lara, considera la actividad "un absoluto disparate" y "un despilfarro del dinero de los madrile?os tan descabellado o m¨¢s que la idea de inculcar a los trabajadores de una televisi¨®n municipal una formaci¨®n castrense con car¨¢cter obligatorio". "Alguien nos tendr¨¢ que explicar, y as¨ª lo exigiremos en la Comisi¨®n Informativa correspondiente, c¨®mo es posible que la cuarta parte de todo el dinero destinado a formaci¨®n laboral para el 2009 se destinara a un curso sobre juegos de guerra", explic¨®.
"Si el alcalde decidi¨® cerrar esMADRIDtv por motivos econ¨®micos parece l¨®gico que tome ahora decisiones sobre qui¨¦nes, con estos derroches, colaboraron a su defunci¨®n", zanj¨® Lara.
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