Detenidos el hijo y el abogado de Sakineh

Sajad Gaderzadeh, el hijo de Sakineh Ashtian¨ª -la mujer iran¨ª condenada a lapidaci¨®n por adulterio-, y su abogado, Javid Houtan Kian, se encuentran desde el domingo en paradero desconocido, probablemente detenidos por el Gobierno. Tambi¨¦n los dos periodistas alemanes que los entrevistaban. As¨ª lo asegura el Comit¨¦ Internacional contra la Lapidaci¨®n. Ese d¨ªa, Mina Ahadai, portavoz del comit¨¦, serv¨ªa, por tel¨¦fono desde Fr¨¢ncfort, de traductora a la entrevista que se desarrollaba en el despacho del abogado, en Tabriz, la localidad en cuya prisi¨®n est¨¢ Sakineh desde hace cinco a?os. Iban por la tercera pregunta cuando Ahadai comenz¨® a escuchar gritos por el tel¨¦fono. "?Qu¨¦ pasa?", chill¨®. No consigui¨® que nadie le respondiera.

Exteriores intenta evitar la expulsi¨®n de la corresponsal de EL PA?S

"Desde entonces hemos perdido todo el contacto con Sajad y con Javid. Tambi¨¦n con los periodistas alemanes. No sabemos d¨®nde est¨¢n ni qu¨¦ ha sido de ellos, pero sospechamos que han sido detenidos", explicaba ayer Maryam Mamazie, miembro de la organizaci¨®n Solidaridad con Ir¨¢n, pr¨®xima al Comit¨¦ Internacional contra la Lapidaci¨®n. Teher¨¢n solo ha confirmado la detenci¨®n de dos personas "que entraron con visado de turista y que quer¨ªan entrevistar al hijo de Sakineh", sin precisar la nacionalidad de los informadores, informa Reuters.

No solo se teme por la suerte de estas cuatro personas. Tambi¨¦n por la de quien les reuni¨®: Sakineh Ashtian¨ª. Su hijo y su actual abogado -el anterior, Mohammad Mostafae¨ª, huy¨® a Noruega en agosto- constitu¨ªan el ¨²nico hilo que un¨ªa a esta mujer encarcelada con el resto de la sociedad. Sin ellos, ser¨¢ muy dif¨ªcil saber qu¨¦ le ocurre, cu¨¢l ser¨¢ su destino. "Es un error, una falta irreparable y absurda", aseguraba ayer el fil¨®sofo y escritor franc¨¦s Bernard- Henri L¨¦vy, el intelectual m¨¢s comprometido con esta causa, en la web La r¨¨gle du jeu.

La situaci¨®n legal de Sakineh, de 43 a?os, es confusa. Tras saberse en julio que hab¨ªa sido condenada a morir lapidada por adulterio, la comunidad internacional se moviliz¨®. En septiembre, despu¨¦s de m¨²ltiples manifestaciones y condenas, Ir¨¢n anunciaba que la mujer no morir¨ªa lapidada. Pero pocos d¨ªas despu¨¦s aseguraba que lo har¨ªa ahorcada, condenada por asesinato, acusada de haber participado en el crimen de su marido. Ir¨¢n acusaba el golpe de la presi¨®n internacional, pero demostraba que no estaba dispuesto a ceder del todo y, ante su poblaci¨®n, hac¨ªa ver que no iba a obedecer ¨®rdenes extranjeras.

Houtan Kian, el abogado detenido el domingo, advert¨ªa hace solo unos d¨ªas a EL PA?S a trav¨¦s de un correo electr¨®nico que su defendida en ning¨²n momento hab¨ªa sido procesada por asesinato, que su condena por lapidaci¨®n y esta nueva imputaci¨®n no ten¨ªan nada que ver y que todo consist¨ªa, en resumen, en una maniobra del Gobierno iran¨ª que, a la postre, resultaba muy peligrosa para la mujer. El abogado asegur¨® que el expediente de la lapidaci¨®n segu¨ªa en marcha y record¨® dos entrevistas en la televisi¨®n iran¨ª en las que una mujer con la cara completamente cubierta, a la que identific¨® con Sakineh, aseguraba haber participado en el crimen de su marido junto con su primo y haber tenido con este una relaci¨®n extramatrimonial. Se trataba de una confesi¨®n p¨²blica en toda regla. Desde hace m¨¢s de 15 d¨ªas, ni los hijos de Sakineh ni Kian han podido visitarla.

Que la detenci¨®n se produzca en una entrevista es sintom¨¢tico del cada vez m¨¢s f¨¦rreo cerrojo que el r¨¦gimen iran¨ª aplica a la prensa, sobre todo desde las elecciones del a?o pasado. Entonces expuls¨® al corresponsal de la BBC. Ahora lo hace con la de EL PA?S, ?ngeles Espinosa, a la que ha dado 15 d¨ªas para abandonar Ir¨¢n. Mientras tanto, el jefe de la diplomacia espa?ola, Miguel ?ngel Moratinos, ha comenzado las gestiones para evitar la expulsi¨®n de Espinosa. El ministro habl¨® ayer con el embajador iran¨ª en Espa?a, Morteza Safari Natanzi, y ten¨ªa previsto llamar a su colega iran¨ª, Manucher Mottaki, para tratar de hallar una soluci¨®n al asunto.