Los portugueses vuelven a Angola
La crisis econ¨®mica convierte a la antigua colonia en el nuevo Eldorado
El fen¨®meno migratorio, un viejo conocido en Portugal (2,3 millones en todo el mundo), adquiere renovado protagonismo en tiempos de crisis. Pero la imagen de los portugueses que, maleta en mano, part¨ªan para trabajar en la construcci¨®n o en el servicio dom¨¦stico en Alemania, Francia, Reino Unido, Suiza o Espa?a, ha dado paso a la de profesionales j¨®venes. Muchos son reci¨¦n licenciados, que dirigen sus pasos hacia pa¨ªses como Angola, hu¨¦rfanos de mano de obra cualificada. La fuga de cerebros portugueses es la m¨¢s elevada de la OCDE, despu¨¦s de Irlanda, dice el economista ?lvaro Santos Pereira, autor del estudio El regreso de la emigraci¨®n portuguesa, donde revela que en la d¨¦cada 1998-2008 m¨¢s de 700.000 portugueses se marcharon del pa¨ªs.
Solo en el consulado de Luanda hay 85.000 residentes portugueses inscritos
En una conversaci¨®n telef¨®nica desde su despacho en la Universidad Simon Fraser de Vancouver (Canad¨¢), este economista vaticina una nueva oleada migratoria en Portugal, alimentada por las nuevas medidas de ajuste del Gobierno de Jos¨¦ S¨®crates. "Portugal, a diferencia de Espa?a, lleva en crisis los ¨²ltimos 10 a?os. El ¨ªndice de desempleo ya rondar¨ªa el 15% si no fuera por la emigraci¨®n". Cuando el ¨¦xodo hacia los destinos tradicionales en Europa sufri¨® un frenazo a ra¨ªz del estallido de la burbuja inmobiliaria y de la crisis financiera internacional, Angola irrumpi¨® como alternativa. Entre 2008 y 2009 los visados emitidos por el Consulado en Lisboa aumentaron de 20.000 a 46.000. Y el aumento contin¨²a.
Es imposible no recordar hoy que Angola, tras independizarse en noviembre de 1975, protagoniz¨® junto a las antiguas colonias portuguesas en ?frica el mayor proceso de repatriaci¨®n europea de la posguerra, que implic¨® a medio mill¨®n de personas, los retornados (5% de la poblaci¨®n portuguesa), que regresaron a la metr¨®poli. Solo de Angola salieron 300.000 antiguos colonos.
Seg¨²n el soci¨®logo Rui Pena Pires, vicerrector del Instituto Universitario de Lisboa que vivi¨® 20 a?os en Angola, "las generaciones m¨¢s j¨®venes quieren volver, pero no los retornados adultos, para quienes la independencia fue un golpe muy duro. Lamentablemente, no hay estudios de cu¨¢ntos retornados o hijos de retornados volvieron a Angola".
Hoy se llaman a s¨ª mismos expatriados. Desde el encargado de obra de construcci¨®n civil a muchos j¨®venes con t¨ªtulo universitario que lo tienen muy dif¨ªcil en Portugal y que en Angola se benefician de las grandes carencias. Los mayores ingresos del pa¨ªs proceden del petr¨®leo, gas y actividades derivadas, y de las minas de diamantes. Los emigrantes de la antigua metr¨®poli est¨¢n en ¨¢reas diversas, ingenier¨ªa, servicios, banca, seguros... "Angola es un mercado cada vez m¨¢s importante para Portugal, detr¨¢s de Alemania, Francia y Espa?a, y por delante de Estados Unidos", dice Francisco Ribeiro Telles, embajador portugu¨¦s. Las cifras que da el diplom¨¢tico hablan por s¨ª solas: 2.000 empresas de capital portugu¨¦s y mixto en sectores muy diversificados; 85.000 residentes inscritos en el Consulado en Luanda, la capital, y 12.000 en Benguela (oeste); 20 vuelos semanales entre Lisboa y Luanda que trasladan a unas 8.000 personas.
El perfil del expatriado ha cambiado significativamente. Hoy suele ser un cuadro t¨¦cnico joven, entre 25 y 30 a?os, que llega con un contrato de trabajo de entre tres y cinco a?os y que viaja con familia. "Un dato nuevo revela que muchos de los nuevos emigrantes portugueses llegan a Angola para quedarse cierto tiempo: la escuela portuguesa de Luanda tiene 1.600 alumnos y una lista de espera en torno a los 700", subraya el embajador.
Angola es, para muchos portugueses, una tierra de oportunidades. Desde el inicio del milenio el ¨ªndice de crecimiento anual se mantuvo en una media del 15% del PIB, que convirti¨® al pa¨ªs en la potencia emergente de ?frica, favoreci¨® un boom inmobiliario en Luanda y el enriquecimiento de una reducida clase dominante. Esta especie de Eldorado africano atrae a hombres de negocios, ciudadanos en busca de oportunidades y aventureros. No es un espejismo, pero no es oro todo lo que reluce y, aunque con menor impacto, la crisis internacional ha puesto fin al crecimiento de dos d¨ªgitos. Manuel Borges, angole?o de nacimiento, abandon¨® el pa¨ªs a los 13 a?os y no regres¨® hasta el a?o pasado, cumplidos los 47. Ingeniero de profesi¨®n, es gerente de una empresa de consultor¨ªa de proyectos. La situaci¨®n de Angola, explica, no puede entenderse sin tener en cuenta que el pa¨ªs estuvo en guerra durante 38 a?os y que la paz apenas se firm¨® en 2002. "Las necesidades son inmensas. No hay mano de obra cualificada, y muchos j¨®venes trabajan de d¨ªa y estudian de noche". Borges fue a la Universidad Agostinho Neto de Luanda, con el prop¨®sito de contratar licenciados de la Facultad de Ingenier¨ªa. "Fue una sorpresa may¨²scula. Cada a?o salen graduados una quincena de estudiantes, una cifra rid¨ªcula en un pa¨ªs donde est¨¢ todo por hacer".
La emigraci¨®n aporta efectos positivos, seg¨²n Santos Pereira. Las transferencias corrientes con los pa¨ªses africanos de lengua portuguesa tuvieron por primera vez en 2009 un saldo positivo para Portugal de 67,1 millones de euros. El grueso de dicha cifra (un aumento del 130% en comparaci¨®n con 2008) procede de las remesas de emigrantes portugueses en Angola, seg¨²n un informe del Banco de Portugal.
La falta de seguridad jur¨ªdica y f¨ªsica y las enormes dificultades para consolidar el Estado de derecho no impiden que los salarios en Angola sean atractivos para los profesionales portugueses que deciden emigrar.
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