Pol¨ªticas de empleo y principio de 'caja ¨²nica'
La financiaci¨®n auton¨®mica es un laberinto. Y lo peor es que cada vez que se retoca por alg¨²n motivo, el cambio consiste en a?adir un pasillo m¨¢s al laberinto previo, haci¨¦ndolo m¨¢s complicado e ininteligible a¨²n para el com¨²n de los mortales. Esta observaci¨®n del profesor Monasterio Escudero viene especialmente a cuento cuando se intenta analizar y explicar el reciente acuerdo de transferencia a la Comunidad Aut¨®noma Vasca de las pol¨ªticas activas de empleo, seg¨²n pacto arrancado por un PNV exultante a un Gobierno del PSOE en horas bajas. Porque tanto se ha escrito sobre el contenido y consecuencias de ese acuerdo que, ciertamente, nadie parece muy seguro de su alcance: ?rompe la llamada caja ¨²nica de la Seguridad Social? ?Privilegia al desempleado vasco con respecto al espa?ol? ?Es un chollo para Euskadi? ?Tiene alguna l¨®gica en un sistema auton¨®mico federalizante como el hispano?
Las nuevas transferencias al Pa¨ªs Vasco perjudican al sentido federal y al sentido com¨²n
Si queremos orientarnos en el laberinto, lo m¨¢s conveniente es empezar por el principio. Es sabido que el Pa¨ªs Vasco (y Navarra) gozan de un sistema peculiar de contribuci¨®n a las cargas comunes del Estado, el llamado sistema foral o de Concierto Econ¨®mico (Convenio en Navarra). Un sistema t¨ªpicamente confederal en su inspiraci¨®n y que fiscalmente asemeja a estos territorios m¨¢s a un Estado soberano que a uno integrado en una federaci¨®n. Y que produce resultados muy concretos: el sistema de Concierto beneficia al Pa¨ªs Vasco, puesto que es un sistema que proporciona en forma autom¨¢tica mayores recursos a la regi¨®n que lo utilice si esta es una de elevado nivel comparativo de renta. Ello porque le permite apropiarse de buena parte de los beneficios recaudatorios derivados de la progresividad del sistema impositivo.
Ahora bien, adem¨¢s y aparte de esta primera caracter¨ªstica del sistema de Concierto, sucede que la forma concreta en que se calcul¨® en su d¨ªa el "cupo", es decir, la cantidad que el Pa¨ªs Vasco abona al Estado como contraprestaci¨®n por las competencias retenidas por este, fue groseramente desviada de la realidad. No tanto en el porcentaje de contribuci¨®n que se asigna al Pa¨ªs Vasco (el 6,24%) como en la valoraci¨®n que se hizo en su d¨ªa de las competencias transferidas/no transferidas. Esta desviaci¨®n provoca que el rendimiento del sistema de concierto proporcione una incre¨ªble ventaja para la Administraci¨®n vasca, que seg¨²n estimaciones objetivas y fiables dispone de un nivel de financiaci¨®n p¨²blica per c¨¢pita para iguales competencias que otras CC AA (sanidad y ense?anza) que es el 165 en relaci¨®n al medio espa?ol de 100 (Ignacio Zubiri, datos de 2002).
Por esta raz¨®n, se produce el pasmoso hecho de que en las Balanzas Fiscales presentadas en 2009 por el Ministerio de Hacienda, Euskadi muestre un saldoequilibrado (ni contribuye ni recibe) a pesar de que dada su renta deber¨ªa mostrar un saldo fuertemente negativo, como les sucede a las CC AA "ricas" (Madrid, Catalu?a, Baleares). El privilegio vasco, en definitiva, es no tener que participar del coste de la solidaridad interpersonal e interregional en Espa?a.
Pues bien, en este marco general se ha producido el traspaso de las citadas PAE, que incluyen entre otras competencias y a lo que ahora nos interesa, las referentes a las bonificaciones en cuotas a la Seguridad Social por contrataciones indefinidas y de cuotas de formaci¨®n profesional. Y la valoraci¨®n de esta transferencia se ha realizado, esto es lo importante, por el mecanismo concertado; es decir, el Pa¨ªs Vasco recibir¨¢ el 6,24% del presupuesto espa?ol total para estas bonificaciones o descuentos (178 millones sobre el presupuesto total de 2010 que es de 2.850 millones) y reintegrar¨¢ con ese dinero a la Seguridad Social el importe real de las bonificaciones concedidas a empresas radicadas en Euskadi, siempre de acuerdo con la legislaci¨®n general al respecto. Lo llamativo del sistema adoptado (impuesto al Gobierno por el PNV) es que la transferencia se valora aprior¨ªsticamente en un porcentaje concreto (el 6,24%), a pesar de que ese porcentaje no guarda relaci¨®n alguna con la materia de que se trata (el 6,24% representa el peso de la econom¨ªa vasca en Espa?a). En efecto, el volumen de las bonificaciones otorgadas a empresas vascas depende solo del n¨²mero de contratos bonificados que estas empresas realicen, el cual no coincide con toda seguridad con el 6,24% del total de contratos bonificados a nivel nacional. Puede ser m¨¢s o menos, casi con seguridad m¨¢s por ser una regi¨®n din¨¢mica en creaci¨®n de empleo fijo, pero desde luego no es el 6,24%.
?Supone ello una ruptura del principio llamado de caja ¨²nica de la Seguridad Social? Ni por asomo. Para la Seguridad Social no cambia absolutamente nada, salvo que el reintegro de las bonificaciones otorgadas la efectuar¨¢ la Comunidad en lugar del Estado. Sus flujos y cuentas no cambian. ?Entra?a un privilegio substantivo para el Pa¨ªs Vasco o para el desempleado vasco? Tampoco, por lo menos en principio. Es m¨¢s, probablemente supondr¨¢ un perjuicio para las arcas vascas puesto que con el 6,24% del presupuesto espa?ol total de bonificaciones y reducciones de cuota (unos 174 millones) no les llegar¨¢ para financiar todas las que efectivamente se realizan en Euskadi (aunque la Seguridad Social se niega denodadamente a facilitar el dato, hay consenso en que se producen por valor de 200 millones como m¨ªnimo).
Solo en cuanto a ciertos servicios indirectos de apoyo al empleo puede hablarse de beneficio en forma de sobrefinanciaci¨®n, puesto que con solo un 2,36% de los parados espa?oles, Euskadi recibe el 6,24% del coste de esos servicios. Pero son de escasa importancia.
Entonces, ?qui¨¦n es el perjudicado? Pues, en el fondo, lo son tanto el sentido com¨²n como el sentido federal. Por una sencilla raz¨®n: porque se entrega con criterios territoriales al Pa¨ªs Vasco una competencia que por definici¨®n responde a criterios personales. Exactamente como si se estableciera en Espa?a un fondo de ayuda para madres solteras y se aceptase que al Pa¨ªs Vasco le corresponde el 6,24% de ese fondo, con independencia de cu¨¢ntas madres de esa condici¨®n existieran en Euskadi, fuese el 10% o el 2% del total, incluso si no existiera ninguna. Absurdo.
Se ha llegado a decir, conciliadoramente, que el sistema podr¨ªa generalizarse a todas las CC AA. Ser¨ªa ciertamente milagroso, porque generar¨ªa un caos total. Ser¨ªa como repartir las ayudas para plantar manzanos en funci¨®n del n¨²mero de cerdos de cada Comunidad. R¨ªanse, pero algo as¨ª ser¨ªa el sistema (?).
Pero entonces, si la transferencia va a suponer incluso un peque?o coste financiero para Euskadi, ?por qu¨¦ el PNV la ha exigido as¨ª? Opino que, en primer lugar, ha sido precisamente por lo que dicen sus portavoces: "por el fuero". Y es que para los nacionalistas es de relevancia suma, simb¨®lica y pol¨ªtica, que todos los flujos financieros o econ¨®micos entre Espa?a y el Pa¨ªs Vasco se sujeten al inflexible criterio num¨¦rico concertado. Porque es un criterio confederal, bilateral, propio de territorios cuasiseparados e independientes. Mantener ese peaje siempre y en todo asunto es importante porque graba a fuego la singularidad. En un sentido figurado, el hacer pasar todos los flujos por el criterio territorial del 6,24% es tan importante para los nacionalistas como lo fue durante toda la Edad Moderna el que hubiera unas aduanas entre Castilla y las provincias, y no en la costa como en el resto de territorios.
Pero hay una segunda raz¨®n, muy relevante para el PNV en su situaci¨®n pol¨ªtica actual en Euskadi: la de hacer morder el polvo al lehendakari socialista, la de poder se?alarle como el presidente que estuvo dispuesto a aceptar la transferencia valorada en una cantidad inferior, puesto que no inclu¨ªa los 170 millones de las cuotas y bonificaciones. La de presentarse ante sus fieles pavone¨¢ndose como el ¨²nico partido capaz de conseguir los dineros que el Pa¨ªs se merece. Aunque echando cuentas, despu¨¦s, esos millones no lleguen para pagar lo asumido.
Lo dicho: estamos en el laberinto. Y el rasgo caracter¨ªstico del laberinto es que se pierde la orientaci¨®n. Lo ¨²nico que cuenta, para cada uno de los implicados, es doblar la pr¨®xima esquina. As¨ª se va construyendo el sistema: a golpe de urgencias moment¨¢neas. Y as¨ª nos sale.
Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Soroa es abogado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.