?Para qu¨¦ crear? Versiona
M¨²sicos consagrados compiten con recopilaciones de ¨¦xitos ajenos - ?Homenaje a los grandes o crisis de creatividad? - La industria agradece el camino f¨¢cil
Es casi epid¨¦mico. En los ¨²ltimos meses grupos de todos los estilos, muchos de ellos considerados cl¨¢sicos, han publicado discos con canciones de otros. No hay datos concretos, pero se multiplican. Es una avalancha de veteranos revisionistas. Por citar unos cuantos: Peter Gabriel, Santana, Eric Clapton, Phil Collins, Marc Anthony, Liza Minnelli, Rod Stewart, Tom Jones, Cyndi Lauper, Brian Wilson, Herbie Hanckock o Robert Wyatt. "Cuando hablamos de discos de versiones r¨¢pidamente me vienen a la cabeza cuatro motivos por los que un artista se quiere enfrentar a tal reto: la vagancia, la falta de creatividad, la b¨²squeda del dinero r¨¢pido o el aut¨¦ntico y sentido homenaje", dice Leopoldo Alcaraz, jefe de producto musical de FNAC Espa?a.
Con la agon¨ªa del sector, el nuevo lanzamiento pasa a segundo plano
"Hay artistas que necesitan facturar", admiten en una discogr¨¢fica
The Baseballs: "Tocamos temas que nos gustan en el estilo que nos gusta"
Puede ser casual que coincidan artistas, pero no que sea antes de Navidad
Sea lo que sea, funciona. Una mirada r¨¢pida a la lista de los discos m¨¢s vendidos en Espa?a esta semana permite ver que en el tercer puesto est¨¢ Going back, el doble ¨¢lbum de Phil Collins de versiones de soul de los sesenta. En el cinco, el de Eric Clapton. Santana, tocando trillados temas de guitarra, est¨¢ tambi¨¦n entre los 20 primeros.
"Phil Collins tuvo un ¨¦xito brutal hace muchos a?os con una versi¨®n de Supremes, supongo que alg¨²n espabilado le ha dicho que haga un disco entero as¨ª", especula Javier Li?¨¢n, director de la discogr¨¢fica independiente El Volc¨¢n, y la persona que ha coordinado Viaje sat¨¦lite alrededor de Carlos Berlanga , un ¨¢lbum en el que 22 artistas nacionales reinterpretan canciones del fallecido m¨²sico espa?ol. Un respetuoso tributo que ha entrado en el puesto 35 de la lista. "Los casos que mencionas suelen ser estrategias de mercadotecnia, no sinceros homenajes la mayor¨ªa de las veces. Es gente que no vende un disco de canciones originales hace mucho tiempo. Muchos de ellos ni siquiera son autores. Necesitan girar, y facturar. Por eso hacen este tipo de proyectos conceptuales basados en repertorios de demostrado ¨¦xito. Cada caso se merece un an¨¢lisis aislado, pero en general siempre obedece a estrategias para revitalizar carreras apoyadas en repertorios de ¨¦xito demostrado", dice.
Con la industria discogr¨¢fica sufriendo una larga agon¨ªa, los nuevos lanzamientos han pasado a un segundo plano de relevancia comercial. Eso permite por un lado que los artistas valientes corran m¨¢s riesgos, pero tambi¨¦n crea una especie de desgana que hace que los m¨²sicos con contratos que les obligan a entregar discos se los quiten de encima con lo primero que se les ocurre: un directo, el en¨¦simo recopilatorio... o versiones. Pero tampoco es justo apuntar solo a los veteranos. The Baseballs, un tr¨ªo alem¨¢n de rockabilly vocal formado en 2007 por tres veintea?eros lleva 400.000 copias colocadas en toda Europa de Strike back!, su disco de presentaci¨®n. Su baza son las versiones al estilo del rock and roll de los cincuenta de ¨¦xitos recientes del pop como Umbrella, de Rihanna , o Poker face, de Lady Gaga . "No es una invenci¨®n nuestra, ni es nueva. As¨ª surgi¨® el rock and roll. Tocamos las canciones que nos gustan en el estilo que nos gusta. Lo mismo que hac¨ªan Elvis o Jerry Lee Lewis. Cuando escuchas rock and roll, es tan importante lo que les pasa a tus o¨ªdos como lo que les ocurre a tus pies. Es escuchar m¨²sica como si fueras ni?o. No piensas en el mensaje de las canciones. Simplemente sientes que te hacen feliz", dice Basti (Sebastian Raetzel), miembro del grupo.
Al otro lado del Atl¨¢ntico pasan cosas parecidas. La serie estadounidense de televisi¨®n Glee es un musical dirigido al p¨²blico juvenil; un fen¨®meno que esta semana ha superado a los Beatles en el n¨²mero de canciones en el top 100. A los de Liverpool les cost¨® cinco a?os incluir 75 canciones en lista. El reparto de Glee lo ha logrado en 14 meses. Su discogr¨¢fica, Sony, cuelga las canciones en Internet inmediatamente despu¨¦s de la emisi¨®n de cada cap¨ªtulo. Y del ¨²ltimo han entrado seis: cinco versiones de Britney Spears y una de Paramore , grupo que se hizo famoso por participar en la banda sonora de Crep¨²sculo.
Es algo parecido a lo que hizo Operaci¨®n Triunfo en sus primeras ediciones cuando los discos de los triunfitos eran cada semana los discos m¨¢s vendidos despertando airadas reacciones de m¨²sicos como Manolo Garcia. "No dudo que OT tenga permiso legal para utilizar mi canci¨®n, pero desde luego no cuenta con mi aprobaci¨®n. Y me hubiera gustado que se me preguntara si quer¨ªa formar parte de este -perdonen pero es lo que a m¨ª me parece- circo. Una cosa es que la ley permita publicar discos con nuevas versiones sin mi autorizaci¨®n y otra muy diferente, creo yo, es que sin yo quererlo me vea incluido en un programa de televisi¨®n con cuya filosof¨ªa y valores no comulgo en absoluto", escrib¨ªa en 2002.
Porque legalmente hay una diferencia entre interpretar una canci¨®n ajena y hacer una obra derivada. "Si la cantas igual que la original, o con modificaciones menores en la instrumentaci¨®n, simplemente hay que pagar los derechos correspondientes al autor o sus herederos legales. Pero si modificas el tema, es el caso de un cambio en la letra o una traducci¨®n, hay adem¨¢s que pedir permiso", explica Paloma Llaneza, abogada especializada en derechos de autor y nuevas tecnolog¨ªas. El problema a veces es saber cu¨¢ndo se pasa esa frontera. "Si se reconoce por parte del int¨¦rprete se llega a un acuerdo. Si no, se entra en temas judiciales. Es b¨¢sicamente un mecanismo de prueba".
En un mundo desmemoriado, a veces de lo que se trata es de recuperar un tema olvidado pero reconocible. "Una canci¨®n de ¨¦xito, si no est¨¢ muy trillada, la vuelves a grabar y es un ¨¦xito otra vez. Hay que saber pillar el pulso de los tiempos y de las tendencias y elegir la canci¨®n adecuada en el momento adecuado", dice Li?¨¢n. De lo que se trata en ocasiones es de llevarla de un p¨²blico a otro, como han hecho The Baseballs: "Hay gente que piensa que los temas son nuestros. Generalmente el p¨²blico de otras generaciones, que no est¨¢ al tanto de las listas de ¨¦xitos. Y, al rev¨¦s, hay j¨®venes que creen que se trata de temas de Elvis. Versi¨®n es un t¨¦rmino muy amplio. A menudo la gente piensa que es solo cantar canciones que otros cantaron antes. Pero no es tan sencillo. No se trata de hacer karaoke, sino de arreglarla en una nueva manera. De deconstruir la original y reconstruirla. A veces funciona, otras veces la nueva versi¨®n no es tan diferente de la original. Pero si funciona, el efecto puede ser muy grande. Si hacer versiones fuera tan poco creativo Hound dog ser¨ªa a¨²n un blues lento, That's all right mama no te har¨ªa bailar y Whole lotta shakin' goin' on solo la conocer¨ªa un pu?ado de personas".
Pero cada caso es un mundo. "No tiene nada que ver Rod Stewart, que lleva no s¨¦ cu¨¢ntos Songsbooks y que se ha convertido casi en un artista que solo hace temas de otros, con el de Tom Jones, que es un disco de m¨²sica religiosa, muy ambicioso. ?Todos est¨¢n cogiendo el camino f¨¢cil? No. Hace 40 a?os que se hacen discos de covers y los ha habido de todos los colores", explica Paul Reidy, jefe de producto de la discogr¨¢fica Universal.
Es verdad. El mundo del jazz lleva d¨¦cadas revisando los mismos est¨¢ndares y nadie se atrever¨ªa a cuestionar la creatividad de Miles Davis ni cuando tocaba Time after time , de Cindy Lauper. Quiz¨¢s uno de los problemas al analizar estos fen¨®menos es la idea de que si varias cosas similares coinciden en el mismo lugar, al mismo tiempo, se trata de un contagio y, seg¨²n Reidy, esto no tiene por qu¨¦ ser as¨ª. "Hay dos cosas diferentes. Por un lado yo creo que es casualidad que todos estos artistas hayan hecho estos ¨¢lbumes. Lo que no creo que sea tan aleatorio es que todos se hayan publicado en el ¨²ltimo trimestre del a?o. Muchos est¨¢n destinados a ser producto navide?o. No requiere tanto esfuerzo por parte del oyente. Cuando presentamos una versi¨®n a la radio son m¨¢s receptivos. Es un pel¨ªn m¨¢s f¨¢cil que un repertorio desconocido".
Vista la dram¨¢tica situaci¨®n del mercado, que en Espa?a es a¨²n peor (las ventas han ca¨ªdo en el primer semestre de 2010 casi un 13%, encadenando nueve a?os de descenso), cuando un m¨²sico conocido llega con un proyecto as¨ª la firma debe respirar. "Si aparece Metallica diciendo que va a hacer un disco orquestal de folk irland¨¦s del siglo XVII te da un poco de yuyu. Pero, si te proponen un disco que se corresponde con sus influencias, que sabes que van a interpretar con dignidad y criterio, nadie se pone nervioso", reconoce Reidy. O, como explica Li?¨¢n: "No es que se venda m¨¢s que con temas originales, pero el hacer un disco con canciones nuevas y que funcione es muy dif¨ªcil".
Es un mundo complicado para j¨®venes y veteranos por igual. En septiembre Music Week, la biblia de la industria musical brit¨¢nica, dedicaba su portada a la desaparici¨®n del rock y el indie de las listas de ventas del pa¨ªs. "El resurgimiento del pop y la urban music est¨¢ enviando al rock a los libros de historia", afirmaba. Si tenemos en cuenta que el tema de rock que m¨¢s se ha vendido en Reino Unido en 2010 es Don't stop believin', de Journey , editado originalmente en 1982, parece l¨®gico que los m¨²sicos miren para atr¨¢s.
Si esta moda es circunstancial, una retirada a los cuarteles de invierno esperando a que el tiempo mejore, mal. Pero si se trata de una crisis de creatividad, de una rendici¨®n al constatar que ya no hay nada que hacer, la situaci¨®n entonces roza lo dram¨¢tico. El primer disco espa?ol de versiones que aparece en la lista de los m¨¢s vendidos es Introversiones, de Celtas Cortos . Los vallisoletanos han decidido adaptar canciones que les han influido. "Surgi¨® de forma furtiva. El pr¨®ximo disco de canciones propias estaba lejos. En principio, era plasmar la gratitud a artistas que nos han dejado huella. Es cierto que cuando publicas un disco nuevo de partida ya cuentas con el fracaso, o con el no-¨¦xito al menos. Desde luego es una manera de darte aire a ti mismo y de tomar un poco de perspectiva y tomar tiempo para lo que puedas hacer despu¨¦s", dice Alberto Garc¨ªa, violinista del grupo vallisoletano. "Te lo puedes tomar, si quieres, como una falta de ideas. Pero yo lo veo como probar de otro plato. Se le puede dar la raz¨®n o quitar al que lo diga dependiendo de lo que venga detr¨¢s".
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