Pacto de austeridad

La considerable deuda del Ayuntamiento de Madrid, que se aproxima a 7.200 millones y que ha crecido casi un 400% desde 2003, ha vuelto a disparar las alarmas sobre el endeudamiento de las Administraciones locales y auton¨®micas en Espa?a. Los v¨¦rtices de la pol¨¦mica hay que situarlos en la petici¨®n del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, al presidente del Gobierno para que permita la refinanciaci¨®n de una parte de la deuda municipal de los ayuntamientos; la reciente intervenci¨®n del gobernador del Banco de Espa?a pidiendo una ley que limite el gasto de las autonom¨ªas y la presi¨®n del Gobierno para que el d¨¦ficit p¨²blico se reduzca al 3% en 2013, seg¨²n le exigen sus socios europeos.

Los d¨¦ficits auton¨®mico y municipal tienen causas diferentes, pero en ambos casos confluye el temor del Gobierno por la falta de control en el gasto en esas Administraciones. Este descontrol nace ya en la muy exigua informaci¨®n que tiene el Estado de los gastos e ingresos de autonom¨ªas y Ayuntamientos, atribuida a una mala interpretaci¨®n de la independencia gestora.

El caso del Ayuntamiento de Madrid es un buen ejemplo de estas relaciones dif¨ªciles. El alcalde de la ciudad arguye que las competencias entre Administraciones est¨¢n mal definidas, que el municipio madrile?o (como casi todos los de Espa?a) cumple servicios propios de la autonom¨ªa o del Estado y que, en todo caso, deben financiarse. Hasta aqu¨ª, al alcalde le asiste la raz¨®n. Los Ayuntamientos necesitan un modelo de financiaci¨®n distinto del actual (para evitar la corrupci¨®n, entre otras razones de peso) y un aclarado completo de competencias, para que se sepa en todo momento de qui¨¦n es la responsabilidad de la educaci¨®n o de la seguridad y qui¨¦n las pagar¨¢.

Pero cuando se desciende al asfalto, la cosa var¨ªa. No es posible explicar una deuda de 7.200 millones en Madrid solamente por la distorsi¨®n de competencias. Es cierto que la ciudad lleva a?os de obras, la mayor¨ªa muy necesarias. Pero ah¨ª no acaba la explicaci¨®n. En Madrid y en todos los ayuntamientos existe una responsabilidad pol¨ªtica en la extensi¨®n del gasto p¨²blico y no solo por las inversiones.Tanto las ciudades como las autonom¨ªas necesitan imperativamente un plan de reordenaci¨®n que evite el colapso.

La emisi¨®n de 2.000 millones en bonos para particulares de la Generalitat catalana es s¨ªntoma de graves dificultades que aquejan tambi¨¦n a otras autonom¨ªas. Pero este plan, pactado con los Gobiernos aut¨®nomos y con los municipios, debe incluir un compromiso firme de reducci¨®n del gasto. El informe que enviar¨¢ el alcalde de Madrid a La Moncloa para defender la refinanciaci¨®n de su deuda tendr¨ªa que incluir una relaci¨®n de gastos que se recortar¨¢n, de empresas municipales que se liquidar¨¢n y de sueldos que se reducir¨¢n. Solo as¨ª es razonable aceptar un pacto financiero, para Madrid o para cualquier otro ayuntamiento o autonom¨ªa.