No se filtra nada o se filtra demasiado
Los programas que restringen el uso de Internet, bajo sospecha de arbitrariedad - Ordenadores p¨²blicos est¨¢n del todo abiertos, otros muy limitados - La ley obliga a proteger al menor, no al adulto
Pocas voces se oponen a que un menor tenga limitado o restringido el acceso a contenidos violentos o pornogr¨¢ficos en la Red. La ley de Internet, la normativa nacional en materia de protecci¨®n de menores y varias directivas europeoas instan a proteger de la Red a la infancia. Por eso, existen decenas de filtros de control para impedir el acceso a las webs consideradas peligrosas. Programas de cribado que se activan en el hogar por parte de los padres, pero tambi¨¦n desde las Administraciones en centros p¨²blicos, como bibliotecas o colegios, y que indican que el acceso a ciertas p¨¢ginas est¨¢ restringido.
Pero la implantaci¨®n de estos sistemas inform¨¢ticos se convierte en instrumento de censura e imposici¨®n moral cuando, como en Valencia, se impide el acceso a p¨¢ginas relacionadas con la homosexualidad. La palabra gay, por ejemplo. En las bibliotecas municipales valencianas, hasta ayer, su filtro imped¨ªa el acceso a las p¨¢ginas en las que aparec¨ªa. Su programa de cribado aplicaba un tamiz tan estricto que la consideraba asociada a la pornograf¨ªa. Una acci¨®n intolerable y censora para los colectivos homosexuales, que han acusado al Gobierno valenciano de escudarse en el funcionamiento de una m¨¢quina para esconder una carga moral contra la diversidad sexual.
Un experto cree que a¨²n est¨¢ por decidir si el filtrado es censura
Un abogado dice que ninguna ley indica qu¨¦ se puede limitar o cu¨¢nto
El Supremo orden¨® readmitir a un empleado que ve¨ªa porno en el trabajo
Una ONG sugiere poner el ordenador en un lugar de paso de la casa
Este peri¨®dico comprob¨® ayer que los criterios m¨¢s restrictivos conviven con la libertad absoluta en ordenadores de uso p¨²blico. En la mayor¨ªa de ordenadores de bibliotecas no se puede acceder a la pornograf¨ªa, pero algunos est¨¢n totalmente abiertos.
En ocasiones el criterio de qu¨¦ se permite y qu¨¦ no roza lo arbitrario. ?Es malo entrar en YouTube? En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, es imposible acceder a este canal desde las bibliotecas p¨²blicas. En otras regiones los filtros se limitan a contenidos pornogr¨¢ficos o de juego.
En el caso de los menores quedan pocas dudas. Los mecanismos de protecci¨®n a la infancia son ¨²tiles. Pero ?y con los adultos? Aunque los expertos sostienen que deber¨ªan perfeccionarse y personalizarse para evitar que p¨¢ginas amigables se vean tambi¨¦n capadas. Otro cantar es la limitaci¨®n que algunas Administraciones imponen a los contenidos que sus trabajadores pueden consultar en Internet. Una decisi¨®n que, para algunos, roza peligrosamente la censura, pero que tiene otros elementos claros. Aqu¨ª no est¨¢ en juego la protecci¨®n de la sensibilidad del empleado hacia ciertos contenidos, sino m¨¢s bien una cuesti¨®n de seguridad de la empresa. Tambi¨¦n de productividad.
En un panorama en el que la casi totalidad de las empresas espa?olas tiene acceso a Internet, el control del uso que hace de la Red el trabajador se ha convertido en un reto. Los estudios indican que muchos empleados usan Internet para asuntos ajenos a su trabajo: desde consultar su correo personal a ver v¨ªdeos o planificar las vacaciones familiares. "Para evitar esto, las empresas -y en mayor medida las Administraciones p¨²blicas- imponen filtros para limitar la entrada a determinadas p¨¢ginas", explica el abogado experto en nuevas tecnolog¨ªas Alonso Hurtado.
As¨ª, en casi el 100% de las empresas p¨²blicas es imposible acceder a p¨¢ginas de descargas o intercambio de archivos, consideradas inseguras, que ocupan mucho ancho de banda y hacen que la navegaci¨®n vaya m¨¢s despacio y que, adem¨¢s, plantean problemas de legalidad. En otros muchos centros de trabajo existen tambi¨¦n sistemas que impiden la entrada a p¨¢ginas de v¨ªdeos o redes sociales. En algunas se va m¨¢s all¨¢ y los funcionarios tienen vetado el acceso a su correo personal y no pueden leer prensa por Internet.
No hay una regla com¨²n por la que se rijan las Administraciones. Cada maestrillo tiene su librillo. "Se funciona a trav¨¦s de recomendaciones de car¨¢cter interno", explica Hurtado. En el caso de los Consistorios de Bilbao, San Sebasti¨¢n y Vitoria, los ordenadores tienen sistemas que vetan en acceso a determinadas web. All¨ª, los funcionarios est¨¢n divididos en varias categor¨ªas que les permiten el acceso m¨¢s o menos restringido. El departamento de comunicaci¨®n, por ejemplo, puede consultar todo tipo de prensa. Los funcionarios de Hacienda, sin embargo, no pueden leer la de tipo rosa o deportiva. El acceso a la descarga de v¨ªdeos, m¨²sica y pornograf¨ªa est¨¢ vetado para todos.
Esos filtros, gestionados por la empresa externa Optenet, se pueden, adem¨¢s, personalizar al gusto de cada Ayuntamiento. Por ejemplo, en el San Sebasti¨¢n, los funcionarios del Consistorio no pueden entrar en p¨¢ginas de sorteos y apuestas.
Y como este, hay decenas de casos. Como el que narra un funcionario de prisiones catal¨¢n, que asegura que el potente filtro que impide a los reclusos acceder a determinadas p¨¢ginas y a las redes sociales s¨ª permite, por contra, el acceso a p¨¢ginas de v¨ªdeos como Youtube. Adem¨¢s, se controlan al mil¨ªmetro las p¨¢ginas en las que los presos han intentado entrar. Y m¨¢s all¨¢, estos listados de control reflejan tambi¨¦n las b¨²squedas realizadas por los funcionarios que, te¨®ricamente, tienen acceso libre a la Red.
?Hasta qu¨¦ punto puede y debe un empresario o una Administraci¨®n limitar el acceso de sus empleados a la Red? "No hay ninguna ley que diga qu¨¦ se permite limitar, ni hasta qu¨¦ grado", explica Hurtado. Todos los expertos se mueven con la misma referencia: la sentencia del Tribunal Supremo de 2007 que anul¨® el despido de un trabajador por ver porno desde un ordenador de la empresa. En ese caso, el juez -que oblig¨® a la compa?¨ªa a readmitir al empleado porque nunca le avis¨® de que hacer ese uso del material de trabajo estuviera prohibido y que tampoco le alert¨® de que pod¨ªa inspeccionar lo que ve¨ªa en internet- hablaba del "h¨¢bito social generalizado de tolerancia" con ciertos usos personales "moderados" de Internet en la empresa.
"Algo moderado puede ser consultar el correo electr¨®nico, pero no dedicar tres horas a ver v¨ªdeos o a leer la prensa deportiva por internet", considera Miguel Mart¨ªnez, consultor experto en nuevas tecnolog¨ªas, que ayuda a empresas a decidir qu¨¦ contenidos filtrar. Este es, dice, adem¨¢s, un sistema para no tener que reglamentar qu¨¦ se considera moderado y evitar hacer una regulaci¨®n de uso interna. Otros ven estos filtros directamente como una censura. El soci¨®logo Artemio Baigorri, especializado en nuevas tecnolog¨ªas, considera que a¨²n est¨¢ por definir si esos sistemas de filtrado se pueden considerar censores. "Es evidente que hay algunas cosas que se deben limitar, como las descargas. Pero, en otros casos, m¨¢s que el bloqueo lo que deber¨ªa funcionar es la autorregulaci¨®n. Tendr¨ªa que clarificarse todo ello, adem¨¢s, de manera legal", sostiene Baigorri, que echa en falta una norma espec¨ªfica sobre este asunto.
Mart¨ªnez ve m¨²ltiples razones para instalar estos filtros. "Muchos no se imponen por cuestiones de productividad o para impedir que el trabajador navegue, la mayor parte de las veces se hace por cuestiones de seguridad. Para proteger la red de la empresa".
Luis Corrons, de la empresa de antivirus Panda Labs tambi¨¦n habla de esa aplicaci¨®n de los cribados. "Cada d¨ªa se crean 55.000 nuevos c¨®digos maliciosos, en su mayor¨ªa realizados por cibercriminales. ?Se pueden poner puertas al campo? No podemos poner puertas como las de una caja fuerte de un banco, pero podemos poner vallas electrificadas que ahuyenten a la mayor¨ªa de indeseables. Aunque debemos tener una cosa clara: no existe la seguridad absoluta", sigue.
Como tampoco la hay completa de que los ni?os puedan evitar contenidos que resulten peligrosos. El ejemplo del filtro de Valencia es claro: cribaba la palabra gay pero permit¨ªa entrar en manuales de explosivos. Y m¨¢s a¨²n, en la red de bibliotecas p¨²blicas de Barcelona el acceso a Internet no tiene ninguna restricci¨®n. Se sea menor o no se pueden ver p¨¢ginas de contenido sexual. Algo que se repite en otros centros de Galicia o Canarias.
"Lo que hay que poner en pr¨¢ctica es el uso responsable de las nuevas tecnolog¨ªas, concienciar a los padres de que eduquen a sus hijos en esa responsabilidad, tambi¨¦n a los trabajadores para evitar abusos", dice Mart¨ªnez. La ONG Prot¨¦geles, especializada en menores y nuevas tecnolog¨ªas recomienda instalar en casa filtros de control parental. Sin embargo, consideran que lo mejor es el control directo de los padres, y que el ordenador est¨¦ en un lugar de paso que impida que el menor navegue a solas y sin control.
Sin embargo, pocos hacen uso de estas recomendaciones. Y eso a pesar de que recursos no faltan. Y son gratuitos. Los sistemas operativos del ordenador incluyen controles para decidir si se deja Internet absolutamente abierto, se cierra un poco o bastante. Lo mismo ocurre con los principales buscadores como Google o Yahoo. Todos tienen dec¨¢logos de buenas pr¨¢cticas de navegaci¨®n y de consejos para actuar con precauci¨®n en chats y redes sociales. "La realidad es que la gente lo ignora", explica Corrons.
Uno de los m¨¢s completos es el del sistema operativo Windows, pues no filtra s¨®lo la Red sino tambi¨¦n los programas que hay en el ordenador y hasta el horario y d¨ªas de su funcionamiento. Hay otro tipo de filtros, como el SafeSearch de Google, que excluye de los resultados de b¨²squeda los sitios con contenido sexual expl¨ªcito.
Jorge Flores es el fundador y director de Pantallas Amigas, una fundaci¨®n dedicada a ense?ar el consumo responsable de las nuevas tecnolog¨ªas. Lleva seis a?os en ello y cree que la protecci¨®n y la prevenci¨®n son una asignatura pendiente. "Los padres se preocupan, pero no se ocupan. Les gustar¨ªa tener una varita m¨¢gica que les d¨¦ la soluci¨®n, m¨¢s psicol¨®gica que real, al problema; pero el configurar un programa, activar unas opciones, les da pereza", dice. Pantallas Amigas lleva seis a?os evangelizando en colegios y asociaciones de padres, y han visto c¨®mo ha variado el panorama. "Antes el acceso a Internet era en el ordenador de casa, y hab¨ªa cierto control, ahora el acceso es desde los m¨®viles, y ah¨ª la privacidad es mucho mayor. Los riesgos han aumentado".
Pero el control orwelliano, si se quiere, puede llegar a todas partes. Apple acaba de patentar un sistema para controlar el contenido de los SMS. La compa?¨ªa cree que los sistemas actuales se basan en controlar e impedir el acceso a determinados sitios web o la comunicaci¨®n con determinadas personas. Apple propone un sistema de control en el que el administrador introduce los criterios (por ejemplo, palabras que considere obscenas) en un documento que trabaja como filtro. Esta aplicaci¨®n controla los mensajes que env¨ªa o recibe quien est¨¢ usando el tel¨¦fono y bloquea aquellos cuyo contenido figura como inconveniente. La aplicaci¨®n puede alertar al usuario, al administrador o a quien ¨¦ste designe sobre el contenido del citado documento. En este caso, el remitente debe modificar el mensaje si no quiere que se borre autom¨¢ticamente.
Con informaci¨®n de Aurelio Mart¨ªn, Jos¨¦ ?ngel Monta?¨¦s, Amaia Arrar¨¢s, Andreu Manresa, Pedro Murillo y Sonsoles Zubeldia.
Categor¨ªas que dan el s¨ª o el no
Todo contenido de una web se puede clasificar, por criterios autom¨¢ticos, dentro de las siguientes categor¨ªas, que el organismo elige como aceptable o no. Un ejemplo son estas reglas del Ayuntamiento de Madrid para sus trabajadores mediante el modelo que gestiona Sistemas Inform¨¢ticos Abiertos.
- Bloqueado. Pornograf¨ªa, desnudos. Fraudes inform¨¢ticos, programas esp¨ªa, robo de contrase?as, publicidad indeseada. Odio o discriminaci¨®n. Intercambio de archivos P2P, descargas, programas para el anonimato, sistemas de acceso remoto a ordenadores o para compartir recursos. Juegos en l¨ªnea. Radio por Internet, visionado de v¨ªdeos en l¨ªnea o streaming.
- Permitido. Redes sociales, chat, mensajer¨ªa, correo electr¨®nico, tel¨¦fono por Internet. Informaci¨®n sobre drogas, alcohol, tabaco. Servicios de informaci¨®n t¨¦cnica, traductores de textos. Informaci¨®n sobre ocio, viajes o deportes. Banca, Bolsa, negocios. Compras en l¨ªnea, anuncios clasificados. Salud y belleza. Pol¨ªtica, religi¨®n, historia o solidaridad.
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