El laberinto del presidente
Los sindicatos no han recibido ninguna se?al de di¨¢logo desde la huelga del 29-S
Pasadas ya m¨¢s de dos semanas desde la fecha de la huelga general contra la reforma laboral y los cambios previstos en las pensiones, y todav¨ªa sin nuevo ministro de Trabajo, no se ha producido ning¨²n movimiento que indique que el Gobierno est¨¢ dispuesto a recuperar el di¨¢logo con los sindicatos. A estas alturas se esperaba una se?al del presidente, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, aunque solo fuera el nombramiento del nuevo titular de Trabajo; pero llega el final de la semana sin novedades.
Se ha hablado, durante estos d¨ªas, de que el actual secretario de la Seguridad Social, Octavio Granado, y el secretario de Estado de Cooperaci¨®n Territorial, Gaspar Zarr¨ªas, podr¨ªan haber iniciado ya alg¨²n acercamiento en ese sentido. Pero en el entorno de las centrales no se ha percatado ning¨²n movimiento en ese sentido. Ni los secretarios generales de Comisiones Obreras (CC OO), Ignacio Fern¨¢ndez Toxo, y de la Uni¨®n General de Trabajadores (UGT), C¨¢ndido M¨¦ndez, ni otros dirigentes destacados de las centrales han recibido ninguna noticia.
Es muy posible que en el seno del Ejecutivo algunos pesos pesados hayan subrayado la conveniencia de entablar contactos que, al menos, calmen algo las aguas revueltas. Pero tambi¨¦n lo es que otros no lo consideren prioritario, sobre todo, teniendo en cuenta que dif¨ªcilmente el Gobierno va a dar el brazo a torcer siquiera en alguna de las peticiones que reivindicaron en la huelga del 29-S de modificar la reforma laboral o cambiar el tiro en la reforma de las pensiones, en lo referente al alargamiento de la edad de jubilaci¨®n de 65 a 67 a?os y del periodo de c¨¢lculo de las pensiones de 15 a 20 a?os.
Por su parte, los sindicatos no piensan mover un dedo a favor si el Ejecutivo no da visos de variaci¨®n tanto en las reformas como en las peticiones de ajustes fiscales. Su apuesta en la huelga fue fuerte y no van a cambiar. Entre otras cosas, porque la respuesta para ellos fue satisfactoria pese a las impresiones contrarias del Ejecutivo. "Nunca he visto que una huelga que haya fracasado haya tenido tanto impacto en la poblaci¨®n, cuando el 70% est¨¢ en desacuerdo con la reforma laboral y el mismo porcentaje se opone a las modificaciones del sistema de pensiones tanto en la forma como en el fondo", aseguran fuentes sindicales.
Los sindicatos est¨¢n acostumbrados a ser pacientes y esa es la actitud que van a mantener ahora. Ya en la huelga contra la reforma del Gobierno del PP en 2002 contemplaron c¨®mo hubo cambio de ministro (Eduardo Zaplana sustituy¨® a Juan Carlos Aparicio) dando como resultado la retirada de ocho de los nueve puntos de la reforma (todos menos el despido expr¨¦s).
La deriva que ha adquirido todo este asunto no est¨¢ muy controlada y, seg¨²n fuentes pol¨ªticas, el Gobierno no sabe c¨®mo salir de la ratonera. Hasta el viernes se esperaba que el nombramiento del nuevo ministro de Trabajo despejara algunas inc¨®gnitas, al menos se ve¨ªa como una disculpa para retrasar cualquier tipo de contacto; pero no est¨¢ siendo as¨ª.
En estos d¨ªas no se han dejado de barajar posibles sustitutos de Celestino Corbacho, entre ellos los citados como interlocutores con los sindicatos (Zarr¨ªas, un hombre de la m¨¢xima confianza de Manuel Chaves, y Granado, que lleva tiempo bati¨¦ndose el cobre en la Seguridad Social y como responsable de Econom¨ªa del PSOE). Incluso de que el propio Chaves podr¨ªa integrarlo en un gran ministerio con otras responsabilidades. Pero parece que ha habido una inesperada resistencia a ser ministro de Trabajo por la raz¨®n de que es dif¨ªcil asumir un cargo con las cartas ya marcadas de antemano y, por tanto, con escasa capacidad de maniobra.
Mientras, Corbacho est¨¢ deseando dejar el despacho de Nuevos Ministerios para trasladarse a Catalu?a a aportar lo que pueda en la precampa?a electoral, pero sobre todo para alejarse del tormento que le ha supuesto los dos a?os que lleva en el departamento. Corbacho se ha confesado con alg¨²n allegado, y con otros que no lo son tanto, y se ha lamentado de la mala etapa que le ha tocado vivir y le va a hacer pasar al cuadro de ministros con la lacra del aumento del paro a m¨¢s del 20% y la ruptura con los sindicatos.
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