Un premio oportuno
El Premio Nobel de Econom¨ªa de este a?o ha generado un entusiasmo un¨¢nime. Las aportaciones pioneras de Diamond, Mortensen y Pissarides sobre "mercados de b¨²squeda" han cambiado radicalmente nuestra manera de entender fen¨®menos como el paro. Y en el caso de Espa?a, sus ense?anzas indican que el mal dise?o de las instituciones ha sido un factor determinante del aumento espectacular del paro durante la crisis actual.
La premisa de los modelos de b¨²squeda y emparejamiento es que empresas y trabajadores tienen que dedicar tiempo y recursos para localizar candidatos y formar una relaci¨®n laboral. Estas fricciones y la falta de un mecanismo centralizado explican por qu¨¦ en el mismo momento puede haber empresas con vacantes y trabajadores sin empleo. Adem¨¢s, los modelos de b¨²squeda ofrecen una explicaci¨®n intuitiva de las diferencias salariales entre trabajadores id¨¦nticos y fen¨®menos como la sobreeducaci¨®n, algo com¨²n, pero de dif¨ªcil explicaci¨®n en los modelo cl¨¢sicos. Por ¨²ltimo, es importante resaltar que la b¨²squeda est¨¢ concebida como una actividad productiva -genera nuevos emparejamientos- y que los cambios en la tasa de paro son el resultado de varios flujos. Por un lado, el flujo de los parados que encuentran trabajo, y por el otro, el flujo de trabajadores que entran al paro desde el empleo o la inactividad.
En Espa?a, el mal dise?o de las instituciones ha sido determinante en el aumento del paro
El contrato indefinido ¨²nico con indemnizaciones crecientes no perjudicar¨ªa a las contrataciones
Una aportaci¨®n b¨¢sica de los premiados, y generalizada m¨¢s tarde por otros economistas, demuestra que las decisiones individuales en estos mercados suelen generar ineficiencias. Por ejemplo, una empresa que crea una vacante mejora las perspectivas de empleo de los desempleados, pero tambi¨¦n congestiona el mercado para las dem¨¢s empresas con vacantes. Los agentes privados suelen ignorar estas externalidades de b¨²squeda a la hora de tomar decisiones y de fijar los salarios, lo cual resulta en una tasa de paro ineficiente. Son, por tanto, necesarias instituciones laborales que tengan la capacidad de corregir estos fallos de mercado. Y una de las virtudes de los modelos de b¨²squeda y emparejamiento es precisamente su capacidad para identificar los efectos sobre el empleo, los salarios y el bienestar social de instituciones laborales tales como las prestaciones por desempleo, los salarios m¨ªnimos o las indemnizaciones por despido. De hecho, hoy d¨ªa estos modelos son capaces de explicar casi todas las diferencias en el comportamiento del paro entre pa¨ªses en base a las diferencias en sus instituciones laborales.
En el caso de Espa?a, el inter¨¦s de los investigadores se ha centrado principalmente en la volatilidad del empleo. Con m¨¢s de un mill¨®n de contrataciones y separaciones cada mes, el mercado espa?ol es muy din¨¢mico y genera incluso m¨¢s volatilidad que el mercado estadounidense. Un reciente estudio de tres economistas del Banco de Espa?a confirma que la clave est¨¢ en la dualidad de la protecci¨®n del empleo, es decir, la brecha entre los costes de despido para contratos fijos y temporales. El salto en los costes de despido reduce la tasa de conversi¨®n de los contratos temporales en indefinidos, y esto aumenta la volatilidad. En una expansi¨®n de la econom¨ªa genera una r¨¢pida creaci¨®n de empleo temporal, pero gran parte de estos emparejamientos tienen un bajo nivel de productividad y no sobreviven durante una recesi¨®n.
Para solventar este problema, el Manifiesto de los 100 (en cuya elaboraci¨®n he participado) propone la creaci¨®n de un contrato indefinido ¨²nico con indemnizaciones crecientes. Esta reforma elimina la brecha en los costes de despido y, con un dise?o adecuado, el contrato ¨²nico no perjudicar¨ªa las contrataciones. Seg¨²n un estudio de dos de los promotores del manifiesto, basado tambi¨¦n en modelos de b¨²squeda, la mejora ser¨ªa considerable: con una brecha en indemnizaciones por despido menor e igual que la de Francia, el aumento del paro durante esta Gran Recesi¨®n se habr¨ªa reducido pr¨¢cticamente a la mitad.
Al final, estos argumentos parecen haber convencido al Gobierno. La reforma laboral aprobada el mes pasado tambi¨¦n contempla medidas que acortan la diferencia en los costes de despido. Pero no comparten las virtudes del contrato ¨²nico. Las restricciones al uso de los contratos temporales generan un aumento de los costes laborales. Y en el caso de la reforma de las causas objetivas para el despido, tardaremos a?os en conocer el verdadero alcance de la reforma. Por tanto, en un primer momento las reformas pueden complicar la salida de la crisis, y en el medio plazo las ganancias son inciertas. En este escenario, no es de extra?ar que los empresarios sigan apostando por la contrataci¨®n temporal, por lo menos hasta que no se haya resuelto la incertidumbre sobre las causas objetivas.
La reforma de los costes de despido es solo un ejemplo. El Manifiesto de los 100 tambi¨¦n identifica otras medidas necesarias en el ¨¢mbito de la negociaci¨®n colectiva, las pol¨ªticas activas y las prestaciones por desempleo que se han quedado fuera de la reforma. En todos estos casos, los modelos de b¨²squeda nos pueden ayudar a dise?ar mejores instituciones. Por ejemplo, se ha demostrado que la rigidez salarial y la negociaci¨®n escalonada de los convenios colectivos tambi¨¦n son factores que contribuyen a la volatilidad. Otros estudios han demostrado que las prestaciones por desempleo alargan los periodos de paro, como se ha mencionado en algunos medios. Pero las mismas prestaciones tambi¨¦n permiten mejoras en la calidad de los emparejamientos, como las mejoras en las pol¨ªticas activas y la intermediaci¨®n.
Tarde o temprano, todas estas reformas necesarias volver¨¢n sobre la mesa. Esperemos que las decisiones est¨¦n entonces basadas en una rigorosa evaluaci¨®n cient¨ªfica y no en un puro c¨¢lculo pol¨ªtico.
Marcel Jansen es profesor de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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