Adulador
En una entrevista, el Gran Wyoming dijo que la mejor manera de conseguir algo es a trav¨¦s de la adulaci¨®n. Si quieres desarmar a quien tengas enfrente, c¨®lmale de elogios y lo tendr¨¢s a tu merced. Me he acordado de esto cuando un amigo me cont¨® lo simp¨¢tico que le pareci¨® el jugador de baloncesto Kobe Bryant cuando en la visita de los Lakers a Espa?a exhibi¨® un fluido castellano. Mi amigo reconoc¨ªa que era una tonter¨ªa que un tipo te cayera bien s¨®lo por conocer tu idioma, pero no pod¨ªa evitarlo: que un astro del deporte internacional hiciera el esfuerzo de conocer nuestra lengua le resultaba enternecedor... y desarmante.
Me he acordado tambi¨¦n del arma de destrucci¨®n masiva que supone la adulaci¨®n cuando he le¨ªdo en la prensa que tanto Elton John como Bono de U2 piropearon durante sus conciertos al p¨²blico local con alabanzas hacia la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol. Es una versi¨®n mejorada del t¨ªpico recurso f¨¢cil de recital en el que el int¨¦rprete se pone la camiseta del Athletic si act¨²a en Bilbao o la de la Real si es en San Sebasti¨¢n. En Vitoria supongo que se pondr¨¢n una de baloncesto... Es una sencilla plantilla para el peloteo, una efectiva hoja de ruta para meterse a la audiencia en el bolsillo.
Vamos, que en cualquier lugar del mundo estamos encantados de que un se?or o se?ora importante nos diga que somos los mejores y la envidia del planeta. En Euskadi esto sucede con el deporte, pero, sobre todo, con la gastronom¨ªa. Un 20% o 30% del periodismo que se realiza durante el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n versa acerca de lo que ha comido un conocido actor. Corrijo. De lo bien que ha comido un conocido actor. Como una madre orgullosa de su reto?o, observamos a una actriz neozelandesa comerse un plato de kokotxas y arqueamos las cejas diciendo: "?Qu¨¦? ?A que no has comido as¨ª en tu vida?" Es lo que buscamos que diga. Que no ha comido tan bien a lo largo y ancho de su existencia. Si eso no es as¨ª, enorme decepci¨®n, incluso podr¨ªamos hablar de ofensa. Si los musulmanes consideran poco diplom¨¢tico no eructar tras un banquete, aqu¨ª si no colocas una comida en Donosti en el n¨²mero uno del ranking gastron¨®mico de tu vida prep¨¢rate para ser considerado un hereje. Siempre puedes solucionarlo diciendo "gabon" cuando recibas el Premio Donostia, pero el mal estar¨¢ hecho.
Cuando uno hace un trabajo que supone exponerse a cierta cantidad de p¨²blico (publicar discos, ser concejal de un Ayuntamiento, construir edificios emblem¨¢ticos o escribir art¨ªculos como ¨¦ste) las malas cr¨ªticas parecen mucho m¨¢s importantes que las buenas. Sin embargo, mucho m¨¢s peligrosos que los palos son los halagos. Que te doren la p¨ªldora puede ser mort¨ªfero.
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