Patolog¨ªas democr¨¢ticas

M¨¢s de dos docenas de puestos de ¨®rganos constitucionales y autoridades administrativas independientes est¨¢n pendientes del acuerdo entre los partidos pol¨ªticos para ser cubiertas. Entre ellos, ocho magistrados del Tribunal Constitucional (los cuatro que corresponden al Senado parecen ya encauzados pero falta, a partir del mes pr¨®ximo, los cuatro que ha de proponer el Congreso); los 12 consejeros del Tribunal de Cuentas, que vencen tambi¨¦n en noviembre; la renovaci¨®n del Defensor del Pueblo; la mitad de los puestos de consejero en la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa (desde julio de 2008) y de la Comisi¨®n del Mercado de Telecomunicaciones (desde diciembre de 2008), aunque el proyecto de Ley de Econom¨ªa Sostenible prev¨¦ la reducci¨®n de estos dos ¨²ltimos consejos de nueve a cinco miembros y parece que la renovaci¨®n se ha retrasado deliberadamente a fin de amortizar las vacantes tan pronto entre en vigor la ley. Tambi¨¦n est¨¢ pendiente la renovaci¨®n parcial del consejo de televisi¨®n de RTVE.

Alrededor de 25 puestos p¨²blicos est¨¢n sin cubrir, pendientes del acuerdo entre partidos pol¨ªticos

Salvo en el caso del Constitucional, no se vislumbran avances ni voluntad de consenso entre el Partido Socialista y el Partido Popular, sobre todo (pero no solo) porque el PP espera a una mejor correlaci¨®n de fuerzas despu¨¦s de las elecciones generales, que todos los sondeos indican que ganar¨¢ bordeando la mayor¨ªa absoluta.

Se produce as¨ª lo que Mariano Bacigalupo, investigador de la Fundaci¨®n Alternativas, en el marco del Informe sobre la Democracia en Espa?a, ha denominado "colonizaci¨®n e instrumentalizaci¨®n partidaria de estas instituciones, que tienden a anular su car¨¢cter contramayoritario (que es, sin embargo, su raz¨®n de ser), provocando en consecuencia el desmoronamiento de su imagen y prestigio y de la confianza de la ciudadan¨ªa en su buen funcionamiento".

Muchas de las patolog¨ªas que se manifiestan en estas instituciones no se corresponden, como habitualmente se dice, a su politizaci¨®n sino a la "partidizaci¨®n" o, utilizando el neologismo italiano que tiende a convertirse en universal, a su lottizaci¨®n. No hay que confundir neutralidad pol¨ªtica con neutralidad partidaria; ninguna funci¨®n p¨²blica es pol¨ªticamente neutra, pero s¨ª puede ser encomendada a un ¨®rgano neutral desde el punto de vista partidario. Entre esas patolog¨ªas se pueden destacar las siguientes:

-Bloqueos y retrasos interesados en las renovaciones por falta de acuerdo entre las grandes formaciones pol¨ªticas, normalmente, debida a la ausencia de inter¨¦s pol¨ªtico en que se produzca la renovaci¨®n. Esto significa que cada vez hay m¨¢s actores pol¨ªticos que no detienen la leg¨ªtima confrontaci¨®n en las sedes que les son propias sino que, si no logran imponerse en ellas, est¨¢n dispuestos a continuarla en el propio seno de las instituciones en cuesti¨®n.

-Negociaciones de las vacantes por "cuotas de partido": cada grupo coloca sus candidatos con independencia del otro, en lugar de buscar el consenso persona a persona, de modo que su nombramiento no se vincule como propio a ninguno de los grupos negociadores. Este fen¨®meno se agrava cuando se "empaquetan" vacantes en distintas instituciones (Constitucional, CGPJ, Tribunal de Cuentas, organismos reguladores...).

-L¨®gica faccional: los miembros acaban actuando en cada vez mayor medida con un grado de alineamiento no muy distinto del que corresponde a la disciplina con la que funcionan los grupos pol¨ªticos en las instituciones representativas. En ocasiones, esta l¨®gica faccional ha reproducido, en el seno de estas instituciones, los grados de crispaci¨®n y confrontaci¨®n que resultan habituales en la vida pol¨ªtica.

-Se impone cada vez m¨¢s en la opini¨®n p¨²blica un casi instintivo "af¨¢n etiquetador": al nombre de cada miembro de una instituci¨®n que se pretende independiente se a?ade de forma indisoluble la sigla de la fuerza pol¨ªtica que propuso su nombramiento.

El economista franc¨¦s Jean-Paul Fitoussi ha calificado a estas instituciones de "ademocr¨¢ticas" porque son independientes y pueden revisar las decisiones de los poderes pol¨ªticos o adoptar decisiones al margen de estos.

Bacigalupo entiende que no carecen de legitimidad democr¨¢tica, ya que sus miembros son nombrados por poderes democr¨¢ticamente elegidos y ejercen funciones atribuidas por el legislador en el marco de la ley, aunque sus miembros no est¨¢n sometidos en el ejercicio de sus funciones a instrucci¨®n o directriz alguna ni son libremente removibles por p¨¦rdida de confianza por los poderes pol¨ªticos que los han designado. Pero la generalizaci¨®n de las patolog¨ªas citadas contribuye a desnaturalizar su funci¨®n delante de la ciudadan¨ªa.