El Senado propone sacar a los m¨¢s peque?os de los centros tutelados
El objetivo de la reforma es que 10.000 menores vivan en familias de acogida
A grandes males, grandes remedios. El Senado considera necesario desalojar de los centros de menores a los ni?os de entre cero y seis a?os y ponerlos bajo la protecci¨®n de familias de acogida. Es una de las principales propuestas de la comisi¨®n parlamentaria creada para sentar las bases de la futura Ley de Adopci¨®n Nacional y Acogimiento Familiar, que concluir¨¢ su dictamen el pr¨®ximo d¨ªa 20. Este diagn¨®stico, que supondr¨¢ un giro radical en la situaci¨®n de los menores tutelados por la Administraci¨®n, cuenta con el respaldo de todos los grupos parlamentarios, y ser¨¢ enviado al Congreso de los Diputados el 3 de noviembre.
Espa?a figura a la cabeza de Europa occidental en n¨²mero de menores institucionalizados, un dato considerado dram¨¢tico por la gran mayor¨ªa de los expertos que han comparecido ante los senadores a lo largo de estos dos ¨²ltimos a?os. Es imposible conocer la cifra oficial de menores tutelados en Espa?a por abandono o desamparo, ya que la variedad de tutelajes seg¨²n cada comunidad aut¨®noma ha dado lugar a un archipi¨¦lago legal de escasa porosidad. Pero de los datos aportados a la comisi¨®n pueden cifrarse estos menores -hasta los 18 a?os- entre 35.000 y 40.000, de los cuales alrededor de un 25% no ha cumplido a¨²n los seis a?os.
La C¨¢mara quiere alejar a los beb¨¦s de las impersonales cunas institucionales
La plaza cuesta entre 3.500 y 6.000 euros al mes en un centro; 700 en una familia
La denominada Comisi¨®n Especial de Estudio de la Problem¨¢tica de la Adopci¨®n Nacional y otros Temas Afines ha optado por seguir el modelo de la mayor parte de pa¨ªses del entorno europeo -Reino Unido fue pionero en clausurar este tipo de centros- e impedir que los beb¨¦s abandonados o en situaci¨®n de desamparo pasen a?os cruciales de su vida en locales tutelados por la Administraci¨®n. Antes se llamaban orfanatos y ahora centros residenciales, pero las consecuencias de devastaci¨®n psicol¨®gica para los ni?os de tan corta edad son similares, seg¨²n la mayor¨ªa de expertos.
La alternativa para estos ni?os son las familias de acogida o de adopci¨®n, que se convierten en figuras clave de la reforma. El proyecto del Senado prev¨¦ campa?as divulgativas a la opini¨®n p¨²blica sobre la funci¨®n social de estas familias y las necesidades de cada autonom¨ªa, as¨ª como un s¨®lido apoyo psicol¨®gico, jur¨ªdico y tambi¨¦n econ¨®mico. Se trata, en palabras del senador socialista Mario Bedera, impulsor de esta comisi¨®n, de disponer de una "bolsa de familias de acogida" para que en el momento en que un reci¨¦n nacido es abandonado o declarado en desamparo, pase en cuesti¨®n de horas al cuidado de unos padres.
A partir de ese momento, las Administraciones pueden determinar la calificaci¨®n que recibe la situaci¨®n del menor, es decir, si est¨¢ en disposici¨®n de ser adoptado -cuando consta renuncia expresa de los padres biol¨®gicos o ha sido retirada la patria potestad por sentencia judicial- o acogido, o si este acogimiento debe producirse en la familia extensa -t¨ªos o abuelos- o una en familia ajena. O si es de urgencia, simple o complejo; abierto, preadoptivo, profesional o terap¨¦utico... un monumental galimat¨ªas a gusto de las comunidades aut¨®nomas, a quienes el Senado hace tambi¨¦n un llamamiento para lograr acuerdos estatales aunque sean m¨ªnimos.
El acogimiento familiar inmediato evita que el m¨¢s indefenso del proceso -el menor- resulte psicol¨®gicamente da?ado mientras las Administraciones hacen su trabajo o las familias biol¨®gicas pelean en los juzgados contra la Administraci¨®n, o con la familia de acogida o ambas entre s¨ª, como ha ocurrido en los casos estremecedores de la ni?a Piedad (Canarias) o Diego, de El Royo (Soria), o los gemelos Iv¨¢n y Sara, de Dos Hermanas (Sevilla), y otros muchos, obligados a permanecer en instituciones a?o tras a?o mientras se dirime la inacabable pugna por su custodia.
El fin ¨²ltimo de la reforma es evitar que todo el tiempo empleado en burocracia no corra en contra del ni?o, como ocurre en la actualidad, sino mantenerle a salvo, lejos de las impersonales cunas de las instituciones.
Algunas intervenciones de expertos han sido muy cr¨ªticas con los centros, entre otras razones por las condiciones laborales de los t¨¦cnicos, que favorecen una movilidad excesiva. Seg¨²n consta en el Diario de Sesiones, uno de los expertos dijo: "Cuando uno de estos ni?os nos pregunta: '?Mi mam¨¢ sigue drog¨¢ndose?' le pueden contestar hasta 13 profesionales distintos".
La comparecencia de la portavoz de Amnist¨ªa Internacional, del presidente de la ONG Prodeni, entre otros, y muy especialmente el exhaustivo informe del Defensor del Pueblo de 2009 sobre 27 de estos centros -elegidos al azar- han sido determinantes para la decisi¨®n de clausura. Pero tambi¨¦n lo fueron los expertos que explicaron c¨®mo la mayor¨ªa de pa¨ªses del entorno espa?ol han cerrado los centros y el sistema funciona mejor. Mejor para los ni?os -el objetivo principal- y mejor tambi¨¦n para las arcas p¨²blicas, ya que una plaza en familia siempre resulta m¨¢s econ¨®mica que una institucionalizada. Aportaron datos: entre 3.500 y 6.000 euros mensuales en un centro residencial y entre 400 y 1.000 euros al mes en el caso de las familias.
Tanto senadores como comparecientes destacan que no todos los centros funcionan mal, y se han facilitado cifras de la generosa financiaci¨®n que reciben por parte de las Administraciones, pero todos coinciden en que hasta los mejor dotados impiden lo que los psic¨®logos llaman "el v¨ªnculo emocional estable", imprescindible para asentar la personalidad y afrontar la adolescencia con los mismos problemas que los otros ni?os, pero no m¨¢s.
El catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Evolutiva de la Universidad de Sevilla, Jes¨²s Palacios, cont¨® ante la Comisi¨®n que un estudio efectuado en Andaluc¨ªa con adolescentes adoptados o acogidos y adolescentes institucionalizados ofreci¨® un "grado de satisfacci¨®n vital" de 15 puntos por debajo para estos ¨²ltimos.
La propuesta del Senado consiste en un cierre "escalonado", en el "menor tiempo posible", que afectar¨ªa en primer lugar al tramo de edad de cero a tres a?os y en una segunda fase, de los tres a los seis. Desde esta edad y hasta los 11 ser¨ªan los siguientes en abandonar los centros, y finalmente, los casos m¨¢s dif¨ªciles para la adopci¨®n o la acogida, es decir, los mayores, quienes est¨¢n agrupados en m¨¢s de tres hermanos, o padecen enfermedades graves o presentan serias alteraciones de conducta, s¨ª permanecer¨ªan durante un tiempo en las instituciones, pero con la advertencia expresa de que hay que ir desmantelando las grandes instalaciones y sustituirlas por pisos u hogares tutelados, donde convivir¨ªan 6, 8 o 10 de estos ni?os como m¨¢ximo.
Los senadores son conscientes de que se enfrentan a una red de intereses que opondr¨¢ resistencia ante la medida: la mayor parte de las instituciones cuenta con gesti¨®n privada, en algunos casos son ¨®rdenes religiosas y en otras empresas o incluso multinacionales, como dijo la presidenta de la Asociaci¨®n para la Defensa, Amparo y Garant¨ªas en la Adopci¨®n y Acogimiento de Menores (DAGA), Mar¨ªa del Mar Calvo Cort¨¦s, que est¨¢ ocurriendo en Andaluc¨ªa y la Comunidad Valenciana.
Sin embargo, existe unanimidad entre los grupos parlamentarios y convencimiento de que la situaci¨®n necesita un cambio radical. En palabras de la portavoz del PP, G¨¢dor Ongil, "lo mejor de la comisi¨®n es que por una vez estamos de acuerdo, y lo hemos hecho porque estamos hablando de ni?os".
Profesi¨®n: cuidador de hijos
Una de las recomendaciones m¨¢s innovadoras del informe del Senado es la introducci¨®n en Espa?a de las familias profesionales de acogida, es decir, personas que, tras demostrar que est¨¢n capacitadas y haberse sometido a los cursos de formaci¨®n necesarios, tienen como "profesi¨®n" la crianza de ni?os desamparados con problemas a?adidos de salud, emocionales o de comportamiento.
Se trata de un modelo que funciona con eficacia en el mundo anglosaj¨®n, y que suele estar formado por parejas de m¨¦dicos, psic¨®logos, pedagogos, asistentes sociales u otras profesiones relacionadas con la infancia. Aunque estas especialidades tienen preferencia, ya que se entiende que pueden ser las m¨¢s adecuadas para ayudar a los menores, tambi¨¦n pueden optar al acogimiento remunerado personas con otro tipo de trabajos siempre que superen las pruebas de aptitud.
Estas familias cobran una cantidad por cada menor acogido y puede constituir su ¨²nica v¨ªa de ingresos. En lugar de cuidar a los ni?os antes o despu¨¦s de ir al trabajo, como ocurre ahora, el trabajo estar¨¢ en casa y consistir¨¢ precisamente en la atenci¨®n directa a los menores. La recomendaci¨®n siguiente de los senadores incide en la necesidad de intensificar los controles posteriores al acogimiento para evitar fraudes.
Algunas comunidades aut¨®nomas ya destinan peque?as cantidades a las familias de acogida, en algunos casos con aportaciones directas -cerca de 500 euros en el Pa¨ªs Vasco o la Comunidad de Madrid- y en otros mediante ayuda fiscal o becas de comedor. Tampoco en este aspecto los senadores han podido obtener datos que permitan trazar el mapa espa?ol de las ayudas.
Claves de la reforma
- Centros. Cierre progresivo de los centros, hasta alcanzar el acogimiento familiar de los menores de cero a seis a?os.
- Biolog¨ªa. Menor prevalencia de los derechos de las familias biol¨®gicas y m¨¢s atenci¨®n a los intereses del menor y a su estabilidad emocional, de acuerdo con una sentencia del Tribunal Supremo de 2009.
- Acogimiento. Campa?as de captaci¨®n de familias de acogida y mayor coordinaci¨®n entre las comunidades aut¨®nomas tanto en los requisitos previos como en las ayudas econ¨®micas y la relaci¨®n con la familia biol¨®gica.
- Educaci¨®n. Flexibilizar la rigidez actual del sistema educativo en lo referente a la edad que corresponde a cada curso o la repetici¨®n de este. Reconsideraci¨®n para estos ni?os de la norma general de repetir solo en los a?os pares.
- Listas ¨²nicas. Elaboraci¨®n de una lista ¨²nica de adoptantes, tanto nacionales como internacionales.
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