Demasiado 2.0 para los pol¨ªticos
Fallos t¨¦cnicos y mensajes encorsetados enfangan el primer debate en Twitter
Un formato nuevo, directo y fresco: un debate-entrevista en Twitter (con mensajes de 140 caracteres) de los candidatos a las elecciones catalanas del 28 de noviembre. Acudieron los seis partidos con representaci¨®n parlamentaria. Pero ni as¨ª los pol¨ªticos lograron ayer mostrar cercan¨ªa con los ciudadanos: los problemas t¨¦cnicos -todo se centraliz¨® en una p¨¢gina que funcion¨® a ratos- y la rigidez de las respuestas convirtieron una buena idea en un ejercicio sopor¨ªfero. Solo el propio formato logr¨® animar la tarde: el debate se encendi¨® por los comentarios paralelos en Twitter, y en los perfiles de los protagonistas en la red social, en los que narraron sus peripecias para superar los fallos.
Pese a basar gran parte de su discurso en la innovaci¨®n y las nuevas tecnolog¨ªas, solo tres de los candidatos participaron directamente en el debate. Artur Mas, l¨ªder de CiU, deleg¨® en Joana Ortega, su n¨²mero 2 por Barcelona. Ten¨ªa "otro trabajo", seg¨²n un portavoz. El presidente, Jos¨¦ Montilla, cedi¨® el testigo a la consejera de Sanidad, Marina Geli, que asegur¨® hablar "como proyecto socialista"; Montilla viajaba en ese momento de Madrid a Barcelona. Y el secretario general de ICV, Joan Herrera, ten¨ªa programado un acto a la misma hora y tuite¨® en su nombre la portavoz del partido, Dolors Camats.
Albert Rivera, de Ciutadans, el candidato con menos participaci¨®n parlamentaria, gan¨® por goleada. Al menos, fue el que m¨¢s preguntas respondi¨® y el m¨¢s acostumbrado al lenguaje 2.0. Fue el m¨¢s suelto de los seis.
Camats y Geli tuvieron reflejos y supieron sobreponerse a los problemas t¨¦cnicos -no llegaban ni preguntas ni respuestas- y optaron por un sistema paralelo desde su propio perfil de Twitter para responder a sus seguidores. Sin embargo, igual que les pas¨® a Joan Puigcerc¨®s, l¨ªder de ERC, y Alicia S¨¢nchez-Camacho, presidenta del PP catal¨¢n, sus mensajes no se movieron de la rigidez habitual que envuelve el lenguaje pol¨ªtico. Tampoco hubo interacci¨®n entre ellos, limit¨¢ndose a responder solo unas pocas de las decenas de preguntas que recibieron.
En definitiva, el primer debate en Twitter se convirti¨® en seis entrevistas paralelas, ca¨®ticas y desesperadamente lentas para la Red: 40 respuestas entre los seis en m¨¢s de una hora, menos, por ejemplo, que los tweets que generan los diputados catalanes un d¨ªa de pleno. Los seis participantes, eso s¨ª, valoraron la iniciativa, llamada a mejorar despu¨¦s de una gran acogida. Un aluvi¨®n de comentarios y preguntas colapsaron la p¨¢gina que centralizaba los mensajes. El 2.0 entra con fuerza en esta campa?a, pero est¨¢ por ver si los pol¨ªticos logran adaptar su mensaje al nuevo lenguaje.
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