?Hacemos crisis?
Hay una expresi¨®n pl¨¢stica que describe bien este momento que, en Galicia y en toda Espa?a, empieza a ser una enfermedad cr¨®nica. Una pregunta que se dirige al cuerpo y al esp¨ªritu, a la gimnasia de los ri?ones y al albur de los bulbos raqu¨ªdeos. ?Hacemos crisis? Nos parece ya una invitaci¨®n tan sexy que confundimos a Angela Merkel con Heidi Klum y a Elena Salgado con Elle McPherson. La pregunta tiene algo sexual y puede ser dirigida tanto a un Consejo de Ministros como a la providencia divina. Tanto es as¨ª que el capell¨¢n de San Andr¨¦s en A Coru?a (soy de los de antes de la romanizaci¨®n) puede pedirle goles a San Judas Tadeo, y Zapatero encomendarse a las barbas de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba como si fuese el mism¨ªsimo Leo Messi.
Hay menos que repartir, y este Estado de bienestar se ha convertido en un Estado de necesidad
Los argentinos (los gallegos siempre tenemos parentela y amigos argentinos) nos miran extra?ados despu¨¦s de tantos a?os de psicoan¨¢lisis y nos dan consejos sobre el corralito: son expertos en gastar lo que no tienen, al igual que el sistema financiero. ?Crisis? Un fen¨®meno gaseoso. ?Crisis?, se preguntan m¨¢s de cuatro millones de emigrantes y otros tantos de parados a los que alimenta una fe de unos mineros chilenos despu¨¦s de salir del vientre de la ballena ?Crisis?, dicen los ejecutivos de Wall Street con el bonus de Navidad a la vista pas¨¢ndose por el forro del Armani los consejos de Obama y de la Reserva Federal.
Pero aqu¨ª hay todav¨ªa que picar mucho carb¨®n para llegar al refugio. Y no falta el sentido del humor. Que Sanidad absorba ahora las competencias del fenecido Ministerio de Igualdad no deja de ser una intervenci¨®n m¨¦dica con gran sentido del teatro de operaciones. Como una pel¨ªcula de Billy Wilder, si me permiten. Que Fomento apenque con las cuentas de Vivienda tambi¨¦n me parece un gran hallazgo social: no hay okupas bastantes en este pa¨ªs para habitar ni la cent¨¦sima parte del parque p¨²blico vac¨ªo. Total que los tiempos van dando la raz¨®n a aquellas mentes puritanas que basan en el ahorro y no en el temerario carpe diem las consignas para un buen comportamiento en caso de naufragio.
Dec¨ªamos aqu¨ª no hace mucho que hab¨ªa empezado el erequeere, un periodo m¨¢s contagioso que la gripe porcina en la que los empresarios har¨ªan un gran aquelarre segando a la poblaci¨®n activa tanto por la juventud como por la madurez y dejando el tronco abonado para que todo habitante del reino quede a expensas de unos 20.000 euros anuales brutos con una hipoteca a 40 a?os vista ?Y mira que el Gran Solbes quiso negarse a los varios aguinaldos de antes de la quema! Total que ahora los macroeconomistas nos sorprenden con otra gran apuesta de futuro interior bruto: jubilaci¨®n a los 67 a?os y ya se ver¨¢ si el Imserso sigue financiando las clases de aerobic en Torremolinos.
?Hacemos crisis? Por muchos menos est¨¢ ardiendo Nanterre. ?Hacemos crisis? Hay que reconocer que esta ¨²ltima ha tenido algo sexy, por lo espont¨¢neo, por la frescura, por la reducci¨®n de efectivos que hasta lleg¨® al desfile del 12 de octubre: menos soldados, menos chuscos, menos Legi¨®n, total para que nos piten...
Hay, como ven, menos que repartir en este Estado del bienestar que se ha convertido en un Estado de la necesidad. Es razonable en este sentido (los catalanes tienen mucho seny, salvo el se?or Rosell, por lo visto) la propuesta matem¨¢tica de CiU: que los hijos se sumen a la cuenta de los a?os cotizados ?No es aportar mano de obra al sistema? ?Pues entonces? Las cuentas de ahorro, y no digamos las cajas de ahorro, est¨¢n tan de moda que a este paso todos nos vamos a hacer especialistas en creditolog¨ªa, esa ciencia inexacta que pone techos y suelos d¨®nde s¨®lo le conviene a la banca bendecida por el siempre cenizo Banco de Espa?a. Si usted es de los miles de ciudadanos que se ha estrellado contra el suelo, sabe de lo que hablo. Pero perdamos de vista esta nueva forma de ser, esta manera de vivir que se va adue?ando de nuestro inconsciente colectivo. ?Hacemos crisis? Nadie sabe muy bien cu¨¢ndo terminar¨¢ la pel¨ªcula (el FMI dice que en 2013, creo que por superstici¨®n m¨¢s que nada). O sea que o manda usted a paseo la agon¨ªa que nos embarga en sentido literal y se convierte en un moroso con gracia o haga como M¨¦ndez que, tras una vida confederada, le dijo a unos periodistas en Santiago el primer d¨ªa del resto de su vida: "Nunca le pidas dinero a un banquero". M¨¦ndez sabe bien lo que dice.
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