La cena
He aqu¨ª lo que sucedi¨®. Hace un par de meses, tres chicos quisieron sacar dinero de un cajero autom¨¢tico. Dos eran hermanos, uno de ellos adoptado. El tercero, su primo. El hermano biol¨®gico entr¨® y encontr¨® a una mendiga durmiendo. Avis¨® a su primo. La mujer les molestaba y, adem¨¢s, apestaba. El hermano adoptado sugiri¨® que fueran a otro cajero. No le hicieron caso. Los otros dos golpearon a la indigente con bolsas de basura, le arrojaron una l¨¢mpara, una silla, luego el primo cogi¨® un bid¨®n. El escritor holand¨¦s Herman Koch (Arnhem, 1953) lo cuenta en La cena, una novela excelente y provocadora. Los hechos son muy similares a lo ocurrido en Barcelona en 2005: dos j¨®venes y un menor quemaron a una indigente en un cajero. Koch centra el argumento en los padres de los adolescentes: Serge, un pol¨ªtico de ¨¦xito, candidato a primer ministro, y Babette, su esposa, que vive a la sombra del marido; son los padres de Rick y del adoptado Beau. Y Paul, hermano de Serge, que lleva a?os sin trabajar, y Claire, su mujer, padres de Michel. El planteamiento es uno de los hallazgos de La cena. La historia transcurre durante una cena en un restaurante para tratar del tema. Koch hace una parodia genial de esos restaurantes de moda, de platos grandes, de nombres largu¨ªsimos y raciones peque?as. Ninguno de los cuatro sabe exactamente qu¨¦ ha pasado, el que m¨¢s Paul, el narrador, otro de los aciertos de la novela. Las escenas en el restaurante, llenas de tensi¨®n, de silencios embarazosos, se mezclan con los recuerdos. As¨ª vamos descubriendo a Paul. Al principio, es f¨¢cil identificarse con ¨¦l, pero, poco a poco, vemos que es violento, que sus opiniones son un tanto peculiares. En la p¨¢gina 180, nos enteramos de que tiene un trastorno mental. ?Es pues responsable de la paliza que le dio al director del instituto de su hijo? Koch juega con sus personajes y juega con los lectores. Serge opina que Michel y Rick han cometido un asesinato, que debe retirar su candidatura y hacerlo p¨²blico; Claire dice que ha sido un accidente; Paul no permitir¨¢ que su hijo tenga un sentimiento de culpa. Koch, con sus juegos, plantea una pregunta inquietante: ?qu¨¦ har¨ªamos si supi¨¦ramos que nuestro hijo ha matado a una indigente? ?Qu¨¦ har¨ªamos si lo vi¨¦ramos colgado en Internet? ?Qu¨¦ har¨ªamos si supi¨¦ramos adem¨¢s que tambi¨¦n han agredido a un mendigo en el metro? La televisi¨®n e Internet no salen indemnes. Cuando los chicos golpean al mendigo en el metro le obligan a decir Jackass, un programa que muestra actividades de riesgo y peligrosas y que advierte que no se intente hacer lo mismo en casa. La frontera entre lo que es divertido y lo que hay que condenar es fr¨¢gil. No tiene ni una pizca de moralina.
La cena
Herman Koch
Traducci¨®n de Marta Arguil¨¦ Bernal
Salamandra. Barcelona, 2010
284 p¨¢ginas. 17 euros
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