G¨®mez cambiar¨¢ los convenios con o sin agentes sociales
El aterrizaje de Valeriano G¨®mez en el Ministerio de Trabajo es un arma de doble filo. El presidente del Gobierno lo ha elegido por su empat¨ªa con los sindicatos y sus conocimientos del mundo laboral. Pero esa carta de presentaci¨®n no basta para garantizar que UGT y CC OO vuelvan a acercarse al Ejecutivo. Un dirigente sindical ironizaba esta semana con esa idea: "La orientaci¨®n de las pol¨ªticas no cambia. Y al final es m¨¢s dif¨ªcil pelearse con alguien a quien tienes simpat¨ªa".
Revitalizar el di¨¢logo social, moribundo desde antes de la huelga general, constituye la principal misi¨®n de Valeriano G¨®mez. La primera oportunidad para ensayarlo se producir¨¢ con la pr¨®xima reforma clave, la de las pensiones. Zapatero se ha comprometido a cerrar una propuesta antes de final de a?o y pretende implicar en ella al Parlamento y a los agentes sociales. Para lograrlo, G¨®mez habr¨¢ de emplear toda su habilidad negociadora, que probablemente no baste: el Partido Popular no tendr¨¢ inter¨¦s en dar su apoyo a una medida tan impopular como elevar de 65 a 67 a?os la edad legal de jubilaci¨®n. Y los sindicatos lo rechazan de plano. Sin apoyos parlamentarios ni sindicales, la reforma de las pensiones corre el riesgo de convertirse en una nueva imposici¨®n del Gobierno.
La duda reside en dilucidar hasta qu¨¦ punto el Ejecutivo renunciar¨¢ a esa propuesta estrella. El nuevo ministro de Trabajo deja entrever que est¨¢ dispuesto a explorar otras v¨ªas para conseguir el mismo objetivo -alargar la permanencia en el puesto de trabajo- si con ello logra ganarse el respaldo popular. Habr¨¢ que ver si la vicepresidenta Elena Salgado apoya esa concesi¨®n.
Junto a las pensiones llegar¨¢ tambi¨¦n la concreci¨®n de algunos aspectos de la reforma laboral que han quedado por definir. El m¨¢s destacable ata?e a las pol¨ªticas de est¨ªmulo del empleo y probablemente tambi¨¦n las prestaciones de paro, uno de los pocos cap¨ªtulos de gasto que a¨²n no han sufrido recortes.
El ¨²ltimo retoque afectar¨¢ al elemento laboral menos reformado hasta ahora: la negociaci¨®n colectiva. Si empresarios y sindicatos no logran acordar un nuevo modelo, el Ejecutivo elaborar¨¢ el suyo a partir de marzo. El objetivo ser¨¢ agilizar las decisiones en el seno de las empresas y reducir la atomizaci¨®n de convenios.
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