M¨¢s all¨¢ de dar las gracias

Hace un tiempo quise hacer un buen regalo a un apreciado amigo y maestro. No era tarea f¨¢cil, puesto que es una persona de gustos especiales, y yo no quer¨ªa caer en el t¨®pico de buscar algo de recurso. Busqu¨¦ y busqu¨¦, hasta que lo encontr¨¦.

Quedamos para cenar, y en la sobremesa le di mi regalo. Lo recibi¨® con una gran sonrisa y se le iluminaron los ojos. Pero no me dijo nada. Pasamos una entra?able velada y cuando se fue me qued¨¦ con un cierto desconcierto, pues lo cierto es que en ning¨²n momento me hab¨ªa dado las gracias. Ni al recibirlo ni al marchar.

Al cabo de unas semanas me lleg¨® una invitaci¨®n para un acto en la Universidad en el que ¨¦l participaba. Como no pod¨ªa ser de otro modo, acud¨ª, me sent¨¦ en la pen¨²ltima fila y de repente lo vi aparecer, elegantemente vestido con el jersey que le hab¨ªa regalado. Me busc¨® con la mirada y, se?al¨¢ndolo, pude leer en sus labios c¨®mo me dec¨ªa "me traer¨¢ suerte". Entend¨ª en aquel momento que estaba haciendo algo mucho m¨¢s importante que darme las gracias. Me estaba haciendo sentir todo su agradecimiento.

"Cada mensaje de gratitud es no solo necesario, sino extremadamente valioso para mantener las relaciones"

Dicen las estad¨ªsticas que cada d¨ªa damos las gracias m¨¢s de veinte veces. Las damos cara a cara, por tel¨¦fono, por correo electr¨®nico, con SMS? Muchas veces lo hacemos de forma autom¨¢tica, sin casi darnos cuenta. La pregunta es: ?cu¨¢ntas de estas veces somos capaces de mostrar de verdad gratitud?

empezar a agradecer

"Solo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud" (Jean de la Bruy¨¨re)

Hay una gran diferencia entre dar las gracias y mostrar nuestro agradecimiento. Dar las gracias es una respuesta espont¨¢nea, autom¨¢tica, un convencionalismo social que por educaci¨®n y por cordialidad hacemos de oficio. Es una expresi¨®n que ante algo que han hecho por nosotros cierra el c¨ªrculo, pero a menudo lo cierra en falso. Porque hecho el formulismo, podemos pensar que ya hemos agradecido lo que hayan hecho por nosotros y puede que esta impresi¨®n no sea cierta en absoluto.

?Me habr¨ªa servido de algo que mi amigo me hubiera dado las gracias, si un d¨ªa fuese a su casa y viera el jersey que le regal¨¦ en el fondo de un armario, con la etiqueta a¨²n colgando?

Hay muchos "gracias" que saben a pura hipocres¨ªa, de esos que uno ya descubre con solo o¨ªrlos que no hay detr¨¢s de ellos ni la m¨¢s m¨ªnima intenci¨®n de gratitud. Y estos son los que deber¨ªamos evitar a toda costa.

Mostrar nuestro agradecimiento va mucho m¨¢s all¨¢ de pronunciar la palabra m¨¢gica "gracias": es mostrarle a la otra persona que realmente valoramos y apreciamos lo que ha hecho por nosotros o lo que nos ha dado. Y en esto los convencionalismos no ayudan. Con la sobreutilizada expresi¨®n "gracias" no tenemos bastante, porque su utilizaci¨®n autom¨¢tica (m¨¢s de veinte veces al d¨ªa) la ha vaciado de contenido. Es necesario encontrar nuevas formas de mostrar a las personas el sentimiento de agradecimiento aut¨¦ntico.

m¨¢s claro que las palabras

"Mientras los r¨ªos corran al mar y?haya estrellas en el cielo, debe durar la memoria del beneficio recibido en la mente del hombre agradecido" (Virgilio)

Para mostrar al otro nuestra gratitud, los peque?os detalles son mucho m¨¢s eficaces que las palabras, y mucho m¨¢s indicados para transmitir nuestro sentimiento. El reto es: ?c¨®mo podemos hacer sentir al otro que le estamos agradecidos de verdad? ?C¨®mo podemos mostrarle que ocupa un peque?o espacio en nuestro coraz¨®n y en nuestro pensamiento?

Es imprescindible pensar en gestos que, conectados con aquello que hemos recibido, lleguen al otro. A mi alrededor he podido vivir algunos que han tenido o tuvieron en su d¨ªa un potente efecto:

- Un amigo ayud¨® a su hermana a conseguir una entrevista que le proporcion¨® un buen empleo. El primer correo que su hermana envi¨® desde su nuevo puesto -y, por tanto, con la firma de la empresa- fue para ¨¦l. Y ese mensaje no conten¨ªa la palabra gracias.

- Mi padre ayud¨® a un amigo pescador en la reparaci¨®n de su barca. Cuando lleg¨® a casa se encontr¨® encima del m¨¢rmol de la cocina un precioso y reci¨¦n pescado mero.

- A un buen amigo le regalamos entre un grupo un reloj de monta?ismo. Recibimos cada uno de nosotros una fotograf¨ªa de nuestro amigo en el Monte Perdido, con su mu?eca (y el reloj) situados en un desproporcionado primer plano.

Recibir el agradecimiento por algo que hemos hecho es sin duda agradable, y es bueno que lo disfrutemos. Pero no debemos necesariamente contar con ello, y sobre todo no debemos depender de ello.

Si dependemos de los agradecimientos de los dem¨¢s, nos exponemos a constantes frustraciones. Dijo Dale Carnegie: "Esperar gratitud de la gente es desconocer la naturaleza humana". Yo no ir¨ªa en absoluto tan lejos, pues creo que la gente, en esencia, es agradecida. Pero s¨ª es cierto que no todos lo son, y que quienes lo son no lo son siempre.

Hay gente que hace favores a los dem¨¢s para que le den las gracias. Es su alimento emocional, lo que le llena y le da energ¨ªa. Y, claro, cuando no lo reciben se indignan: ?c¨®mo puede ser que no me den las gracias?

Estos comportamientos son un claro signo de dependencia: aquellos que act¨²an as¨ª necesitan y dependen del agradecimiento de los dem¨¢s, cosa que inevitablemente les acarrear¨¢ problemas. Deber¨ªamos preguntarnos: ?por qu¨¦ hacemos un favor?, ?porque as¨ª lo sentimos y est¨¢ en nuestra forma de ser, o porque esperamos con ello obtener el reconocimiento de los otros?

Si lo hacemos por convicci¨®n, no debemos esperar la gratitud del otro. Si llega, la recibiremos con ilusi¨®n. Si no la hay, nos reconfortar¨¢ la sensaci¨®n de que hemos hecho exactamente lo que quer¨ªamos hacer, porque no esper¨¢bamos nada por ello.

Hay en la Red una discusi¨®n abierta acerca de la conveniencia o no de responder a los mensajes con un nuevo mensaje de "gracias". Las estad¨ªsticas son contundentes e inapelables: se generan billones de correos electr¨®nicos y SMS adicionales,?se pierden miles de horas laborales abriendo y gestionando estos correos, y se colapsan bandejas de entrada del correo personal y hasta servidores. Todo ello es cierto a nivel global, pero no menos cierto es que a nivel individual cada mensaje de gratitud es, si est¨¢ bien expresado, no solo necesario, sino extremadamente valioso para mantener las relaciones.

Lo siento por mis amigos, conocidos y contactos, puesto que seguir¨¢n recibiendo mis correos de gracias. Los har¨¦ escuetos, lo prometo. Lo pondr¨¦ bien claro en la casilla de "asunto" para que no haya dudas? y me los trabajar¨¦ para que incorporen de verdad pinceladas de agradecimiento. Pero los enviar¨¦, y les animo, a pesar de todo, a hacer lo mismo. Porque las estad¨ªsticas son fr¨ªos datos, y las emociones no conocen de razones.

?Cu¨¢ntos agradecimientos Hemos dejado en el camino?

"Cuando bebas agua, recuerda la?fuente" (proverbio chino)

Muchos de nosotros raramente dejamos de dar las gracias, pero muy frecuentemente nos saltamos el agradecimiento. Busquemos a nuestro alrededor a quien ha hecho recientemente algo por nosotros que ha sido importante. Y busquemos una forma creativa de mostrarle nuestro agradecimiento. Hag¨¢moslo por ellos, pero tambi¨¦n por nosotros. Porque agradecer es a menudo tan gratificante como recibir.

Con estos gestos, vayamos saldando la deuda de tantos a?os en los que nos hemos limitado a dar tantos y tan educados ?gracias!