Vuelta de tuerca a la gran banca
El debate sobre las entidades sist¨¦micas, pr¨®xima parada de la reforma
Los centinelas del sistema financiero, los mismos que no advirtieron que el mayor descalabro econ¨®mico en d¨¦cadas crec¨ªa ante sus ojos, enviaron esta semana al G-20 el documento que sintetiza su prop¨®sito de enmienda. Como ya anunci¨® hace algo m¨¢s de un mes el Comit¨¦ de Basilea, el organismo que los re¨²ne, los supervisores exigir¨¢n a las entidades financieras que acumulen mucho m¨¢s capital de calidad (acciones y reservas) para limitar as¨ª las inversiones arriesgadas y tener con qu¨¦ afrontar las p¨¦rdidas en futuras crisis. Pero en el cuadro que resume las nuevas exigencias a la banca falta algo: los requisitos adicionales que se impondr¨¢n a las entidades m¨¢s influyentes en el sistema, aquellas capaces de arrastrar en su ca¨ªda a las finanzas mundiales.
Los supervisores fijar¨¢n en 2011 m¨¢s requisitos de capital a la gran banca
El Comit¨¦ de Basilea debe decidir a¨²n qu¨¦ es una entidad sist¨¦mica
Es una ausencia llamativa, m¨¢s a¨²n cuando la crisis financiera se precipit¨® en septiembre de 2008 tras la quiebra de Lehman Brothers, una entidad que, por su tama?o y por su penetraci¨®n en los mercados financieros, se gan¨® a pulso el adjetivo de "sist¨¦mica". La inmensa mayor¨ªa de los analistas coincidieron en se?alar como un error may¨²sculo aquella decisi¨®n del Gobierno de EE UU, que dej¨® caer al banco de inversi¨®n. Y, desde entonces, las autoridades nacionales intervinieron con presteza, y con miles de millones de dinero p¨²blico, ante cualquier situaci¨®n similar. Y, en paralelo, creci¨® el consenso de que hab¨ªa que forzar a las "entidades sist¨¦micas" a ser m¨¢s prudentes que el resto.
La dificultad de llevar a cabo este prop¨®sito, que los gigantes del sector miran con lupa, ha llevado al Comit¨¦ de Basilea a desgajar este delicado debate del documento con las nuevas reglas de solvencia. Mientras los ministros de Econom¨ªa de pa¨ªses avanzados y emergentes ya han podido analizar este fin de semana en Corea del Sur las propuestas generales para elevar los requisitos de capital y liquidez, bautizadas como Acuerdo de Basilea III, el comit¨¦ de supervisores se ha dado todav¨ªa un pu?ado de semanas m¨¢s para fijar los criterios "cuantitativos y cualitativos" que permitir¨¢n esclarecer cu¨¢les son "entidades sist¨¦micas" y cu¨¢les no. Y hasta mediados de 2011 para definir qu¨¦ requisitos adicionales deber¨¢n cumplir.
La primera parada del debate se antoja ya problem¨¢tica. Los grandes bancos, que tienen todas las papeletas para ser incluidos en la lista de "entidades sist¨¦micas" (en Espa?a, Banco Santander y BBVA est¨¢n en todas las quinielas), ya han desplegado una bater¨ªa de argumentos para desarmar la idea de que a mayor tama?o, mayor riesgo. Como bot¨®n de muestra, la tribuna que el vicepresidente del Santander, Alfredo S¨¢enz, public¨® en el diario econ¨®mico Financial Times, 24 horas despu¨¦s del anuncio del Comit¨¦ de Basilea.
"El foco se ha puesto en un recargo en forma de mayores requisitos de capital a las entidades que se definan como sist¨¦micamente significativas. Pero es un punto de vista demasiado limitado", afirma en la tribuna el ejecutivo del banco espa?ol. S¨¢enz pone el acento en dos ejemplos (el brit¨¢nico Nothern Rock o la crisis generada por peque?as entidades estadounidenses a finales de los ochenta) para destacar que la dimensi¨®n no siempre es un factor decisivo. Y plantea que, en vez de un recargo de capital a las grandes entidades por su influencia sist¨¦mica, se establezca un recargo para todas las entidades, y que sean los supervisores los que grad¨²en su cuant¨ªa seg¨²n sea la gesti¨®n de riesgos (nivel de endeudamiento, pol¨ªtica de bonus a los directivos, solvencia, diversidad del negocio, etc¨¦tera).
Vicente Cu?at, profesor en la London School of Economics, aprecia buena parte de la argumentaci¨®n del consejero delegado del Santander, y, por extensi¨®n, de la gran banca. "El tama?o, la estructural legal de una entidad o el tipo de negocio no bastan para definir qu¨¦ es una entidad sist¨¦mica, es algo que cambia en el tiempo". Para ilustrarlo, Cu?at se fija en la experiencia espa?ola, que S¨¢enz opt¨® por no citar en su tribuna. "En Espa?a, por el momento en que ocurri¨®, con la crisis financiera ya muy desarrollada y la preocupaci¨®n de los mercados, Caja Castilla-La Mancha fue tratada como una entidad sist¨¦mica y se intervino, pese a ser una caja peque?a", recuerda.
Para el profesor de la London School of Economics, "dar una vuelta de tuerca adicional a los grandes bancos" por su influencia en el sistema financiero, adem¨¢s de obviar otros posibles focos de riesgo, podr¨ªa tener "un efecto negativo sobre la concesi¨®n de cr¨¦ditos". Es este un argumento que emplea a menudo el sector y que el Comit¨¦ de Basilea rebate, pero que, tras la acumulaci¨®n de nuevos requisitos generales a la banca, plasmados en el Acuerdo de Basilea III y en las distintas normativas nacionales, vuelve a ganar fuerza.
El Acuerdo de Basilea III, que debe ser refrendado por los l¨ªderes del G-20, triplica la ratio de capital de mayor calidad (del 2% al 7% de los activos ponderados por el riesgo de cada operaci¨®n) que se exigir¨¢ a las entidades financieras. Y obligar¨¢ a los bancos a conservar suficiente liquidez tanto para afrontar un colapso s¨²bito de los mercados, como para cubrir los desfases que puedan surgir por financiarse a corto plazo de forma recurrente para sostener inversiones a largo plazo. Pero tambi¨¦n dio un generoso periodo de tiempo al sector para acomodarse a la nueva situaci¨®n: los nuevos m¨ªnimos de capital se aplicar¨¢n de forma gradual desde 2013 y no se exigir¨¢n de forma completa hasta 2019.
Est¨¢ por ver si el Comit¨¦ de Basilea es capaz de salir con buen pie del prop¨®sito de definir qu¨¦ es una entidad sist¨¦mica. Fuentes del sector recalcan que podr¨ªa incluso tener un efecto contraproducente: dar el apellido de sist¨¦mica a una entidad es sin¨®nimo, en el mercado, de dar una garant¨ªa de que esa entidad ser¨¢ rescatada por las autoridades nacionales en caso de zozobra. Es decir, que su incentivo a tomar decisiones m¨¢s prudentes ser¨ªa entonces mucho menor, ya que esa garant¨ªa impl¨ªcita (una triple A en toda regla) les facilitar¨ªa tomar dinero en el mercado.
Sobre la vuelta de tuerca adicional que el Comit¨¦ de Basilea dar¨¢ a mediados de 2011 hay pocas pistas a¨²n. Los supervisores se inclinan por aplicar a las entidades que finalmente entren en el saco de "sist¨¦micas", recargos sobre los nuevos y m¨¢s estrictos requisitos de capital -medios financieros especulan con un 2% adicional-. Adem¨¢s, el Comit¨¦ de Basilea medita obligar a transformar la deuda emitida por los gigantes del sector en acciones, en caso de crisis, ya sea mediante cl¨¢usulas en los contratos (capital contingente) o mediante intervenci¨®n de los supervisores (deuda bail-in). El objetivo es que las grandes entidades tengan m¨¢s capacidad de absorber p¨¦rdidas y que no sean necesarias (o no tan masivas) las inyecciones de capital p¨²blico para evitar un colapso del sistema.
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