Inversi¨®n p¨²blica y crecimiento regional
La inversi¨®n presupuestada por el Gobierno de Espa?a en el proyecto presentado hace unos d¨ªas al Congreso tiene una llamativa singularidad: por primera vez en muchos a?os la apuesta inversora se concentra en infraestructuras que buscan la red m¨¢s que el esquema radial, dado que las estrellas son el eje ferroviario cant¨¢brico y el mediterr¨¢neo (con 1.800 y 1.700 millones de euros respectivamente). El motivo no es la postergaci¨®n del centro, sino m¨¢s bien todo lo contrario, dado que el esfuerzo radial va por delante y culmina a finales de este a?o con la inauguraci¨®n de la conexi¨®n Madrid-Valencia.
La presentaci¨®n anual de los Presupuestos del Estado abre ritualmente un debate territorial en cada comunidad, provincia e incluso ciudad por ver c¨®mo queda en t¨¦rminos de inversi¨®n per c¨¢pita, pero ese debate adolece en su ra¨ªz de un verdadero an¨¢lisis de los efectos sobre nuestra geograf¨ªa econ¨®mica de la inversi¨®n p¨²blica.
Mejorar las infraestructuras hace m¨¢s eficiente a la distribuci¨®n, pero produce concentraciones de poder El poder econ¨®mico se ha concentrado en treinta a?os tanto como se ha dispersado el poder pol¨ªtico
La reciente publicaci¨®n por ?ngel de la Fuente en Fedea de sus resultados para tener series largas (1955-2009), homog¨¦neas y anuales de valor a?adido bruto (VAB), poblaci¨®n y empleo, nos permite esbozar esa visi¨®n de largo plazo y arroja resultados que creo que merecen atenci¨®n por sus implicaciones econ¨®micas y pol¨ªticas. Una primera aproximaci¨®n puede consistir en observar el porcentaje que cada comunidad representa en el VAB total, que puede crecer porque crezca m¨¢s que la media su poblaci¨®n o su VAB per c¨¢pita; en ambos casos, esa subida mostrar¨ªa un mayor crecimiento, cuantitativo o cualitativo, y un mayor peso econ¨®mico y pol¨ªtico en el total. Obviamente, lo contrario en casos de descenso. Si, por simplificar, nos centramos en las tres comunidades m¨¢s pobladas de Espa?a: Catalu?a, Andaluc¨ªa y Madrid, uno tender¨ªa a pensar que la descentralizaci¨®n del poder pol¨ªtico y el aumento de la progresividad de gastos e impuestos p¨²blicos deber¨ªan haber llevado a aumentar el peso relativo de las dos primeras desde la transici¨®n, en detrimento de la tercera. Este es, al menos, el grito de la derecha m¨¢s centralista y reaccionaria. Pero observamos que ocurre justamente lo contrario. En el caso de Catalu?a, aument¨® su peso econ¨®mico desde finales de los cincuenta hasta el fin del franquismo (por la reindustrializaci¨®n), marc¨® una suave ca¨ªda hasta 1985 y una recuperaci¨®n hasta 1995, y desde entonces no ha dejado de caer. En el caso de Andaluc¨ªa, sigui¨® un camino contrario en el franquismo marcado por la emigraci¨®n, se recuper¨® algo hasta principios de los noventa, y desde entonces mantiene un nivel casi constante. Madrid, por ¨²ltimo, no ha dejado de crecer relativamente en estos 54 a?os, aumentando tres puntos su participaci¨®n en el total (ese crecimiento equivale a que se hubiese anexionado una regi¨®n como la de Murcia) en un proceso que, lejos de frenarse, se ha acelerado desde 1997.
?Qu¨¦ ha sucedido? La se?ora Aguirre seguro que acudir¨ªa presta a atribuirse el m¨¦rito, pero la progresi¨®n ascendente de Madrid viene de antes, y comunidades gobernadas por el PP, como la Valenciana, Canarias o la Regi¨®n de Murcia, marcan los mayores descensos en VAB per c¨¢pita, de forma que es dif¨ªcil colar ese tipo de explicaciones. Lo que creo que subyace a estos datos es el efecto de la mejora de las comunicaciones, y es algo que tiende a minusvalorarse. El enfoque habitual cuando se valora la inversi¨®n en infraestructuras es su inclusi¨®n en una "funci¨®n de oferta", en tanto que aumenta la capacidad de producci¨®n de cada comunidad. Sin embargo, m¨¢s que aumentar dicha capacidad, el efecto directo es que acerca los mercados; esto implica ventajas agregadas, en tanto que permite a la vez empresas m¨¢s grandes y eficientes y m¨¢s competencia, pero tambi¨¦n tiene efectos distributivos, porque de esa mayor competencia habr¨¢ ganadores y perdedores. Por decirlo en t¨¦rminos de premios Nobel, se tiende a estudiar el papel de la inversi¨®n en infraestructuras en un marco tipo Solow, pero los efectos tipo Krugman son al menos tan importantes. Por ejemplo, hace unas d¨¦cadas cualquier empresa de ¨¢mbito nacional ten¨ªa una amplia red comercial (e incluso de producci¨®n) en el territorio, mientras que ahora se puede viajar por el territorio nacional en horas, con lo que no tiene sentido mantener sedes territoriales comerciales en muchos casos.
El efecto de la mejora en las infraestructuras es una mejora en la eficiencia de la distribuci¨®n, pero tambi¨¦n una concentraci¨®n del poder y el personal de las empresas en torno a su sede central, con frecuencia en Madrid. Dicho de otra forma, en t¨¦rminos territoriales, en los ¨²ltimos treinta a?os el poder econ¨®mico se ha concentrado al menos tanto como se ha dispersado el poder pol¨ªtico. ?Por qu¨¦ en Madrid? La mejora de las comunicaciones ha reforzado los beneficios de su posici¨®n central, debido a la estructura radial (no solo f¨ªsica, porque los vuelos juegan un papel importante).
?Tiene sentido intentar cambiar ese rumbo? Lo que tiene sentido es intentar favorecer una competencia en igualdad de oportunidades, porque eso estimula la excelencia y reduce los victimismos interesados. La estructura en red es buena para Espa?a como pa¨ªs y como econom¨ªa, y es por ello que infraestructuras como el corredor mediterr¨¢neo o cant¨¢brico deben contribuir a vertebrar nuestro pa¨ªs y a potenciar nuestra recuperaci¨®n. El proyecto de Presupuestos Generales presentado hace unos d¨ªas es en este sentido una apuesta muy positiva para el futuro econ¨®mico y pol¨ªtico de Espa?a.
Pedro Saura Garc¨ªa es profesor de Fundamentos del An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad de Murcia.
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