Inmigraci¨®n y salud
Recientemente han vuelto a aparecer declaraciones de pol¨ªticos que relacionan los problemas de saturaci¨®n de la atenci¨®n sanitaria con los inmigrantes y que pretenden dificultar el acceso a la atenci¨®n sanitaria de los inmigrantes no regularizados. Convendr¨ªa hacer algunas reflexiones sobre el tema.
Primero, la poblaci¨®n inmigrante es mayoritariamente joven y sana.
Por otra parte, la demanda de los inmigrantes no supone un problema especial para la atenci¨®n sanitaria. Los inmigrantes tienen menor demanda asistencial que la poblaci¨®n espa?ola, as¨ª lo demuestran estudios de Madrid, Catalu?a y Arag¨®n. Es m¨¢s, el estudio aragon¨¦s ha identificado que el consumo de f¨¢rmacos de los inmigrantes es inferior al de la poblaci¨®n espa?ola de la misma edad.
Resulta, pues, falso y malintencionado culpar a la inmigraci¨®n de una utilizaci¨®n abusiva e inapropiada de los recursos sanitarios.
Hay que tener tambi¨¦n en cuenta que la financiaci¨®n de la sanidad no esta vinculada a la Seguridad Social. Desde 2001 se basa en el IVA y en los impuestos especiales. Cuando se consume cualquier producto se est¨¢ financiando la sanidad, por eso todas las personas que est¨¢n en Espa?a, legal o ilegalmente, contribuyen, y es injusto que los inmigrantes sin papeles financien la atenci¨®n sanitaria y a la vez impidamos que reciban sus prestaciones.
Para finalizar, la presencia de grupos de poblaci¨®n que carecen de atenci¨®n sanitaria es un riesgo para todos los dem¨¢s, porque pueden constituirse en reservorios de enfermedades transmisibles. Aunque solo sea por ego¨ªsmo nos interesa que todos tengan acceso a la atenci¨®n sanitaria, y el ponerles trabas y excluirlos supone un riesgo suplementario para la salud de todos.
Algunas comunidades aut¨®nomas establecieron unas tarjetas sanitarias especiales a la que ten¨ªan acceso los inmigrantes sin regularizar, y el empadronamiento ha permitido tambi¨¦n que pudieran tener atenci¨®n sanitaria. Las propuestas que se hacen son inasumibles desde el punto de vista sanitario y de ponerse en practica supondr¨ªan no solo una injusticia sino adem¨¢s un riesgo para la salud de los ciudadanos espa?oles.
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