Georges Fr¨ºche, el pol¨¦mico presidente de Languedoc
Georges Fr¨ºche, presidente de la regi¨®n francesa de Languedoc-Roussillon y ex alcalde de Montpellier durante 27 a?os, muri¨® el 24 de octubre, a los 75 a?os. Fue un pol¨ªtico controvertido, lenguaraz, acusado de racista, autoritario, valiente, acaparador, culto, pol¨¦mico, polemista, amante de los discursos interminables, vencedor de elecciones, adorado y denostado por igual, que hab¨ªa prometido -y cumpli¨®- morirse como Moli¨¨re, sobre el escenario: su ¨²ltima pol¨¦mica data del verano pasado, cuando trat¨® de edificar una plaza denominada "Grandes hombres del siglo XX" en la que coloc¨® la estatua de Lenin y Mao Zedong (su modelo pol¨ªtico de juventud) junto a la de De Gaulle o Franklin D. Roosevelt. Le llovieron cr¨ªticas desde la derecha y desde la izquierda.
Naci¨® en julio de 1938 en Puylaurens (Tarn). Su padre, que luch¨® en la Resistencia, era funcionario, y su madre, institutriz.
Alumno brillante, pudo seguir una carrera universitaria sobre la materia de la que era doctor, Historia del Derecho, pero el virus de la pol¨ªtica ya le hab¨ªa mordido y pudo con ¨¦l. A los 35 a?os ya era diputado socialista de H¨¦rault. Pero, sobre todo, fue alcalde de Montpellier. Consigui¨® hacerse con un electorado heterog¨¦neo, compuesto de gentes de izquierda, de derecha y de centro que, sobre todo, acabaron votando a Fr¨ºche. No dej¨® el cargo hasta 2004, poni¨¦ndolo en manos de su primera adjunta a la alcald¨ªa, a la que muchos calificaron durante alg¨²n tiempo como simple t¨ªtere y a la que el mismo Fr¨ºche, cuando vio que se le resist¨ªa, llam¨® directamente "gilipollas".
No solo a ella. Tambi¨¦n a su electorado le llam¨® lo mismo. Fue un pol¨ªtico que, seg¨²n muchos de sus seguidores, transform¨® Montpellier de arriba abajo. El peri¨®dico Le Figaro recordaba el lunes que elev¨® esta urbe a la s¨¦ptima ciudad de Francia.
Pero, m¨¢s all¨¢ de sus logros urban¨ªsticos o sociales, Fr¨ºche fue conocido tambi¨¦n por sus resbalones verbales. En noviembre de 2005, cuando las periferias de las grandes ciudades ard¨ªan por la protesta de los j¨®venes de los barrios pobres, a la hora de comentar la cantidad de coches quemados que amanec¨ªan en las calles, asegur¨®: "Me pregunto si no ser¨¢n los mismos polis los que, como en el 68, prenden fuego a los coches". En 2006, al comentar el equipo de la selecci¨®n nacional francesa de f¨²tbol, solt¨®: "En este equipo hay 9 negros de 11. Lo normal ser¨ªa que hubiera solo tres o cuatro". Estas declaraciones, que levantaron una considerable polvareda pol¨ªtica, junto con otras igual de poco afortunadas sobre los combatientes argelinos en el Ej¨¦rcito franc¨¦s, le costaron a Fr¨ºche la expulsi¨®n del partido socialista en 2007, que las consider¨® intolerables y racistas.
En las ¨²ltimas elecciones regionales, celebradas en junio, a las que se present¨® con un partido a su imagen y semejanza, gan¨® con un 54% de los votos. Durante la campa?a electoral intercambi¨® pullas p¨²blicamente con la primera secretaria del Partido Socialista franc¨¦s, Martine Aubry, que el lunes coment¨® sobre ¨¦l: "Fue un gran visionario, cuyo nombre quedar¨¢ para siempre ligado a Montpellier". Su ata¨²d, adem¨¢s de la bandera de Francia, luc¨ªa en la capilla ardiente una rosa roja, deseo expreso del pol¨ªtico, que hasta el ¨²ltimo momento se confes¨® socialista.
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