Temor a cambiar el Tratado
La mera menci¨®n a retoques institucionales de la UE provoca sarpullidos y recelos entre los gobernantes
Cuando a¨²n est¨¢ fresca la tinta de la firma del Tratado de Lisboa, que entr¨® en vigor el pasado 1 de diciembre, la mera menci¨®n de abrir de nuevo el mel¨®n institucional de la Uni¨®n Europea provoca todo tipo de sarpullidos. El recuerdo de los nueve a?os de tensas negociaciones que requiri¨® la aprobaci¨®n y ratificaci¨®n de Tratado vigente despierta toda suerte de temores. En la mente de muchos est¨¢n episodios y sobresaltos como los rechazos a la Constituci¨®n en los refer¨¦ndums en Francia y Holanda, las dos consultas en Irlanda, los pulsos de Polonia y la Rep¨²blica Checa.
Esta larga etapa de negociaci¨®n institucional ha sido tambi¨¦n sin¨®nimo de par¨¢lisis de la actividad pol¨ªtica. La realidad es que durante estos nueve a?os la UE ha visto muchas de sus energ¨ªas absorbidas por asuntos puramente jur¨ªdicos e institucionales a costa del desarrollo de las pol¨ªticas que interesaban y exig¨ªan los ciudadanos. Por todo este background, cuando se ha puesto de nuevo sobre la mesa la necesidad de reformar el Tratado para incluir un mecanismo permanente de rescate para los Estados insolventes, se han buscado todos los calificativos imaginables para minimizar su impacto. As¨ª que desde el primer momento se ha tomado la cautela de asegurar que la reforma ser¨ªa en todo caso "limitada", "abreviada", "simplificada" e incluso no se descartaba que al tratarse de cambios tan localizados siquiera fuera necesaria, aunque esta opci¨®n parece muy improbable.
Est¨¢ vivo el recuerdo de los nueve a?os de negociaci¨®n del Tratado de Lisboa
Cameron lograr¨¢ que se reduzca el gasto de la UE y, por tanto, su aportaci¨®n
Habr¨¢ que esperar a mediados de diciembre a que el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, presente el resultado de sus consultas con los Estados miembros teniendo en cuenta los trabajos preparatorios que habr¨¢ realizado la Comisi¨®n Europea.
El Tratado de Lisboa prev¨¦ dos procedimientos para su revisi¨®n. Uno reforzado, que exigir¨ªa la convocatoria de una convenci¨®n, y otro simplificado, que solo requiere una decisi¨®n por unanimidad del Consejo. La revisi¨®n reforzada, que es la que se precisar¨ªa para quitar el voto de un Estado, se ha descartado completamente.
Fuentes jur¨ªdicas consultadas sostienen que para la creaci¨®n de un mecanismo de rescate financiero bastar¨ªa con acudir al procedimiento de revisi¨®n simplificado, que exige una decisi¨®n un¨¢nime del Consejo Europeo ratificada por los Estados, seg¨²n sus propias disposiciones constitucionales. Se prev¨¦ incluso la posibilidad de pasar de la unanimidad a la mayor¨ªa cualificada por una simple decisi¨®n del Consejo Europeo acompa?ada de un procedimiento de aquiescencia t¨¢cita de los Parlamentos nacionales.
En cualquier caso, la reforma est¨¢ en manos de los Estados, lo que implica que muchos ya est¨¢n empezando a pensar qu¨¦ van a obtener a cambio de la r¨²brica. De momento Reino Unido y Polonia ya se han anticipado con sus demandas. Londres ha logrado incluir en las conclusiones del Consejo de ayer que en la reuni¨®n del pr¨®ximo diciembre se tenga presente que "el presupuesto de la Uni¨®n Europea y el pr¨®ximo marco financiero plurianual reflejen los esfuerzos de saneamiento que est¨¢n llevando los Estados miembros".
Cameron, que cuenta ya con el apoyo de otros 10 pa¨ªses lograr¨¢ que se reduzca el gasto de la UE y por tanto su aportaci¨®n econ¨®mica. Y en su momento saldr¨¢ su deseo de no perder el pol¨¦mico "cheque brit¨¢nico", que Reino Unido recibe desde 1984 para compensar su escasa participaci¨®n en el gasto de la UE. As¨ª que la reforma del Tratado nos llevar¨¢ de la mano a la batalla pol¨ªtica del marco plurianual presupuestario de la Uni¨®n para el periodo de 2014 a 2020.
Polonia por su parte ha logrado que se estudie y considere que "la repercusi¨®n de la reforma de las pensiones se reflejar¨¢ en la aplicaci¨®n del Pacto de Estabilidad", una petici¨®n que hasta ahora hab¨ªa sido ninguneada y ahora habr¨¢ que escuchar en serio.
Y esto no ha hecho m¨¢s que empezar. Despu¨¦s de Reino Unido y Polonia vendr¨¢n otros, porque la lista de peticionarios tiene una tendencia a su crecimiento natural.
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