"Todos los d¨ªas toco algo de Bach"

Cerca ya de convertirse en sexagenario y con m¨¢s de media vida como m¨²sico de renombre mundial, sir Gordon Matthew Sumner (Wallsend, 1951) conserva a¨²n la saludable costumbre de ser impredecible. Naci¨® art¨ªsticamente con el punk y la nueva ola, se rode¨® de los mejores jazzistas al comienzo de su carrera en solitario, resucit¨® contra pron¨®stico a The Police hace tres temporadas y el a?o pasado se desmarc¨® con un ¨¢lbum cl¨¢sico (If on a winter's night) de inspiraci¨®n navide?a. Su ¨²ltima ocurrencia, Symphonicities, consiste en recrear junto a 45 m¨²sicos de la Royal Philarmonic Orchestra lo mejor de sus tres d¨¦cadas y media de trayectoria. "Nunca comulgu¨¦ con esa idea, tan extendida en el mundo del pop, de que la m¨²sica cl¨¢sica fuera algo aburrido y moribundo", explica por correo electr¨®nico el apuesto caballero rubio al que todos siguen conociendo como Sting.

Hoy ofrece en Madrid las "traducciones sinf¨®nicas" de sus hist¨®ricas canciones

Symphonicities, el disco reci¨¦n publicado por el sello Deutsche Grammophon, incluye 12 de estas "traducciones sinf¨®nicas". Si embargo, quienes acudan a las 21.30 de hoy al Palacio de Deportes (entradas de 46 a 126 euros) podr¨¢n descubrir hasta 30 interpretaciones orquestales a lo largo de casi tres horas. "Era muy joven cuando descubr¨ª la Novena sinfon¨ªa de Beethoven", rememora el cantante y compositor brit¨¢nico, "y me pareci¨® extraordinariamente r¨ªtmica y emocionante. Desde entonces no me siento extra?o ante el lenguaje sinf¨®nico".

Sting es consciente de que recurrir una vez m¨¢s a Roxanne o Every little thing she does is magic, t¨ªtulos con muchos trienios a las espaldas, puede parecer una manera de exprimir sus cl¨¢sicos a falta de mejores ideas frescas. Tambi¨¦n sabe que su ¨²ltimo ¨¦xito masivo, el tema Fields of gold, se remonta ya a 1993. Pero no se inmuta cuando se le pregunta al respecto: "La m¨²sica necesita que la reinventemos constantemente para que contin¨²e viva. Nuevas aproximaciones, nuevas orquestaciones, innovaciones arm¨®nicas. No hay nada de malo. Es lo normal".

A su juicio, las posibilidades del compositor ante un papel pentagramado no son ilimitadas. "Dicen que toda la literatura se nutre, en esencia, de seis o siete historias. En la m¨²sica sucede lo mismo: solo podemos imaginar un n¨²mero finito de canciones. Por eso nos vemos abocados a reinventar las ya existentes, a insuflar aire nuevo a las viejas narraciones musicales". Y ah¨ª radica, en suma, la tan mentada crisis creativa de nuestros tiempos. "El arte busca generar cosas nuevas en un momento en el que todo parece ya existir".

El hombre que escribi¨® casi todo el repertorio de The Police y se convirti¨® en uno de los bajistas m¨¢s emblem¨¢ticos del rock conserva los dedos ¨¢giles gracias a tocar con frecuencia las suites de Johann Sebastian Bach, obras tan sublimes como endiabladamente complejas. "Le dir¨¦ m¨¢s", confiesa, "todos los d¨ªas de mi vida toco algo de Bach y ahora mismo estoy empe?ado en memorizar con el la¨²d la Tocata y fuga en Re menor. Es un mero ejercicio y no creo que nadie quisiera pagar dinero por escucharme, pero tocar una obra de Bach, a cualquier nivel, es como sentarse a los pies del maestro".