Mares de fortuna
Hace apenas un mes que, por fin, se logr¨® sellar el pozo Macondo 252 de la plataforma petrol¨ªfera de BP en el golfo de M¨¦xico. El 20 de abril pasado, una explosi¨®n producida en dicho pozo mat¨® a 11 personas y caus¨® un vertido de cinco millones de barriles de crudo que anegaron las aguas y las costas de EE UU. Todav¨ªa hoy la Administraci¨®n de Obama sigue trabajando en la recuperaci¨®n del ecosistema y todav¨ªa hoy la opini¨®n p¨²blica recibe con alarma noticias que apuntan a la avariciosa y negligente actuaci¨®n de BP, que seguramente pod¨ªa haber evitado aquel desastre.
El ¨²ltimo esc¨¢ndalo se conoci¨® este pasado jueves, cuando un informe de la comisi¨®n presidencial que investiga el accidente ha puesto al descubierto que tanto BP como su contrata Halliburton supieron de antemano que el cemento usado en el fondo del pozo era inestable. Seg¨²n el mismo informe, BP actu¨® de manera chapucera cambiando la mezcla del cemento y aplic¨¢ndola sin prueba previa alguna.
Este nuevo dato se suma a la cadena de irregularidades y fallos detectados hasta ahora. Y con ¨¦l han llegado, adem¨¢s, las acusaciones mutuas entre BP y Halliburton. Edificante espect¨¢culo de la empresa, BP, que posee un tercio del negocio petrolero mundial y del consorcio Halliburton, dirigido en su d¨ªa por el vicepresidente de Bush, Dick Cheney, que logr¨® un pol¨¦mico macrocontrato en Irak.
Las investigaciones siguen su curso, BP est¨¢ afrontando compensaciones millonarias y Obama est¨¢ empe?ado en reforzar la laxa regulaci¨®n que, gracias al anterior presidente George Bush, lograron las petroleras. Tal refuerzo no es del agrado de BP, que est¨¢ realizando movimientos estrat¨¦gicos en busca de marcos legales menos estrictos para su trabajo. Ahora negocia con los rusos la compra de pozos petrol¨ªferos para explotar el ?rtico y para ello ha introducido en su firma rusa TNK-BP a Tony Hayward. S¨ª, el mismo que perdi¨® su puesto de primer ejecutivo en BP por el vertido del golfo de M¨¦xico al que BP, sin embargo, adjudic¨® 11 millones de indemnizaci¨®n.
De poco le valen a algunos las evidencias de negligencia y avaricia mientras haya otros mares en los que hacer fortuna.
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