Cositas
Me gust¨® leer en la cr¨ªtica de cine del viernes a Carlos Boyero contar el desfase entre sus impresiones sobre la pel¨ªcula de Abbas Kiarostami, Copia certificada, al verla en el Festival de Cannes y ahora, seis meses despu¨¦s. Si entonces le fascin¨®, interes¨® y atrap¨®, la revisi¨®n tiempo despu¨¦s le provoca insufrible aburrimiento y sensaci¨®n de falsedad. Y termina as¨ª su honesto relato: "Imagino que en las valoraciones de algunas pel¨ªculas influye el escenario, los estados de ¨¢nimo, esas cositas".
Nada m¨¢s necesario que reconocer que las pel¨ªculas son distintas en cada visi¨®n. Los festivales de cine, los premios, las modas imponen unas jerarqu¨ªas a las que cualquier obra de comunicaci¨®n se somete de manera irracional, porque no fueron creadas para competir, para compararse, para adecuarse a un modelo de est¨¦tica compartido. La televisi¨®n ofrece al cine una segunda vida, una revisi¨®n a veces precipitada o inconexa, pero siempre enriquecedora por descontextualizada. A estas alturas, conocedores de los vaivenes del gusto, tendr¨ªamos que ser capaces de juzgar las piezas a las que nos enfrentamos con la humildad de que ser¨¢ el tiempo quien las coloque en su lugar y no nosotros con un juicio inmediato y contundente.
En sus siempre inteligentes anotaciones, Ram¨®n Gaya dej¨® escrito que los cr¨ªticos no deben tanto tener seguridad en lo que dicen como confianza. "Cuando el cr¨ªtico se equivoca no da?a a nadie, s¨ª en cambio puede da?ar a todos cuando duda, oscila o teme". Estas palabras no son un mensaje para los cr¨ªticos, que a estas alturas de oficio no podr¨¢n variar mucho su actitud ni estilo. Pero s¨ª para los lectores de cr¨ªticas, que a veces confunden el designio ajeno como remedio milagroso para sus inseguridades de criterio.
Fui a ver la pel¨ªcula de Kiarostami, repremiada en Valladolid tras Cannes. Disfrut¨¦ con sus dos personajes que se tientan y seducen en un largo paseo m¨¢s Linklater que Rossellini. Viven una edad en la que las frustraciones, las ocasiones perdidas y el desencanto no son un incierto futuro, sino el paisaje cotidiano al despertar. Es una pel¨ªcula juguetona y ambivalente sobre la soledad, el deseo y la aceptaci¨®n. Donde nada es lo que parece, salvo el atardecer. Hace ya tiempo Kiarostami sabiamente sentenci¨® que el viento nos llevar¨¢.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.