Una minor¨ªa acosada y en declive
En el norte de Irak, en la regi¨®n aut¨®noma de Kurdist¨¢n, se encuentran algunas de las iglesias m¨¢s antiguas de la cristiandad. Datadas entre los siglos III y V, esas ermitas, algunas excavadas en la roca, dan testimonio del arraigo de los cristianos iraqu¨ªes. La islamizaci¨®n del territorio a partir del siglo VII termin¨® por convertirles en minor¨ªa y su suerte vari¨® con los avatares hist¨®ricos, pero nunca antes de la invasi¨®n estadounidense de 2003 las comunidades de esa fe han sufrido una persecuci¨®n semejante.
La diversidad religiosa de Irak se refleja tambi¨¦n en la comunidad cristiana, entre la que hay caldeos (que siguen el rito cat¨®lico oriental y son el grupo m¨¢s numeroso), asirios (o nestorianos), siriacos (ortodoxos orientales) y armenios (cat¨®licos romanos y ortodoxos orientales). Todos llegaron a sumar 1,5 millones de iraqu¨ªes, casi el 10% de la poblaci¨®n a finales de los a?os ochenta del siglo XX. Hoy no alcanzan el 3%.
A ra¨ªz de las sanciones internacionales de la d¨¦cada siguiente, emigraron en proporci¨®n m¨¢s alta que el resto. No en vano, Sadam Husein, que hab¨ªa hecho del laicismo un pilar de su r¨¦gimen para evitar que la mayor¨ªa chi¨ª cuestionara su Gobierno por un sun¨ª, empez¨® a utilizar la religi¨®n como consuelo frente a las privaciones que sufri¨® el pa¨ªs.
Nada comparado con lo que les esperaba tras el derrocamiento de Sadam. Desde los primeros indicios en 2004 de la guerra intersectaria que desangr¨® Irak, los cristianos se convirtieron en blanco f¨¢cil de los zelotes sun¨ªes (grupos pr¨®ximos a Al Qaeda). Muchos cristianos quitaron los crucifijos que llevaban en los coches y sus mujeres optaron por cubrirse la cabeza "para no llamar la atenci¨®n". Aun as¨ª, hubo sonados incidentes de ataques a iglesias y asesinatos de curas y monjas. La misa del domingo se convirti¨® en actividad de alto riesgo.
Con raz¨®n, se generaliz¨® la opini¨®n de que "con Sadam la situaci¨®n era buena, pero ahora ha empeorado". Sin embargo, aunque oficialmente el r¨¦gimen dio cierta protecci¨®n a las minor¨ªas, tampoco fue un camino de rosas. Durante sus guerras contra los kurdos, decenas de pueblos asirios fueron destruidos, sus habitantes perdieron sus hogares y muchas iglesias quedaron reducidas a escombros. Adem¨¢s, asirios, caldeos y armenios estaban obligados a escolarizar a sus hijos en ¨¢rabe, con la consiguiente merma para sus se?as de identidad. Un techo de cristal les imped¨ªa alcanzar puestos clave como la jefatura del Estado. Aunque las leyes no lo digan, el tab¨² sigue vigente.
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