Yo estuve all¨ª
Grupos que abarrotan pabellones un d¨ªa actuaron en Madrid para unos pocos
- Lady Gaga. Febrero, 2009. Sala Ocho y Medio. Hace algo m¨¢s de un a?o, el fen¨®meno pop del momento se present¨® en la peque?a sala Ocho y Medio ante 400 personas, los pocos que la conoc¨ªan. Ana Alonso lo vio as¨ª: "Hizo un concierto de una media hora y luego realiz¨® otro pase porque hab¨ªa gente en la calle. Sali¨® al escenario con tres bailarines superbuenos. No se cambi¨® de ropa. Y ya se ve¨ªa que ten¨ªa mucho magnetismo. No me pareci¨® muy extravagante. Eso s¨ª, realizaba unos bailes muy sexuales con los bailarines. La m¨²sica estaba grabada y la voz en directo. Acab¨® lanz¨¢ndose al enloquecido p¨²blico". Lo que es la vida, en un mes llenar¨¢ con 15.000 personas el Palacio de Deportes.
"Ya se ve¨ªa que ten¨ªa magnetismo", dice Ana Alonso de Lady Gaga
Un lujazo: ver a Keith Richards desde un anfiteatro con 1.500 personas
Los Green Day durmieron en sacos, poco despu¨¦s llenaban estadios
Solo hubo 200 asistentes, pero miles dicen haber visto a Offspring
- R.E.M. Octubre, 2003. Sala Pach¨¢. "No creo que volvamos a hacer un concierto en una sala tan peque?a: espero que la gente disfrutase". El l¨ªder de R.E.M., Michael Stipe, se expresaba as¨ª al d¨ªa siguiente de actuar para solo 500 personas en la sala Pach¨¢. Entre los privilegiados que estuvieron all¨ª, Carlos de Luis: "He visto a R.E.M. ocho veces y esa sin duda fue la mejor. El grupo dej¨® todo el lado circense fuera y ofreci¨® un concierto salvaje de rock and roll. Supongo que as¨ª eran cuando empezaron". El concierto se encuadr¨® dentro de los B¨¢sicos, de Los 40 Principales.
- Keith Richards. Diciembre, 1992. Sala Aqualung
. Lujazo. Acostumbrados a ver al pirata del rock con prism¨¢ticos desde el segundo anfiteatro del Calder¨®n, esta vez estaba a unos pocos metros, en una sala de 1.500 personas. Juan Pablo Garc¨ªa estuvo all¨ª: "Te pod¨ªas acercar al pie del escenario sin agobios. Keith miraba con esos ojos vidriosos a los de las primeras filas. Estoy convencido de que me mir¨® a m¨ª. Llevaba unas botas muy desfasadas. Y toc¨® temas de los Stones, como Happy o Gimme shelter". Keith vino a Madrid con el grupo The X-Pensive Winos, con los que edit¨® un par de discos alejado de los Stones. Por aquella ¨¦poca se llevaba a pedradas con Mick Jagger.
- Iron Maiden. Marzo, 1993. Sala Canciller. Rafael Torres solo ten¨ªa 12 a?os cuando vivi¨® su primera experiencia heavy. "Entonces no se llevaba a rajatabla prohibir la entrada a menores en las salas. Y yo era muy alto. Fui con otros dos amigos, uno de 14 a?os y otro de 15. Fue el primer concierto de mi vida", apunta Rafael. Acostumbrados a tocar en grandes pabellones, Iron Maiden se recluyeron en una sala, la Canciller (para 2.000 personas) en una gira especial que significaba la despedida de su cantante, Bruce Dickinson (luego volver¨ªa). Rafael: "Recuerdo el jolgorio de la gente antes de entrar, todos profiriendo c¨¢nticos y bebiendo. Yo era un cr¨ªo y me impresionaron las vestimentas heavies. Dentro, hab¨ªa mucha gente borracha. Yo me puse arriba porque en la pista hab¨ªa mucho foll¨®n. Por una parte mola porque es el poder del metal, pero por otra te acojona un poco, sobre todo si eres un cr¨ªo. Supongo que es lo que implica un concierto de Iron Maiden".
- Green Day. Abril, 1991. Sala Rev¨®lver. Los tres green day ten¨ªan 19 a?os. Llegaron a Madrid en una furgoneta que ellos mismos conduc¨ªan y durmieron en sacos en el fr¨ªo suelo del sal¨®n de un colega del organizador, eso s¨ª, despu¨¦s de una noche de farra por Malasa?a. El responsable de traer la primera vez a Madrid a Green Day fue Carlos Gal¨¢n, hoy director de la discogr¨¢fica independiente Subterfuge Records: "Como era un grupo desconocido, les puse de teloneros de una banda de psychobilly llamada The Meteors. Hab¨ªa unas 150 personas en Rev¨®lver, todos para ver a The Meteors. Pero enseguida quedaron atrapados por la energ¨ªa de Green Day. Les dimos unas 5.000 pesetas para los tres, que nos gastamos por Malasa?a, en cervezas y petas". Pocos a?os despu¨¦s, Green Day llenaba estadios.
- Offspring. Junio, 1993. Templo del Gato. Solo asistieron unas 200 personas, pero el concierto es tan legendario que miles afirman haber estado all¨ª. Clara Robles conserva todav¨ªa su entrada: "Fue incre¨ªble. Hac¨ªa un calor insoportable y hab¨ªa tanta gente que si te colocabas en un sitio ya era imposible moverte: f¨ªsicamente no se pod¨ªa". Offspring fueron incluso teloneros de otro grupo hardcore, NOFX. Saltaron los plomos, se arregl¨® y aquello fue una noche de rock and roll inolvidable. La imagen de los cuatro Offspring, cogiendo aire, con una cerveza en la mano, sentados en el bordillo de la calle a la salida del local, fue ¨¦pica. Al a?o, Offspring abarrotaban locales de 15.000 personas.
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