Cleptocracia

Vivimos en una cleptocracia formada por pol¨ªticos entregados al saqueo de las arcas p¨²blicas. El paro, la crisis econ¨®mica o las reformas laborales son actores que entran y salen a escena en todas las econom¨ªas, pero la corrupci¨®n institucionalizada es propia de algunos Estados democr¨¢ticos y de todos los dem¨¢s Estados.

Los pol¨ªticos corruptos de los ¨²ltimos a?os en nuestro pa¨ªs se cuentan por miles y los actuales, por cientos. El ciudadano no parece establecer una relaci¨®n clara de causa y efecto entre la corrupci¨®n y el empeoramiento de sus condiciones de vida; es dif¨ªcil identificar a un enemigo ubicuo, que convive con nosotros, y en la naturaleza de las personas est¨¢ la capacidad de soportar casi todo.

La pol¨ªtica ha pasado a ser un lucrativo negocio; nuestros pol¨ªticos nos empobrecen, yerran en sus pol¨ªticas y nos roban una y otra vez. ?Cu¨¢ndo veremos un movimiento ciudadano, una huelga general o una ONG que pretenda el fin de la cleptocracia y el advenimiento de la democracia? Uno de los pa¨ªses menos corruptos del planeta es Dinamarca, pero nosotros terminaremos como Argentina, ejemplo palmario de los efectos de una cleptocracia rampante.