El Estado de derecho en Espa?a
En cuanto a los derechos fundamentales, Espa?a figura en quinto lugar mundial, seg¨²n un informe. Por delante de Australia, Jap¨®n, Francia y Estados Unidos. Le superan solo Austria, Suecia, Holanda y Canad¨¢
Con frecuencia la discusi¨®n pol¨ªtica y medi¨¢tica de la coyuntura toma precedencia sobre la reflexi¨®n en torno a los factores estructurales y las tendencias de fondo. El debate sobre los lamentables incidentes ocurridos en el desfile de las Fuerzas Armadas el pasado 12 de octubre, am¨¦n de la ignorancia o la desidia, ha encubierto la materializaci¨®n de lo que puede llegar a ser una gran aventura. La publicaci¨®n que, de continuar y profundizar las promesas hasta ahora efectuadas, estar¨¢ llamado a convertirse en un instrumento de referencia para aquilatar el vigor y la salud del Estado de derecho en el mundo. No es el ¨²nico existente pero s¨ª el m¨¢s prometedor. Algo que, en mis a?os como responsable operativo de la pol¨ªtica de ayuda a la democratizaci¨®n y a los derechos humanos en la Comisi¨®n Europea, siempre ech¨¦ de menos.
A nuestros 'neocon', m¨¢s proamericanos que los americanos, les fastidiar¨¢ que ganemos a EE UU
Al PP, que tanto habla del Estado policial, tampoco le gustar¨¢ este importante informe
Se trata de la aparici¨®n de un primer informe, circunscrito a 35 pa¨ªses, de ¨ªndices cu¨¢nticos que aspiran a calibrar c¨®mo se lleva a cabo la traducci¨®n a la pr¨¢ctica de los principios fundamentales del Estado de derecho, tal y como se derivan de los convenios internacionales relevantes y desde la ¨®ptica del ciudadano normal y corriente.
Su metodolog¨ªa no ha sido f¨¢cil de establecer. Se ha aplicado a este primer informe tras varios intentos. Ya se anuncia su ampliaci¨®n al doble de pa¨ªses el a?o que viene y a un centenar en 2012. Es obvio que tal aventura conceptual y estad¨ªstica, en la que ha colaborado la Comisi¨®n Europea, est¨¢ pre?ada de escollos.
El objetivo del ejercicio es normativo. Se pretende algo honorable y necesario: contribuir, mediante el conocimiento, a reforzar el Estado de derecho en el mundo. No estriba en suministrar munici¨®n intelectual para eventuales escarceos imperiales a lo Bush/Blair/Aznar. Tampoco para defender a toda costa est¨¢ndares enraizados en la cultura y tradici¨®n occidentales. Se trata, en principio, de favorecer el conocimiento de la realidad como base para la acci¨®n. El principio fundamental a que se atiene el avance en las ciencias, ya sean f¨ªsicas como sociales o las de la salud.
Innumerables organizaciones y fundaciones, a lo largo y a lo ancho del espectro pol¨ªtico e ideol¨®gico, desde la derecha a la izquierda, han contribuido a la financiaci¨®n del proyecto. Tambi¨¦n lo apoyan personalidades muy diversas. Muchas de ellas han aparecido en las p¨¢ginas de opini¨®n o de di¨¢logo de este diario. Mencionemos, a manera de meros ejemplos, a Madeleine Albright, Giuliano Amato, Robert Badinter, Hernando de Soto, Richard J. Goldstone, Colin Powell, Mary Robinson, Desmond Tutu, Antonio Vitorino, Paul A. Volcker, entre otros.
En este primer informe, Espa?a ha sido seleccionada entre los pa¨ªses de alta renta junto con Australia, Austria, Canad¨¢, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Holanda, Jap¨®n, Singapur y Suecia. Forma parte tambi¨¦n de un grupo regional determinado: Europa Occidental y Am¨¦rica del Norte. No es mala compa?¨ªa.
A diferencia de otros ejercicios de estad¨ªstica comparada, los resultados no se engloban en un ¨²nico ¨ªndice sint¨¦tico. Se exponen seg¨²n los nueve par¨¢metros a tenor de los cuales se analiza el funcionamiento y la praxis del Estado de derecho (rule of law): los poderes m¨¢s o menos amplios de los gobiernos; la mayor o menor ausencia de corrupci¨®n; una legislaci¨®n clara, estable y conocida; la situaci¨®n en materia de orden y seguridad; el estado de protecci¨®n de los derechos fundamentales; el car¨¢cter m¨¢s o menos abierto del aparato gubernamental; la eficacia de la legislaci¨®n y de la Administraci¨®n; la mayor o menor facilidad de acceso a la justicia civil y la eficacia de la justicia penal.
En esta perspectiva comparada sobresale un dato. En lo que se refiere a la situaci¨®n de los derechos fundamentales Espa?a figura en quinto lugar, tanto regionalmente hablando como en el mundo. Est¨¢ por delante de pa¨ªses tan emblem¨¢ticos como Australia, Jap¨®n, Francia y Estados Unidos. Le superan solo Austria, Suecia, Holanda y Canad¨¢.
Espa?a descuella tambi¨¦n en dos par¨¢metros esenciales. Uno es el de la limitaci¨®n de los poderes gubernamentales. Otro, la facilidad de acceso a la justicia civil. En el primer caso ocupa el quinto puesto regionalmente (por delante de, ?qu¨¦ le vamos a hacer!, Estados Unidos y Francia) y el s¨¦ptimo en el mundo. En el segundo, est¨¢ en cuarto puesto (por delante de Canad¨¢, Francia, Jap¨®n y, ?de nuevo!, Estados Unidos) y el s¨¦ptimo en el mundo.
Ciertamente, en relaci¨®n con el resto de los par¨¢metros, Espa?a baja, pero no deja de mantener un puesto honroso. En lo que se refiere a la carencia de corrupci¨®n, y a pesar de los estragos del caso G¨¹rtel y otras lamentables "haza?as" de parecido tenor, figura en noveno lugar en el mundo y, desde luego, por delante (?otra vez!) de Estados Unidos. Su peor score (ocupa el decimoquinto puesto en el mundo, aunque el s¨¦ptimo regionalmente) se refiere al car¨¢cter m¨¢s o menos abierto del Gobierno. En los dem¨¢s par¨¢metros se encuentra en los puestos d¨¦cimo o decimosegundo en el mundo, pero siempre entre los siete mejores del entorno.
No se traen a colaci¨®n estos datos para entonar un canto ombliguista y de nacionalismo corto. Muy al contrario. Si el objetivo ¨²ltimo de las pol¨ªticas p¨²blicas estriba en mejorar el bienestar y la seguridad de los ciudadanos, es obvio que a¨²n queda por avanzar en aspectos fundamentales. Una tarea que, por definici¨®n, requiere constancia, persistencia y voluntad. Por otra parte, en este primer informe se observan notables ausencias entre los pa¨ªses de nuestro entorno cultural y pol¨ªtico m¨¢s pr¨®ximo. No figuran varios muy importantes de los miembros occidentales de la Uni¨®n Europea (por ejemplo, Dinamarca, B¨¦lgica, Finlandia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal y Reino Unido). Es obvio, por consiguiente, que en cuanto se les considere, habr¨¢ desplazamientos en los rankings respectivos.
Ello no obstante, en el informe se han considerado pa¨ªses nada desde?ables con respecto a su tradici¨®n y experiencia democr¨¢ticas. No incurrir¨¦ en un ejercicio de autoflagelaci¨®n si afirmo que muy superiores a las espa?olas, que fueron cortadas por una guerra civil y una larga y sangrienta dictadura de la que hoy muchos quisieran olvidarse. ?C¨®mo si fuera posible rehuir la reflexi¨®n sobre 40 a?os de nuestra historia contempor¨¢nea y sus secuelas!
Por otro lado, alienta el ¨¢nimo comprobar que nuestro pa¨ªs va por delante de otros que habitualmente se nos ponen como modelos. A nuestros particulares neocons, que tomando prestada la idea a Miguel ?ngel Aguilar parecen ser m¨¢s norteamericanos que si hubieran nacido en Virginia o Kentucky, les desazonar¨¢ quiz¨¢ que Espa?a haya dejado atr¨¢s, en poco m¨¢s de 30 a?os, a una de las cunas de la democracia occidental. Tambi¨¦n la dej¨®, por cierto, hace ya muchos a?os en materia de protecci¨®n m¨¦dica y social, esa que ahora algunos querr¨ªan desmantelar.
Al principal partido de la oposici¨®n, que se ha desatado en tantas imprecaciones sobre el presunto Estado policial en que se habr¨ªa convertido Espa?a (quiz¨¢ para reducir el impacto de la G¨¹rtel o de la kafkiana situaci¨®n del presidente de la Generalitat valenciana) es veros¨ªmil que tampoco le gusten este tipo de comparaciones.
En lo que a m¨ª respecta, explicar¨¦ pormenorizadamente a mis alumnos la importancia y significaci¨®n de este tipo de informes de cara a apuntalar la pol¨ªtica exterior espa?ola en democracia. Uno de los pilares en los que su antecesora, la llevada a cabo durante casi 40 a?os por Franco y los aparatos del Estado, en particular el Ministerio de la Gobernaci¨®n y el de (Des)informaci¨®n, siempre se mostraron de boquilla tan "espa?olistas" como "nacionales".
El lector interesado en conocer el informe, disponible en ingl¨¦s, puede descargarlo en www.worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/. En esta p¨¢gina se encuentran tambi¨¦n las versiones previas.
?ngel Vi?as es catedr¨¢tico de la Universidad Complutense e historiador. Est¨¢ terminando un libro sobre mitograf¨ªa y Guerra Civil.
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