El jazz vitalista de Mastretta
El compositor y m¨²sico participa por primera vez en el Festival de Madrid
Ser¨¢ la primera vez que Nacho Mastretta (Barcelona, 1964) toque en un teatro, en el Fern¨¢n G¨®mez. Ser¨¢ la primera vez que participe en el Festival de Jazz de Madrid que dirige Javier Estrella. Ser¨¢ el domingo, despu¨¦s de toda la vida dedicado a la m¨²sica (desde el conservatorio) y 20 a?os viviendo y tocando alegremente por Madrid.
"Esta es una ciudad que siempre ha sido muy dif¨ªcil, y ahora, de repente, nos abren las puertas de un teatro. Me puse muy contento cuando me invitaron, no solo por m¨ª, sino porque entiendo que supone una mayor amplitud de miras".
A Mastretta, seg¨²n reconoce ¨¦l mismo, le descubri¨® la mayor¨ªa de la gente en el cine con Asfalto, la pel¨ªcula de Daniel Carpalsoro. Desde entonces, ha puesto m¨²sica a una docena de filmes convirti¨¦ndose as¨ª en uno de los principales referentes componiendo bandas sonoras. La ¨²ltima ha sido El Gran V¨¢zquez de ?scar Aibar, que ser¨¢ la pieza principal del concierto del domingo y que interpretar¨¢ junto a su concurrida banda de m¨²sicos de un tir¨®n de media hora, por primera vez: "A ver qu¨¦ tal sale, nunca lo hemos hecho".
Ese es el esp¨ªritu de Mastretta y quiz¨¢ la raz¨®n por la que ya ha encontrado su sitio en el Festival de Jazz: siempre dispuesto a vivir y compartir una experiencia musical distinta y ¨²nica, sin perder de vista el sentido del humor ni la magia de la improvisaci¨®n.
Quien no haya tenido ocasi¨®n de ver a este m¨²sico en plena acci¨®n, debe saber que es como una dosis concentrada de alegr¨ªa de vivir, un chute en toda regla de jolgorio vital, aunque no est¨¦ de moda la felicidad.
"Los valores emocionales m¨¢s estimados socialmente son los negativos, pero tan emocional es la alegr¨ªa como la tristeza". Lo dice un tipo al que se le nota que le sobra entusiasmo. Un tipo que va por ah¨ª diciendo, como si tal cosa, que "hay que vivir perpetuamente inspirado, es decir, agradecido a la vida".
Esa manera epic¨²rea de estar en el mundo, ese concepto de disfrute cotidiano, no est¨¢ re?ido en absoluto con una vida con conflictos de toda ¨ªndole. "En la m¨²sica, en el cine, en la vida hay conflictos y yo lo que hago es darles un tono optimista buscando y desarrollando una soluci¨®n".
Est¨¢ el camarote de los Hermanos Marx ("y dos huevos duros") y luego la cueva donde ensayan Mastretta y sus m¨²sicos en la bodega de una casita del barrio de Lavapi¨¦s. Dos d¨ªas antes de la actuaci¨®n andan cerrando la estructura del concierto. "T¨² entras con el tirititi, y tu con el torototo y luego vas t¨² con el tarara...". Y ah¨ª est¨¢ ¨¦l, el hombre orquesta, todo paciencia y serenidad.
"En el caso de la banda sonora de El Gran V¨¢zquez, acordamos ?scar [Aibar] y yo que, puesto que la pel¨ªcula se centra en un solo personaje, la m¨²sica le seguir¨ªa a ¨¦l y el reto fue hacer mil versiones distintas de la misma pieza que suena durante toda la pel¨ªcula", cuenta este amante de los cl¨¢sicos cinematogr¨¢ficos (Bertolucci, De Sica...) que le ha puesto m¨²sica a cintas tan dispares como Torremolinos 73 y Looking for Fidel.
Su pr¨®ximo proyecto tiene que ver directamente con la puesta en escena y con el baile: ?a bailarrr! Pero no solo: "Estoy elaborando material did¨¢ctico con m¨²sica que pueda tocar cualquiera: m¨²sicos, estudiantes, ni?os... Aparte de salas en las que actuar en Madrid, tambi¨¦n faltan materiales".
No hay m¨¢s bolos en el horizonte, pero el ensayo es una org¨ªa musical, todo un derroche hed¨®-nico de energ¨ªa y ganas a dos metros bajo tierra. Y el domingo, m¨¢s.
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