"Odio al sectario. De eso me cur¨® el nacionalismo"
Muy asturiano, dicho con ¨¦nfasis, pese a hablar siempre del Pa¨ªs Vasco. Francisco Llera es tan de su tierra que tiene dos fincas de plantaciones de manzana para hacer sidra en Caravia, su pueblo. Pero las pomaradas son un lapso en la conversaci¨®n. Su tema favorito est¨¢ entre Cantabria y Navarra. Es el director del Euskobar¨®metro, el principal sondeo de opini¨®n en Euskadi, donde lleva 35 a?os dando clases en la universidad p¨²blica. Tras convertirse en el primer doctor en Sociolog¨ªa en Deusto, no pens¨® en quedarse porque se define como "un culo inquieto, un innovador". Pero est¨¢ casado con una bilba¨ªna, con la que ha tenido dos hijos, y sus amigos son casi todos de all¨ª. As¨ª que se queda. Deja el asturiano, que llama "lengua materna", para hablar con su padre, un ex minero de 90 a?os.
El director del Euskobar¨®metro cree que el pluralismo es el gran milagro vasco
Profesor visitante en Sevilla desde 2009, en la facultad de Ciencias Pol¨ªticas de la Pablo de Olavide, admite que apenas conoce la capital andaluza. Se decanta por Casa Manolo Le¨®n, alta cocina en una casa se?orial del barrio de San Lorenzo. En el patio, con el relajante sonido de la fuente de fondo, Llera corta las setas, el jam¨®n, el at¨²n y la pi?a del postre con el mismo ¨ªmpetu con el que disecciona Euskadi. "El gran milagro vasco es el pluralismo". Es su tesis tras 15 a?os al frente del Euskobar¨®metro. Habla como el polit¨®logo que es. Con 50 a?os, no afirma, sienta c¨¢tedra. "No se ha perdido ni por las buenas, con el clientelismo, ni por las malas, con las bombas". Asegura que est¨¢ "encantado" con la coalici¨®n entre el PSOE y los populares: "Hoy tenemos el Gobierno inesperado".
Socialista de carn¨¦, no se arredra en piropear al PP. "Lo que menos soy es un sectario. Lo odio. Del sectarismo me ha curado el nacionalismo". Cree que el PP que preside Antonio Basagoiti ha recuperado el esp¨ªritu de la derecha vasca tradicional. "Ha demostrado responsabilidad y un enorme sentido de Estado en el Pa¨ªs Vasco". Algo que le preocupa en el plano nacional. "Es el gran d¨¦ficit porque este pa¨ªs es de dos grandes partidos". De lo que no tiene esperanzas es de que ETA entregue las armas. "Est¨¢ derrotada, son cuatro y un tambor, pero no me creo nada". Su desconfianza con la banda se acrecent¨® en 2001, cuando un d¨ªa subi¨® en el ascensor de su facultad con una bomba. No explot¨®, pero desde entonces vive con escolta. "Internacionalmente, todos los vascos son independentistas, torturados y oprimidos. Los nacionalistas son los primeros responsables".
Nueve a?os despu¨¦s, se considera "un tipo con suerte". Y lo aplica a su vida. Va y viene a su pasado. Pero en lapsos. Como a Caravia. Mientras estudiaba, dio clases a escolares, "a los ricos en sus chalets y a los pobres en mi casa"; trabaj¨® de obrero en Stuttgart (Alemania), y viaj¨® a la antigua Yugoslavia, "cuando simbolizaba la ruptura del mundo alienado", para estudiar el socialismo autogestionario. En uno de esos encuentros, en el valle de Aosta, junto a los Alpes, conoci¨® a la princesa Nora de Liechtenstein. Le invit¨® a su castillo, en Vaduz, pero le dio apuro ir. Eran los tiempos en que ten¨ªa una Olivetti. Despu¨¦s compr¨® su primer ordenador, un Zenit, y ahora tiene un iPhone, con ¨¦l enreda en la comida y se comunica con sus alumnos. "Siempre lo digo: pas¨¦ de la azada a la era posindustrial".
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