Una agente nada secreta

?Qui¨¦n es Valerie Plame? Tiene una pel¨ªcula de recient¨ªsimo estreno -Caza a la esp¨ªa- basada en su vida y en cuyo gui¨®n ha colaborado. En la pantalla, Naomi Watts cuenta su historia. Pero Plame fue y es lo que nunca debe de ser una esp¨ªa: conocida. "Lo ¨²nico que recuerdo con placer de aquella ¨¦poca es que se refirieran a m¨ª como 'una rubia guapa", dice Plame en sus memorias, que han servido de base a la pel¨ªcula. "Supongo que eso es mejor que te llamen 'rubia fea", bromea. Plame forma parte de uno de los episodios m¨¢s oscuros de la presidencia de George W. Bush. En el a?o 2003, la Casa Blanca filtraba su identidad para desacreditar a su marido, Joe Wilson, antiguo embajador de Estados Unidos y cr¨ªtico con la guerra de Irak.

Etiquetada por los medios de comunicaci¨®n como "la esp¨ªa glamurosa", Plame, de 47 a?os, pag¨® los platos rotos cuando su esposo cont¨® en el diario The New York Times el 6 de julio de 2003 que la Administraci¨®n de Bush hab¨ªa distorsionado la informaci¨®n obtenida por el espionaje para fabricar la guerra de Irak y acabar con Sadam Husein.

En 2002, Wilson (interpretado por Sean Penn) recibi¨® el encargo de la Agencia Central de Inteligencia de averiguar si era cierto que N¨ªger hab¨ªa vendido uranio a Sadam. Wilson viaj¨® hasta el pa¨ªs africano para concluir que se trataba de una pista falsa. Pero la Casa Blanca ignor¨® el informe. En enero de 2003, a dos meses de comenzar la invasi¨®n, Bush dijo en su discurso del Estado de la Uni¨®n: "El Gobierno brit¨¢nico ha sabido que Sadam Husein recientemente intent¨® hacerse con cantidades significativas de uranio en ?frica". La guerra estaba servida.

Wilson sab¨ªa que no era cierto. Meses m¨¢s tarde descubr¨ªa el juego de Bush desde las p¨¢ginas del Times. Lo que pas¨® despu¨¦s es algo que Wilson relata de la siguiente manera, seg¨²n se recoge en las memorias de su mujer: "El 'hijo de puta' lo ha hecho", le dijo Wilson a Plame mientras le pasaba por la ma?ana una taza de caf¨¦ junto a los peri¨®dicos con la noticia. Lo que se hab¨ªa hecho era exponer a la luz p¨²blica el nombre de Valerie Plame y arruinarle la carrera para adem¨¢s herir a su marido. Quien lo hab¨ªa hecho era el columnista -fallecido en 2009- Robert Novak.

Novak escribi¨® en su columna sindicada (de aparici¨®n en diversos medios) que dos altos funcionarios de la Casa Blanca hab¨ªan filtrado a varios periodistas que la esposa de Wilson le hab¨ªa conseguido el encargo de N¨ªger como favor personal, ya que ella era "agente de la CIA", y para que su marido se beneficiara del viaje al usar los contactos en sus negocios privados.

Exponer a un esp¨ªa es acabar con su carrera y poner en riesgo la vida de sus colaboradores y fuentes. Plame no sab¨ªa d¨®nde esconderse. Abandonar Washington y trasladarse a Santa Fe fue la culminaci¨®n con la que el matrimonio cerr¨® una dolorosa etapa. Aceptar un reportaje en la revista Vanity Fair fue otro cap¨ªtulo de la soluci¨®n de la pareja para conjurar sus problemas. "Es la ¨²nica manera de que se conozca nuestra versi¨®n de los hechos", le dijo Wilson a su mujer.