Red Bull, el mejor reconstituyente
Las disensiones entre Webber y Vettel, azuzadas por Marko, influyente asesor del due?o del imperio energ¨¦tico y padrino del alem¨¢n, permitieron a Alonso colarse en la lucha por el t¨ªtulo
Esta temporada, siempre que se ha desplazado a un gran premio de f¨®rmula 1, el austriaco Helmut Marko (Graz, 1943) ha tenido el privilegio de ser la ¨²ltima persona en animar a Sebastian Vettel en la parrilla de salida pocos instantes antes del inicio de la carrera. En Corea del Sur, Marko fue adem¨¢s el primero en consolar al alem¨¢n cuando este regres¨® andando al taller tras cargarse el motor de su Red Bull y verse obligado a abandonar.
Estos gui?os ser¨ªan del todo normales si no fuera porque Marko es uno de los asesores deportivos m¨¢s influyentes de Dietrich Mateschitz, el propietario del imperio de las bebidas energ¨¦ticas, y porque, a la m¨ªnima ocasi¨®n que se le presenta, pone a Mark Webber, el otro piloto de la marca, a caer de un burro. As¨ª, ha ofrecido varios ejemplos de su predilecci¨®n por Vettel, circunstancia que, por c¨®mo se ha desarrollado la segunda parte del Mundial, se ha convertido en el mejor reconstituyente para Fernando Alonso y Ferrari, que se han aprovechado de los desencuentros latentes en el garaje rival y han sabido sacar tajada.
"Antes ni siquiera pod¨ªa so?ar con ganar. No s¨¦ qu¨¦ quiere Webber", dijo Marko
El primer cortocircuito en Red Bull tuvo lugar en el Gran Premio de Turqu¨ªa, la s¨¦ptima carrera. Corr¨ªa la 40? vuelta, Webber circulaba en cabeza y Vettel le pisaba los talones. En una de las rectas, el alem¨¢n inici¨® un ataque que termin¨® antes de la curva siguiente con los dos RB6 fuera de la pista: Vettel, fuera de la carrera, y su compa?ero, con el morro del coche destrozado. Lo que parec¨ªa un doblete cantado se convirti¨® en un dram¨¢tico incendio que Marko se encarg¨® de avivar al culpar al australiano. "Era evidente que Sebastian era m¨¢s r¨¢pido y ten¨ªa que pasarle. Mark sab¨ªa que era m¨¢s lento que Vettel en las rectas", dijo. Para calmar las aguas, Red Bull cambi¨® su discurso y manifest¨®, tras analizar detalladamente el incidente, que ambos eran responsables. Webber debi¨® de tomarse aquella declaraci¨®n como una disculpa porque poco despu¨¦s renov¨® su contrato, hasta finales de 2011, algo de lo que se arrepinti¨® un mes m¨¢s tarde, en el Gran Premio de Gran Breta?a (11 de julio).
Aquel s¨¢bado, durante la ¨²ltima sesi¨®n de ensayos libres, el aler¨®n delantero del coche de Vettel se desenganch¨® y qued¨® inservible. Al tratarse de una pieza nueva, no hab¨ªa recambio. La direcci¨®n del equipo opt¨® por desmontar el aler¨®n del b¨®lido de Webber y coloc¨¢rselo a su vecino argumentando que la decisi¨®n ven¨ªa condicionada por la posici¨®n que ocupaban uno y otro en la clasificaci¨®n general: el alem¨¢n estaba por delante del australiano. El destino quiso que Webber se impusiera en aquella carrera con el aler¨®n antiguo y que nada m¨¢s cruzar la meta se dirigiera a su equipo, por la radio, con una declaraci¨®n que cay¨® como un misil: "No est¨¢ mal para ser el segundo piloto, ?no?". Ese mismo mes, el australiano reconoci¨® que, de haber sabido el trato que iba a recibir, no habr¨ªa firmado la renovaci¨®n.
Vettel es el ojito derecho de Marko, que perdi¨® el izquierdo en el Gran Premio de Francia de 1972, en Clermont-Ferrand, cuando una piedra sali¨® disparada del March de Ronnie Peterson y atraves¨® la visera de su casco. ?l fue el encargado de poner en marcha hace 10 a?os el Red Bull Junior Team, el programa de j¨®venes talentos de la compa?¨ªa. En 2003 se cruz¨® con Vettel, que gan¨® el campeonato alem¨¢n de f¨®rmula BMW con 18 victorias de 20 posibles, y qued¨® alucinado.
Desde entonces, su devoci¨®n es incondicional y llega a l¨ªmites inauditos, como esta temporada ha quedado sobradamente probado. Ni siquiera cuando la discriminaci¨®n hacia Webber pas¨® de la sutileza a la evidencia dej¨® de meter ciza?a. "?Ha tenido Mark una rotura de frenos, un chasis defectuoso, una rueda suelta, un problema con la caja de cambios o un morro roto como le ha ocurrido a Seb? En comparaci¨®n, Mark solo tiene un ojo morado", lleg¨® a decir el austriaco. "Antes, ni siquiera pod¨ªa so?ar con ganar en la f¨®rmula 1. No s¨¦ qu¨¦ quiere Webber. Para nosotros, realmente, no importa qui¨¦n sea campe¨®n; lo principal es que, sea quien sea, est¨¦ sentado en un Red Bull", solt¨® Marko, que, por m¨¢s que se empe?e en declarar amor eterno a la marca del b¨²falo rojo, m¨¢s bien parece que este a?o haya trabajado para Ferrari.
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