... Y Riis cuenta c¨®mo se dopaba ¨¦l

Las ¨²ltimas noticias que llegaban desde el campo de un Alberto Contador voluntariamente silencioso ante la prensa y la afici¨®n -la ¨²ltima actualizaci¨®n de su twitter data de hace 10 d¨ªas- eran, no obstante, alentadoras. Llegaban de la boca de su nuevo director, Bjarne Riis, el dan¨¦s que le fich¨® para liderar el Saxo Bank a partir del a?o pr¨®ximo. "Ha vuelto a entrenarse", dijo Riis. Y Contador, que lleg¨® a decir que se retiraba del ciclismo pasara lo que pasase, lo confirm¨® en privado. Toda una novedad.

Menos novedad, sin embargo, que la que ten¨ªa guardada Riis en la manga: la aparici¨®n, hoy, en Dinamarca, de su autobiograf¨ªa, en la que, como en todas las vidas de ciclistas de los ¨²ltimos tiempos, el n¨²cleo central est¨¢ dedicado a su flirteo con el dopaje en los a?os, la ¨²ltima d¨¦cada del siglo pasado, en los que era uno de los mejores del mundo.

Riis, que ya reconoci¨® en 2007 que hab¨ªa ganado el Tour de 1996 con EPO en sus venas, a?ade ahora detalles m¨¢s hogare?os y preocupantes. Dice que guardaba la EPO en la nevera de casa, como un medicamento m¨¢s, y tambi¨¦n que las pas¨® canutas en el Tour de 1998, cuando el caso Festina, el d¨ªa en que oy¨® rumores de que la polic¨ªa le iba a registrar y se vio obligado a tirar todo su doping por el retrete. Unos d¨ªas despu¨¦s, como l¨ªder del pelot¨®n, Riis, que corr¨ªa en el Telekom, se ali¨® con la direcci¨®n del Tour, esquirol que fren¨® el plante de Tarasc¨®n.

Si no llega en el mejor momento para Contador que su jefe reclame ahora todos los focos con su historia de dopaje, tampoco le ayuda mucho en la defensa de su inocencia los positivos por EPO y ¨¦ter de almid¨®n en la ¨²ltima Vuelta a Espa?a de David Garc¨ªa y Ezequiel Mosquera, respectivamente, corredores de un equipo, el Xacobeo, de cuyas malas pr¨¢cticas ya alert¨® a las autoridades espa?olas el presidente de la UCI, Pat McQuaid, en 2009. El hecho de que no se reaccionara entonces dio pie a McQuaid a declarar que Espa?a era comprensiva con el dopaje, un paisaje en el que ahora se integra el solomillo de Contador.