Un 'hotel' con muchos enredos
Una escuela para escritores combina las clases con actividades art¨ªsticas
En el despacho de Eduardo Vilas (San Sebasti¨¢n, 1971) se puede ver un bajo el¨¦ctrico, un mont¨®n de libros y una botella de whisky. Reclinado en su silla explica divertido: "Empec¨¦ a leer muy tarde, despu¨¦s de los 20 a?os, por las chicas, claro. 'Tienes que leer a este, tienes que leer al otro...' me dec¨ªan, y yo empec¨¦ con Sartre, con Bukowski, con los poetas franceses y pens¨¦: 'Vaya, esto no es tan dif¨ªcil...". Al otro lado del cristal que separa el despacho de la sala principal, donde la luz entra de la calle de Hortaleza a trav¨¦s de grandes ventanales, se oye suave m¨²sica de jazz que se enreda en los libros de la librer¨ªa. Un alumno elige un tomo y lo hojea despu¨¦s de servirse un caf¨¦.
"Quer¨ªa compaginar el conocimiento con el contacto directo con los otros"
"Aprender a escribir no te convierte en Proust, pero se puede ense?ar"
Tambi¨¦n hay charlas con jueces para escribir de forma m¨¢s realista
"No somos muy ambiciosos, pero s¨ª muy creativos"
El Hotel Kafka, que dirige Vilas, no es un hotel, sino una escuela de escritores que tambi¨¦n sirve de coartada para muchas otras cosas. "Antes hab¨ªa dos tipos de escuela: algunas m¨¢s acad¨¦micas, de estilo m¨¢s universitario, y por otra parte tallercitos donde todo vale y todos somos amigos. Hab¨ªa que buscar un punto intermedio donde el conocimiento ten¨ªa que ser exhaustivo y generoso, pero donde tambi¨¦n hab¨ªa que buscar un contacto directo: compaginar el saber de unos y la cercan¨ªa de los otros", explica.
Aj¨¢, entonces ?es posible ense?ar a escribir? ?No consiste todo en el ¨¢ngel, el talento? "Creo que la literatura es una disciplina art¨ªstica como puede ser tocar el piano", dice el director mientras se enciende otro cigarrillo. "T¨² puedes ir al conservatorio y aprender a tocar. Solo por eso no eres Mozart. Esto es igual: aprender a escribir novelas no te convierte en Faulkner o Proust, pero, eso s¨ª, se puede ense?ar".
Vilas estudi¨® periodismo, pero como "las chicas" le hab¨ªan contagiado el vicio de la literatura se sumergi¨® en ese mundillo, public¨® libros, ejerci¨® la cr¨ªtica y la docencia, incluso dirigi¨® otra escuela en Barcelona. Precisamente, este mundillo es el que frecuenta el hotel: "Todas las tardes esto est¨¢ lleno de gente, escritores, editores, artistas, m¨²sicos... Es como un club. Se celebran presentaciones de libros y eventos, nuestros alumnos tienen la oportunidad de conocer de primera mano la cara b del negocio, el mercado literario. Un escritor tambi¨¦n tiene un producto que tiene que vender", afirma ajeno a todo romanticismo letraherido.
En efecto, Vilas nos invita a uno de sus saraos. Despu¨¦s de una charla literaria, se celebra el canapeo. Copas de vino y corrillos. "Mira, te voy a presentar a menganito que tiene una web muy interesante. Mira este es un t¨¦cnico de sonido de la leche. Mira aquel...". Vilas nos hace de cicerone en eso que ahora llaman networking, es decir, conocer gente. "Lo que m¨¢s me gusta de este trabajo es coger a uno de aqu¨ª y otro de all¨¢, gente que hace cosas, y ponerlos a trabajar en nuevos proyectos". ?Y hay que beber mucho para ser escritor? "Bueno, aqu¨ª se bebe, claro. Tenemos trabajo duro y nos gusta relajarnos. Pero, eso s¨ª, este no es un sitio de fiesta. Nunca ver¨¢s salir nadie borracho", bromea.
"Aqu¨ª ocurren cosas", seg¨²n dice Vilas. Ahora trabajan la m¨²sica en un curso de armon¨ªa. El propio director tiene el coraz¨®n dividido entre la m¨²sica y la literatura. "He tocado mucho en grupos desde los 15 a?os, grupos punkies en Renter¨ªa, luego de blues y jazz. Con el hotel lo dej¨¦, pero montamos el curso de armon¨ªa con Nacho Mastretta. Me colaba en las clases y me volvi¨® a picar el gusanillo". Toca el bajo y la guitarra en una banda y est¨¢ aprendiendo piano. Adem¨¢s, en el hotel hacen producciones, management, organizan festivales..., gesti¨®n editorial, dise?o, programaci¨®n web, creaci¨®n de contenidos..., entre otras de sus muchas actividades. Vamos, que no se les resiste nada. Los cursos y m¨¢ster de literatura, volviendo al asunto, incluyen poes¨ªa, novela, escritura creativa o seminarios sobre True crime, en los que polic¨ªas, jueces o forenses dan charlas para escribir novela policiaca con m¨¢s realismo.
Cuando acaba el sarao, ha anochecido y solo quedan algunos rezagados enzarzados en cualquier disquisici¨®n sobre lo humano y lo divino. Vilas regresa a su despacho con vistas a Hortaleza. "Me encanta estar de cara a la calle. Soy un poco exhibicionista. Pasan amigos y piensan que estoy en reuniones con gente muy importante", r¨ªe. As¨ª que esto es el Hotel Kafka. "No somos muy ambiciosos, pero s¨ª muy creativos". ?Poco ambiciosos? Pues qui¨¦n lo dir¨ªa...
![Eduardo Vilas, director de la escuela de escritores Hotel Kafka, en su despacho.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4ZRFSVLMN47G4MGYSGRFBZO3SY.jpg?auth=f9fc9dc008e3c9d44c6c3722d18ab0e3d713c243d45201d3a5d231df887c7cc0&width=414)
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