Los socialistas afrontan en Catalu?a su primer examen electoral en plena crisis
CiU se reivindica como ¨²nica garant¨ªa s¨®lida para encauzar la econom¨ªa
"Hoy hemos perdido dos Gobiernos de golpe, el de Espa?a y el de Catalu?a". Este particular an¨¢lisis lo hac¨ªa en privado un dirigente del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) el pasado 12 de mayo, cuando no hab¨ªa pasado ni media hora desde que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero anunciara en el Congreso la congelaci¨®n de las pensiones y el primer tijeretazo de la historia al sueldo de los funcionarios.
Seis meses m¨¢s tarde, los socialistas afrontan en Catalu?a desde la pasada medianoche su campa?a m¨¢s dif¨ªcil desde que accedieron a la Generalitat, en 2003. El objetivo es quitarse el pesimismo de encima y convencer a su castigado electorado de que los recortes eran necesarios para volver a la senda del crecimiento. El mensaje, de momento, no ha calado y todas las encuestas vaticinan que el primer gran batacazo de los socialistas tendr¨¢ lugar precisamente en la comunidad que llev¨® a Zapatero en volandas a La Moncloa.
Jos¨¦ Montilla se ha desga?itado las ¨²ltimas semanas repitiendo el mensaje de que los recortes sociales se han llevado a cabo en toda Europa, no solo en Espa?a, y por parte de todo tipo de Gobiernos. En un intento de dar credibilidad al mensaje ante su electorado, el PSC hasta ha recurrido a la figura de Felipe Gonz¨¢lez, adorado por las bases del partido, para hacer pedagog¨ªa. En un mitin celebrado la semana pasada en un barrio popular de Badalona, el ex presidente del Gobierno dej¨® a un lado cualquier cuesti¨®n catalana y, sin apenas citar a Montilla ni al PSC, dedic¨® media hora a explicar por qu¨¦ Europa y Espa?a deben ajustarse el cintur¨®n. Aun as¨ª, admiti¨® que la izquierda est¨¢ "desconcertada" y que debe prepararse para tiempos duros.
Para el PSC, esos tiempos duros pueden traducirse en pasar una larga temporada en la oposici¨®n si no logra movilizar a su electorado. En estos momentos, solo la mitad de los que votaron al PSC en 2006 tienen decidido que repetir¨¢n voto para Montilla, seg¨²n la ¨²ltima encuesta de la Generalitat. La otra mitad nada en el desconcierto al que se refer¨ªa Gonz¨¢lez o se ha pasado directamente a apuntarse al "cambio" que predica el l¨ªder de CiU, Artur Mas, que ha logrado hacer cuajar su mensaje de que otro tripartito de la izquierda en Catalu?a ser¨ªa poco menos que una plaga b¨ªblica.
Artur Mas promete pocas cosas m¨¢s all¨¢ de abanderar este cambio. Quiere gobernar en solitario, pero no descarta ning¨²n pacto. Su programa econ¨®mico es suficientemente vago como para no asustar a la izquierda: promete un "ajuste" en los impuestos, no una rebaja generalizada, y aboga por mantener la sanidad gratuita, pero con desgravaciones fiscales para quienes contraten una mutua.
Para que resalte su agenda nacionalista, lo cubre todo con otro paraguas no menos inconcreto, que es el de negociar con el Gobierno un sistema fiscal para Catalu?a similar al concierto econ¨®mico. Eso s¨ª, sin concretar el cupo, la clave de b¨®veda para analizar si es viable la extensi¨®n a Catalu?a del sistema de que gozan el Pa¨ªs Vasco y Navarra.
Por inconcretas que puedan ser estas medidas, las propuestas de Artur Mas encandilan a entre el 30% y el 40% de los votantes socialistas, seg¨²n las encuestas, por lo que los nacionalistas han dise?ado una campa?a de baja intensidad que tiene como principal objetivo no molestar a nadie y, sobre todo, no despertar al votante socialista desmovilizado.
Pero no es CiU el ¨²nico enemigo del PSC. Tambi¨¦n le disputa su electorado Esquerra Republicana (ERC), que espera pescar votantes desencantados con la "docilidad" de Montilla ante Zapatero en asuntos como el recorte del Estatuto. Iniciativa per Catalunya (ICV) tambi¨¦n acusa a los socialistas de haber traicionado sus principios con los recortes sociales. Y por si fuera poco, el Partido Popular (PP) aspira a abandonar su papel residual en Catalu?a atray¨¦ndose a los parados "v¨ªctimas de los socialistas".
Los socialistas tienen 15 d¨ªas para evitar que la crisis, y tambi¨¦n los avatares del Estatuto y una mala pol¨ªtica de comunicaci¨®n del tripartito, acaben con la mayor¨ªa de izquierdas en Catalu?a.
Todos contentos por el Bar?a-Madrid
El cambio de fecha del partido entre el Barcelona y el Madrid, que se jugar¨¢ finalmente el 29 de noviembre, evita que este coincida con las elecciones.
Artur Mas (CiU): "Me parece que cuando en un pa¨ªs hay dos eventos tan importantes y singulares, no pasa nada si se hacen en d¨ªas diferentes".
Jos¨¦ Montilla (PSC) asegur¨® que el cambio le resulta "indiferente" y que espera ir al Nou Camp.
Alicia S¨¢nchez-Camacho (PP) dijo que ser¨¢ "m¨¢s f¨¢cil" montar el dispositivo de seguridad.
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