Reino Unido endurece el sistema de ayudas para los desempleados

La coalici¨®n de conservadores y liberales-dem¨®cratas que encabeza el primer ministro David Cameron ha abrazado la vieja t¨¦cnica del palo y la zanahoria para lanzar una reforma social que tiene vocaci¨®n de pasar a la historia y quiere poner a trabajar a los brit¨¢nicos que llevan a?os viviendo de las ayudas del Estado. El palo es la amenaza de privar del seguro de desempleo a aquellos parados que rechacen tres ofertas de trabajo. La zanahoria es que se conservar¨¢ una parte del subsidio al reincorporarse al mercado de trabajo para garantizar que se gana m¨¢s dinero trabajando que cobrando el desempleo. Como dijo ayer el primer ministro, David Cameron, desde Se¨²l donde asiste al G-20, "el mensaje es claro: si puedes trabajar, vivir de las prestaciones no ser¨¢ ya una opci¨®n".

Cinco millones de brit¨¢nicos viven de las prestaciones sociales 1,4 millones de personas han estado en paro en nueve de los ¨²ltimos 10 a?os

Ideada por Iain Duncan-Smith, un oscuro pol¨ªtico que lider¨® de forma ef¨ªmera el Partido Conservador entre 2001 y 2003, pero ha vuelto a nacer pol¨ªticamente de la mano de su inquietud social, la reforma aspira a sintetizar en un solo "cr¨¦dito universal" la actual treintena de distintos tipos de ayudas sociales.

El objetivo de la reforma no es tanto ahorrar dinero -aunque esa s¨ª es una de sus se?as de identidad a largo plazo, de entrada aumentar¨¢ el gasto social en 2.000 millones de libras (2.350 millones de euros)-, sino acabar con la extendida tendencia de muchos brit¨¢nicos a vivir sin trabajar. El peligro de ese planteamiento, que tiene de hecho un apoyo enorme entre los contribuyentes, es que acaben pagando justos por pecadores y se prive de ayudas sociales a quienes genuinamente las necesitan.

En s¨ªntesis, la reforma contempla la introducci¨®n a partir de 2013 de una ¨²nica ayuda universal que agrupar¨¢, entre otros, los actuales subsidios de desempleo, las ayudas a la vivienda o los subsidios a las familias con hijos. Aunque se trata de una ayuda universal, el montante depender¨¢ del nivel de ingresos del beneficiario y otras circunstancias familiares. El objetivo es que tenga una estructura simple y que al mismo tiempo sirva para proporcionar ingresos b¨¢sicos a la gente que no trabaja, conseguir que sea m¨¢s rentable trabajar que vivir de los subsidios y ayudar a la poblaci¨®n a salir de la pobreza.

La izquierda ha reaccionado con cierta cautela ante la propuesta. Quiz¨¢s porque ha calado profundamente entre los contribuyentes brit¨¢nicos la impresi¨®n de que hay demasiada gente que vive sin trabajar. Quiz¨¢s, tambi¨¦n, porque la propuesta no parece un misil lanzado contra los m¨¢s humildes por un conservador ultraliberal, sino que es el fruto de muchos a?os de reflexi¨®n personal de Iain Duncan Smith. Conocido pol¨ªticamente en Reino Unido por sus iniciales IDS, es un pol¨ªtico profundamente cat¨®lico que cuando fue descabalgado del liderazgo conservador en octubre de 2003 concentr¨® su vida pol¨ªtica en reflexionar sobre c¨®mo acabar con el problema de la pobreza.

Su reflexi¨®n lleg¨® a una conclusi¨®n: hay que incentivar el regreso de los parados a la vida laboral. En un pa¨ªs de mucho empleo, pero bajos salarios en las escalas inferiores de la vida laboral, la soluci¨®n ideada por Duncan Smith ha sido la de mantener una parte de esos subsidios durante un tiempo: el subsidio se ir¨¢ recortando de manera paulatina un 65%.

Al mismo tiempo, IDS cree que la unificaci¨®n de una treintena de subsidios en uno solo permitir¨¢ a largo plazo ahorrar 5.200 millones de libras (6.150 millones de euros) que ahora se pierden por fraude o por errores administrativos. Pero para que el sistema funcione, Duncan Smith cree que tiene que haber elementos de coerci¨®n: los parados que rechacen una oferta de trabajo o una petici¨®n para que realicen trabajo comunitario no remunerado ver¨¢n suspendido el subsidio por tres meses, si lo rechazan por segunda vez la suspensi¨®n ser¨¢ por seis meses y a la tercera vez la sanci¨®n ser¨¢ por tres a?os.

La obligaci¨®n de tener que aceptar trabajo comunitario no remunerado es uno de los aspectos m¨¢s controvertidos del plan, porque mucha gente cree que puede darse el caso de gente que ha sido despedida de un Ayuntamiento por falta de presupuesto y puede acabar vi¨¦ndose obligada a ejercer el mismo trabajo gratis si quiere mantener el seguro de paro.

Seg¨²n el Departamento de Trabajo y Pensiones, en Reino Unido hay cinco millones de personas que viven de los subsidios. De ellos, 1,4 millones no han trabajado en nueve de los ¨²ltimos 10 a?os. Hay 1,9 millones de ni?os que viven en familias en las que nadie trabaja. Hay 900.000 personas que llevan al menos 10 a?os cobrando las ayudas por larga enfermedad, con un coste para los contribuyentes de 160.000 millones de euros desde 2000.

Algunos cr¨ªticos han se?alado que la econom¨ªa brit¨¢nica no es capaz de ofrecer empleo a todos los parados que hay en la actualidad y que est¨¢n en condiciones de trabajar. Duncan Smith respondi¨® a eso con el argumento de que ahora mismo hay 450.000 ofertas de empleo sin cubrir, "a pesar de que acabamos de salir de la crisis" y el dato de que el 70% de los empleos creados en los ¨²ltimos a?os se han tenido que cubrir con mano de obra extranjera. La tasa de paro en el Reino Unido es del 7,7%.

Otros cr¨ªticos advierten de que no es la primera vez que se intenta poner en marcha una reforma semejante. Seg¨²n un articulo de Alex Barker en Financial Times, la primera ley para suprimir el subsidio a los parados que no aceptan una oferta de trabajo se remonta a 1913; muchas de las sanciones ya existen: Duncan Smith lo que hace es endurecerlas; el principal problema es que no se aplican; la misma ret¨®rica fue utilizada por los laboristas en 1999; y la clave est¨¢ en el poco tiempo que se dedica a los parados en las oficinas de desempleo: solo cuatro minutos por entrevista.