"Cambiar horarios es un foll¨®n para las familias"
Mi nombre es Alfredo V¨¢zquez, padre de tres hijos, de 11, 9 y 2 a?os. Estudian en la escuela p¨²blica Dolors Monserd¨¤-Santapau del barrio de Sarri¨¤ de Barcelona. Presido la asociaci¨®n de padres del centro y aqu¨ª expreso mi libre opini¨®n. No entro en lo conveniente o inconveniente de la jornada reducida para los alumnos. Pueden verse opiniones en http://jornadacontinuaypartida.wordpress.com/, pero aqu¨ª me centrar¨¦ en las familias.
Junio, ¨²ltimo mes lectivo, es un mes complicado con la jornada reducida. ?Por qu¨¦? Tres ca¨®ticos cambios de horario: en los primeros d¨ªas de junio, salida de tarde; con la jornada reducida, salida a mediod¨ªa, y en ¨²ltimos d¨ªas de junio, sin clases, extraescolares, guarder¨ªas... Un foll¨®n para las familias. La guerra. Anteriormente, la jornada reducida se decid¨ªa en el consejo escolar, siendo necesarios los votos de los representantes de los padres para que fuera efectiva. Ten¨ªamos el poder democr¨¢tico, pero no lo us¨¢bamos y protest¨¢bamos. ?Qu¨¦ pasaba? Votar contra de la jornada reducida era votar contra de un privilegio concedido por el Departamento de Educaci¨®n a los maestros. Un ejercicio democr¨¢tico poco agradable. Siempre se ced¨ªa. Para mantener el horario se contrataban monitores, es decir, gasto familiar, trabajo extra y desorden.
Curso 2008-2009. Los representantes de los padres de nuestra escuela se opusieron a la jornada reducida de manera democr¨¢tica en el consejo escolar. Fue la normalidad democr¨¢tica. Implic¨® el desagrado de los maestros sin derivar en ning¨²n tipo de chantaje inexcusable por su parte. Su aceptaci¨®n les a?adi¨® credibilidad como maestros. Ese curso, junio fue sencillo. Curso 2009-2010. Cedimos a la jornada intensiva previendo que ser¨ªa ya el ¨²ltimo a?o. Hasta hace dos d¨ªas est¨¢bamos muy felices porque la jornada intensiva se hab¨ªa suprimido: horario ¨²nico y sin enfrentamientos en el consejo escolar, pero... sorpresa. Volvemos atr¨¢s.
Todo cambia r¨¢pido y la ense?anza ha de liderar el cambio, para mejorar educaci¨®n, valores y vida familiar. La escuela es la semilla del cambio, presionando a empresas, Administraci¨®n y sociedad. Pero todos sus componentes: maestros, familias y Administraci¨®n, desde el inmovilismo, renunciamos a la innovaci¨®n y no mostramos ganas de cambiar el mundo de nuestros hijos. El parvulario y la escuela son nueve a?os de oportunidades. Aprovech¨¦moslas. El cambio est¨¢ en nuestras manos y desde las escuelas podemos cambiarlo todo. Todo, todo, todo. Yo lo seguir¨¦ intentando como padre y como miembro de la junta de la asociaci¨®n de padres.
Alfredo V¨¢zquez es presidente de la asociaci¨®n de padres de alumnos de la escuela Dolors Monserd¨¤-Santapau, de Barcelona.
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