En Portugal, el AVE debe esperar
El dr¨¢stico recorte presupuestario aplaza la conexi¨®n con Espa?a
El proyecto de una red ferroviaria de alta velocidad que conecte a Portugal con Espa?a y el resto de Europa est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s lejos. La severa crisis econ¨®mica y las dificultades de financiaci¨®n convierten en un sue?o lo que el Gobierno de Jos¨¦ S¨®crates, socialista, todav¨ªa define como una apuesta estrat¨¦gica. El dr¨¢stico recorte en los presupuestos de 2011 para reducir el d¨¦ficit p¨²blico implica, entre otras acciones, la reevaluaci¨®n de todos los proyectos p¨²blico-privados y de inversi¨®n en grandes obras, como el tren de alta velocidad (AVE).
Antes de la reciente aprobaci¨®n de los presupuestos en la Asamblea de la Rep¨²blica, con el voto en contra de toda la oposici¨®n menos el conservador Partido Social Dem¨®crata (PSD), que se abstuvo, el AVE ya hab¨ªa recibido un serio golpe al ser anulado el concurso p¨²blico para uno de los tramos del eje Lisboa-Madrid. El 10 de septiembre pasado, los Ministerios de Obras P¨²blicas y de Finanzas comunicaron a los tres consorcios que presentaron propuestas para la construcci¨®n del tramo entre Lisboa y Poceir?o (41 kil¨®metros) que se suspend¨ªa la licitaci¨®n debido al "progresivo deterioro de la coyuntura econ¨®mica y financiera" de Portugal. El concurso inclu¨ªa la construcci¨®n de un tercer puente sobre el Tajo en la capital portuguesa, con una inversi¨®n total que oscilaba entre 1.870 y 2.310 millones de euros, seg¨²n las propuestas. El Gobierno ha dicho que en un plazo de seis meses habr¨¢ una nueva convocatoria.
Para la oposici¨®n conservadora, la red de alta velocidad es un despilfarro
Las conexiones con Vigo, Salamanca y Huelva son letra muerta
El otro tramo portugu¨¦s del AVE Lisboa-Madrid, que va desde Poceir?o a Caia, en la frontera con Extremadura, y que cubre 167 kil¨®metros, ya pas¨® la fase de licitaci¨®n. El consorcio internacional ELOS-Liga?oes de Alta Velocidade, en el que participa el grupo espa?ol ACS, gan¨® el concurso en mayo. El proceso de expropiaciones deber¨ªa haber empezado en octubre y el arranque de las obras estaba previsto para el primer trimestre del a?o pr¨®ximo. Pero las empresas implicadas no han cerrado todav¨ªa la fase de financiaci¨®n. Portugal vive tiempos de gran incertidumbre, con una deuda gigantesca y la desconfianza de los mercados, que dificulta el acceso al cr¨¦dito.
En estos condiciones, el Gobierno ha logrado la luz verde para unos presupuestos que recortan los salarios y pensiones de empleados p¨²blicos, suben impuestos como el IVA y ponen en el congelador las grandes obras p¨²blicas con financiaci¨®n p¨²blico-privada. A cambio, el Ejecutivo, que no tiene mayor¨ªa en el Parlamento, se ha visto obligado a ceder ante el PSD, principal partido de la oposici¨®n, con el que se sentar¨¢ para reconsiderar, una a una, todas las obras p¨²blicas proyectadas.
Si finalmente el Estado suspendiera la construcci¨®n del tramo Poceir?o-Caia, que tiene presupuestada una inversi¨®n de 1.359 millones de euros, las consecuencias no afectar¨ªan solo a las empresas constructoras, que l¨®gicamente reclamar¨ªan las indemnizaciones correspondientes, sino que pondr¨ªa en riesgo 450 millones de euros de fondos comunitarios. La Comisi¨®n Europea aprob¨® la cantidad de 1.377 millones de euros para financiar hasta el a?o 2013 el proyecto de alta velocidad en Portugal, repartidos de la siguiente manera: 422 millones de la Red Transeuropea de Transporte y 955 millones de Fondos de Cohesi¨®n.
S¨®crates mantiene contra viento y marea que los beneficios de la construcci¨®n del AVE son superiores a los costes, y reitera que es la oportunidad para Portugal de conectarse a Europa, aprovechando los fondos comunitarios y la financiaci¨®n del Banco Europeo de Inversiones. Actualmente, las voces que claman contra el AVE y otras obras p¨²blicas en la agenda del Gobierno, como el segundo aeropuerto en Lisboa, hacen mucho ruido. Para la oposici¨®n conservadora, la red ferroviaria de alta velocidad es un despilfarro que no hace ninguna falta al pa¨ªs. El dirigente del PSD Paulo Rangel acus¨® al Gobierno de crimen de lesa humanidad por insistir en el AVE antes de las elecciones legislativas de septiembre de 2009, y calific¨® de "megal¨®manas y fara¨®nicas" las obras p¨²blicas defendidas por el Ejecutivo. Durante la campa?a electoral, el tren de alta velocidad y Espa?a fueron blanco de los ataques de algunos dirigentes conservadores.
La guerra contra el AVE ha ofrecido interesantes cambios de opini¨®n de algunos pol¨ªticos portugueses. Queda lejos la cumbre hispano-lusa de Figueira de Foz, en 2003, en la que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, del PSD, anunciaron a bombo y platillo cuatro ejes ferroviarios de alta velocidad: Lisboa-Madrid, Oporto-Vigo, Aveiro-Salamanca y Faro-Huelva. El ministro de Obras P¨²blicas, Ant¨®nio Carmona Rodrigues, tambi¨¦n del PSD, hablaba en aquellos tiempos de un plan ferroviario para el siglo XXI con una inversi¨®n de 12.000 millones de euros. Hoy, solo el proyecto Lisboa-Madrid (710 kil¨®metros) sobrevive a duras penas. Todos los dem¨¢s son letra muerta.
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