Opini¨®n publicada
?Qui¨¦n lo iba a decir! Seg¨²n se recog¨ªa en este mismo peri¨®dico el pasado domingo, el gran triunfador entre la superabundancia de programas surgidos con la nueva oferta de la TDT es un aprendiz de cocinero que responde al nombre de Bob Esponja. Ni las retransmisiones de Teledeporte, ni las divertidas tertulias pol¨ªticas nocturnas, ni las series que se emiten en los segundos canales de las cadenas generalistas pueden con el inquilino m¨¢s famoso de Fondo de Biquini.
El share de este programa se ha situado durante el presente mes de noviembre en torno al 6%, s¨®lo ligeramente inferior a la audiencia media de La Sexta (6,6%) o Cuatro (6,7%), y muy por encima de la de La 2 (2,5%). El pasado mi¨¦rcoles, las aventuras del empleado ejemplar del Crust¨¢ceo crujiente fueron presenciadas por 867.000 espectadores, casi el doble de los seguidores de El gato al agua y m¨¢s de cuatro veces que los televidentes que optaron por el M¨¢ster 1.000 de Tenis de Par¨ªs o por el espacio Hoy.
La cohorte de incondicionales del vecino de Calamardo nos podr¨ªa hacer reflexionar sobre las habituales divergencias entre los gustos de las audiencias y los de los programadores. Esta disparidad de criterios resulta aun m¨¢s evidente en el caso de los diarios digitales. Con much¨ªsima frecuencia, las informaciones m¨¢s le¨ªdas y m¨¢s valoradas por los lectores nada tienen que ver con las elegidas por los responsables del medio para abrir sus portadas. Las discrepancias que se producen entre la jerarquizaci¨®n tem¨¢tica de emisores y receptores son todav¨ªa m¨¢s acusadas en las denominadas webs de promoci¨®n social de noticias, tipo Men¨¦ame y similares.
En su obra La espiral del silencio, Elisabeth Noelle-Neuman (fallecida el pasado marzo) nos ayud¨® a comprender la diferencia entre opini¨®n p¨²blica y opini¨®n publicada. El individuo puede llegar a pensar que el punto de vista dominante en los medios es tambi¨¦n el mayoritario en la sociedad en la que vive. Sin embargo, los procesos electorales ya nos ven¨ªan demostrando que dicha identificaci¨®n con frecuencia no es tal. La interactividad de Internet hace m¨¢s patente esa falta de comuni¨®n entre la realidad medi¨¢tica y la de la calle.
El nuevo horizonte que parece estar perfil¨¢ndose en Euskadi con el previsible final definitivo de la violencia ha provocado un aluvi¨®n de reacciones por parte de los medios. El optimismo inicial con el que muchos acogimos el anuncio de alto el fuego de ETA va ensombreci¨¦ndose ante la reaparici¨®n de un pensamiento ¨²nico que somete a linchamiento medi¨¢tico a todo aqu¨¦l que se salga de la ortodoxia pol¨ªtica. Jes¨²s Eguiguren se ha convertido en la ¨²ltima v¨ªctima de esta opini¨®n publicada. Julio Anguita, que el pasado domingo aseguraba que "hay quien no tiene ganas de que ETA deje las armas, y no son los violentos", puede ser el pr¨®ximo crucificado. Y, mientras, seguimos sin saber lo que piensa la sociedad vasca de todo esto.
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