Una respuesta insuficiente

Hace ya un mes que se declar¨® una epidemia de c¨®lera en Hait¨ª que se ha cobrado la vida de m¨¢s de 1.000 personas. La respuesta es insuficiente. Los equipos de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) han atendido ya a m¨¢s de 12.000 personas. En el centro y el norte del pa¨ªs, los hospitales siguen admitiendo enfermos muy por encima de su capacidad. En Puerto Pr¨ªncipe, los pacientes que llegan a nuestros centros se duplican a diario desde el pasado s¨¢bado. El arrabal chabolista de Cit¨¦ Soleil es la puerta de entrada a la capital y la posibilidad de que el brote epid¨¦mico quede fuera de control es muy alta, porque apenas unas pocas organizaciones trabajamos en el tratamiento de pacientes y no damos abasto.

Tal es la cantidad de enfermos y de zonas afectadas, incluyendo ¨¢reas rurales remotas, que tareas como la potabilizaci¨®n del agua, la gesti¨®n de residuos y los protocolos de enterramiento seguro no se desarrollan al ritmo adecuado, lo que limita el control de la epidemia. Con m¨¢s de 1.000 trabajadores sanitarios destinados al c¨®lera, MSF alcanzar¨¢ su m¨¢xima capacidad operacional en esta emergencia en las pr¨®ximas dos semanas. En los hospitales Saint Marc y Choscal, donde trabajamos en el aparcamiento, nos enfrentamos a serios problemas de espacio.

El c¨®lera es excepcional y raro en el Caribe, pero esto no justifica la insuficiente respuesta a la epidemia, sobre todo cuando hay un elevado n¨²mero de ONG presentes desde el terremoto de enero de 2010. El periodo de transici¨®n para la reconstrucci¨®n sigue siendo extremadamente lento. Los riesgos que implica esta falta de compromiso con los haitianos son altos. Un mill¨®n y medio de personas siguen viviendo bajo lonas de pl¨¢stico y dependientes en su mayor¨ªa de las organizaciones humanitarias para acceder a agua potable y saneamiento. El trabajo que no se hizo en 10 meses en estos ¨¢mbitos no se podr¨¢ hacer en dos semanas, pero no es momento para lamentos, sino para intervenciones decididas: el c¨®lera es una enfermedad de f¨¢cil tratamiento y r¨¢pida curaci¨®n, pero tambi¨¦n de propagaci¨®n fulminante.

Urge una respuesta inmediata y a gran escala de otras organizaciones internacionales y no gubernamentales, y de la propia comunidad haitiana, para aumentar la capacidad m¨¦dica, de agua, higiene, saneamiento y de informaci¨®n comunitaria. Tambi¨¦n los pa¨ªses donantes han de reaccionar. La disposici¨®n en este caso de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo es un buen ejemplo para todos. El Gobierno haitiano debe involucrarse en la agilizaci¨®n de permisos, la disponibilidad de personal y la sensibilizaci¨®n p¨²blica sobre el injustificado tab¨² que rodea los centros de tratamiento del c¨®lera, punto en el que tambi¨¦n tienen un papel los medios locales. Esto es esencial, porque si el n¨²mero de casos sigue aumentando, se necesitar¨¢n soluciones dr¨¢sticas, como instalar los centros de tratamiento fuera de los recintos hospitalarios, en plena calle.

Si los peores escenarios de los epidemi¨®logos se confirman, las organizaciones implicadas hasta ahora en el combate contra el c¨®lera no seremos suficientes. Y es posible que las consecuencias no se cuenten solo en tr¨¢gicas muertes evitables. Otra vez el futuro inmediato de miles de haitianos est¨¢ en riesgo.

Aitor Zabalgogeazkoa es director general de M¨¦dicos Sin Fronteras.