La salud como concepto integral

La salud de las personas no se limita a una cuesti¨®n de m¨¦dicos, enfermeras y hospitales. En la actual sociedad del bienestar, cualquier medida de la Administraci¨®n p¨²blica repercute directamente en la salud de los ciudadanos: el fomento del transporte p¨²blico, la prohibici¨®n de fumar en locales cerrados, una ley del deporte o la dieta que se sirve en los comedores de escuelas e institutos. Es responsabilidad del Gobierno curar, pero tambi¨¦n cuidar, prevenir y proteger. La salud, en su concepto m¨¢s amplio e integral, ha estado en mente de Marina Geli al frente del departamento siete a?os consecutivos. El cambio en la denominaci¨®n de la consejer¨ªa -Salud sustituy¨® a Sanidad- no fue casual, obedece a esa percepci¨®n de salud p¨²blica cuyos resultados carecen de inmediatez -para tormento de algunos pol¨ªticos-, pero afloran con el tiempo porque la poblaci¨®n se siente y est¨¢ mucho m¨¢s sana. Por ende, tambi¨¦n vive m¨¢s a?os, lo que dispara el gasto sanitario y farmac¨¦utico.

El presupuesto de sanidad roza los 10.000 millones de euros anuales

La nueva Ley de Salud P¨²blica, los planes directores de detecci¨®n precoz del c¨¢ncer y de enfermedades mentales, las campa?as contra el tabaquismo, el plan de prevenci¨®n de drogas, el mapa de riesgos laborales, el plan de seguridad alimentaria y el Programa Salud y Escuela responden a esa voluntad de construir d¨ªa a d¨ªa el bienestar f¨ªsico y ps¨ªquico de la poblaci¨®n. El impacto ha sido evidente: la mortalidad por c¨¢ncer se ha reducido el 10%, destacando el de est¨®mago que lo ha hecho el 25,4%; las ventas de tabaco disminuyeron un 20% en 2009, y el n¨²mero de infartos de miocardio el 5%. Y, por primera vez en 15 a?os cay¨® el n¨²mero de abortos entre adolescentes. Son alguno de los datos fruto de esa pol¨ªtica preventiva.

No obstante, el principal reto al que se enfrent¨® la Administraci¨®n no arrib¨® de la mano de ninguna plaga, pandemia o epidemia sanitaria. Lleg¨®, como la gripe A, como consecuencia de la globalizaci¨®n y de los desplazamientos poblacionales. El n¨²mero de tarjetas (el total de personas con derecho a asistencia sanitaria gratuita) era de 6,5 millones en 2002. Siete a?os m¨¢s tarde hab¨ªa aumentado en un mill¨®n de personas a causa de la emigraci¨®n, lo que presion¨®, casi hasta el colapso, los servicios asistenciales. Las consecuencias de esa explosi¨®n demogr¨¢fica todav¨ªa resuenan en el sistema, sobre todo en forma de d¨¦ficit y listas de espera, aunque cada vez menos por los esfuerzos de Salud para incrementar los recursos humanos y las infraestructuras, a veces de forma limitada por las restricciones presupuestarias.

Ese dispendio (las plantillas han aumentado el 17,6% desde 2003) ha ido dispar¨¢ndose hasta la extenuaci¨®n. Las cifras marean: el presupuesto del departamento se acerca a los 10.000 millones de euros anuales, el gasto por ciudadano es de 1.297 euros (en la banda media de las comunidades aut¨®nomas), el n¨²mero de trabajadores de la red sanitaria es de 111.500 y cada a?o se cuentan 28 millones de visitas al m¨¦dico de cabecera. A estos datos hay que sumar las inversiones: 8 nuevos hospitales, 123 nuevos centros de asistencia primaria y ambulatorios, y 12 centros de salud mental.

Sin embargo, Geli ha seguido primando la actividad concertada. Ninguno de los nuevos hospitales es de gesti¨®n p¨²blica, ya que los ocho del Instituto Catal¨¢n de la Salud deben conformarse con constantes e infinitas reformas y ampliaciones, mientras que los de Reus, Mollet, Sant Joan Desp¨ª y Sant Pau pueden presumir de flamantes instalaciones. Y ha mantenido las tan criticadas EBA (ambulatorios de gesti¨®n privada), que supon¨ªan, cuando el PSC estaba en la oposici¨®n, una flagrante privatizaci¨®n de la sanidad p¨²blica. Pese a ello, la experiencia en autogesti¨®n iniciada en algunos CAP en 2009 es aplaudida por los profesionales, pues les otorga un amplio margen de decisi¨®n y espolea la actividad del personal.

Pero quiz¨¢ la gran apuesta de Geli ha sido sentar las bases del debate, incluso a nivel estatal, sobre la sostenibilidad del actual sistema de salud y abrir el mel¨®n de un posible e impopular copago que los partidos aparcan en la actual campa?a electoral.