El planeta seg¨²n un caballero ingl¨¦s
El divulgador David Attenborough recibe en Santiago el premio Fonseca
Ha recorrido los cinco continentes buscando im¨¢genes impactantes de la vida salvaje para los exitosos documentales de la BBC, pero a sus 84 a?os el naturalista David Attenborough (Londres, 1926) ya sabe que hay un proyecto que nunca podr¨¢ llevar a t¨¦rmino: grabar en el Gobi, el gigantesco desierto que separa China de Mongolia. "Hay muy pocos animales, econ¨®micamente es imposible. Es mucho m¨¢s caro grabar a un animal del Gobi que a uno de Madagascar", se justifica. Est¨¢ en Santiago para recibir el Premio Fonseca, auspiciado por el programa ConCiencia de la Universidade de Santiago, y tiene la agenda completa. Empezaba el d¨ªa charlando con los estudiantes de Biolog¨ªa de Santiago - "veo que estudian por vocaci¨®n, sus preguntas son muy serias", asegur¨® al t¨¦rmino del encuentro-, atend¨ªa a los medios y se reun¨ªa con el rector, Juan Casares Long. Y hoy, tras recibir el premio de 6.000 euros que lo trae a Galicia, dictar¨¢ una conferencia sobre las aves del para¨ªso, "tra¨ªdas por Magallanes a la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica", explic¨®.
El brit¨¢nico dice que la defensa de especies es a veces muy caprichosa
"La poblaci¨®n mundial no puede seguir creciendo sin llevarnos al desastre"
Attenborough, productor y presentador de Life on Earth y director de BBC 2 cuando el color lleg¨® a la televisi¨®n brit¨¢nica, contest¨® pacientemente y con sentido del humor a las preguntas que le formularon los futuros bi¨®logos, la mayor¨ªa en buen ingl¨¦s. "Los seres vivos no est¨¢n preparados para reaccionar con la rapidez a la que avanza el cambio clim¨¢tico", advirti¨® ante los estudiantes, que abarrotaban el sal¨®n de actos de la Facultade de Biolox¨ªa. Attenborough -nombrado sir en 1985 por la Reina Isabel II, aunque su hermano, el actor y director Richard Attenborough, es lord- se confiesa pesimista en varios frentes: la p¨¦rdida de diversidad, la desertificaci¨®n galopante y el compromiso de los pol¨ªticos con la preservaci¨®n de la naturaleza. "Nunca ha habido un consenso sobre este tema", lamenta. Para el naturalista brit¨¢nico todo intento serio de frenar el deterioro de parajes naturales debe empezar por reducir la presi¨®n demogr¨¢fica sobre los ecosistemas m¨¢s fr¨¢giles.
La educaci¨®n, la igualdad entre sexos y el acceso de las mujeres a la atenci¨®n sanitaria, asegura, ser¨¢n los art¨ªfices del cambio, y no pol¨ªticas como la del hijo ¨²nico de China. "Uno de los derechos m¨¢s valiosos del ser humano es el de tener hijos. Desconf¨ªo de cualquier privaci¨®n de este derecho", afirma tajante. "La poblaci¨®n mundial se ha triplicado desde que empec¨¦ a hacer televisi¨®n. No puede seguir creciendo sin llevarnos al desastre", augura. Attenborough se refiere a los a?os de Zoo Quest, una serie documental que signific¨® su debut en la peque?a pantalla. Pero el proyecto que lo encumbr¨® fue la serie Life, vista por m¨¢s de 500 millones de personas en todo el mundo y gracias a la cual se convirti¨® en toda una estrella televisiva en su pa¨ªs. Sus grabaciones de los gorilas de monta?a en ?frica central fueron elegidas por los brit¨¢nicos como unas de las m¨¢s emblem¨¢ticas de la televisi¨®n, por delante de la coronaci¨®n de la reina Isabel. De sus documentales son tambi¨¦n las im¨¢genes de osos grizzly en plena captura de salmones en Norteam¨¦rica.
El negocio de la televisi¨®n que conoci¨® Attenborough era totalmente distinto al de la actualidad. "Antes era mucho m¨¢s f¨¢cil. Seis personas solas produc¨ªan espacios de informaci¨®n, cocina o naturaleza". Ahora prepara dos documentales, uno sobre Madagascar y otro sobre terod¨¢ctilos, este ¨²ltimo en 3D. "Demasiado para un hombre viejo", bromea. Cuando supo que acababa de ser premiado en Compostela, el pasado abril, estaba en la Ant¨¢rtida.
A sus 84 a?os, Attenborough encomienda el futuro del planeta a las nuevas generaciones. "El comportamiento individual es muy importante. No se trata de dejar de respirar, significa no usar recursos innecesarios y concienciar a los pol¨ªticos de que hay que invertir dinero en la naturaleza". De todas las energ¨ªas renovables, el brit¨¢nico conf¨ªa en el sol. "Lo que no entiendo es que el hombre haya llegado a la luna pero que no podamos aprovechar mejor la energ¨ªa del sol, que esta ah¨ª todo el d¨ªa y es gratuita", protesta. Attenborough defiende que mostrando la belleza del mundo tambi¨¦n se crea un mensaje que llega al p¨²blico. "La gente tiene que saber lo que es la naturaleza. Hay quien nunca ha visto un animal salvaje", dice. De Espa?a le interesan sobre todo el ¨¢guila real y algunas ranas end¨¦micas de las Baleares. Ning¨²n lugar le ha impresionado tanto como Queenlands, en el norte de Autralia, repleto de bosques h¨²medos y arrecifes de corral. No niega que la defensa de especies en extinci¨®n es a veces caprichosa. "La gente dona mucho dinero para la conservaci¨®n de gorilas en Ruanda, por ejemplo, pero con los insectos no es tan generosa". Eso s¨ª, cuando le preguntan qu¨¦ animal le gusta m¨¢s, no duda. "El beb¨¦ humano", responde.
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