Mourinhismo
Barceloneta, que hoy viene la S¨¢nchezCamacho a solucionar el problema de la educaci¨®n. Frente a un cole cutre hay acopio de medios y varios chicos de prensa del PP, venidos directamente de G¨¦nova, entre los que brilla con luz propia una se?orita con una boina roja. Quedar¨ªa muy rive gauche si no fuera porque tambi¨¦n queda muy droite requet¨¦. En eso llega la S¨¢nchez-Camacho. Est¨¢ absolutamente rejuvenecida. Si no para, en breve ser¨¢ la chica de 13 a?os de la que habla S¨¢nchez Drag¨® en los chupitos. Din¨¢mica, se acerca a una pack madre-beb¨¦ depositado en la puerta del cole por los de atrezzo. Una se?ora que pasa por ah¨ª resume lo que sucede a continuaci¨®n con un escueto: "?Jo!, ni mi ex me daba esos apretones". La S¨¢nchez-Camacho se desprende del ni?o -tipa dura, ni siquiera, snif, dice el cl¨¢sico "ya te telefonear¨¦ alg¨²n d¨ªa, chato"-, agarra un micro y empieza a hilvanar su discurso. Empieza aqu¨ª el verdadero espect¨¢culo. Desde la segunda legislatura de Aznar, a trav¨¦s del contacto FAES con la cosa thinks-tanks del Republican Party, el PP ha importado un nuevo lenguaje pol¨ªtico que en los USA cost¨® m¨¢s de 20 a?os crear. Se trata de una revoluci¨®n lingu¨ªstica absoluta, que est¨¢ dejando en orsai hasta al gato. Una mezcla de revindicaci¨®n de conceptos democr¨¢ticos radicales -el Tea Party va m¨¢s lejos y se atreve con un discurso abiertamente libertario-, que nunca se hab¨ªan ubicado en la derecha, con actitudes crispadas, que impiden al interlocutor la respuesta. En este preciso instante, verbigracia, la S¨¢nchez-Camacho se aplica a coger conceptos como libertad, democracia, tolerancia, e introducirlos en un discurso transformador en el que al final, zas, aparece un modelo educativo con un cura y una regla. La cosa finaliza. Los medios Brunete de Madrid rematan la faena con preguntas que son la respuesta. Los medios ad-hoc, con preguntas que dan pie a otra espiral sin respuesta. Misi¨®n cumplida. La S¨¢nchez-Camacho se va pitando a proclamar la comuna a otro sitio.
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