Zafios al poder
Qu¨¦ le est¨¢ pasando a la derecha medi¨¢tica y pol¨ªtica espa?ola? ?Ha acogido siempre a los personajes m¨¢s zafios y rijosos o son estos los que, al olor del poder que se avecina, acuden como moscas a la miel? El jueves de la semana pasada, Salvador Sostres, un contertulio del programa de Isabel San Sebasti¨¢n en Telemadrid, se calentaba la boca imaginando carnes lozanas de adolescente y humillaba a los marroqu¨ªes, adem¨¢s de a las mujeres ("?Qu¨¦ bueno, esas vaginas j¨®venes que no huelen a ¨¢cido ¨²rico!", vino a decir), en un intermedio del debate y ante la presencia de ni?os de tres colegios en el plat¨®. No sorprende tanto la ideolog¨ªa que muestra un contertulio machista y zafio como el entusiasmo con el que el PP defiende a los m¨¢s groseros que, envalentonados, proliferan por doquier.
As¨ª, cuando el alcalde de Valladolid, Javier Le¨®n de la Riva, habla con desprecio de la reci¨¦n nombrada ministra de Sanidad, Leire Paj¨ªn, y el morbo que le producen "sus morritos", el PP sale en tromba contra el acoso que sufre el regidor vallisoletano porque ha pedido (tibias) excusas.
Cuando el tambi¨¦n colaborador de Telemadrid Fernando S¨¢nchez Drag¨® revela haber gozado de dos "zorritas" menores de edad en Jap¨®n, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, da por bueno el argumento de que se trata de una licencia literaria. Ahora, cuando el comit¨¦ de empresa de Telemadrid y trabajadores de El Mundo, peri¨®dico para el que tambi¨¦n colabora Sostres, deploran sus comentarios captados por los micr¨®fonos televisivos, Aguirre y la propia Isabel San Sebasti¨¢n alegan que las opiniones de Sostres se realizaron en privado.
La derecha acaricia con euforia nuevas victorias electorales y ha descubierto que los bufones, adem¨¢s de ser divertidos, no les restan votos. Puede que incluso logren elevar las audiencias de sus canales auton¨®micos, esas m¨¢quinas de perder dinero (incluso a costa de la visita del Papa) y de producir basura televisiva. Dinero p¨²blico para comunicadores irritados con tanta correcci¨®n pol¨ªtica y tanta mujer en la vida p¨²blica. Dinero p¨²blico para desahogos privados. El futuro ya est¨¢ aqu¨ª. Es como el pasado, pero m¨¢s sucio y con m¨¢s desparpajo.
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