"Quiero una transici¨®n pac¨ªfica, feliz y r¨¢pida"
El s¨¢bado pasado, la Dama, como respetuosamente la llaman los birmanos, recibi¨® en su casa una visita de oficiales militares que simplemente le dijeron que estaba en libertad. Desde entonces se ha visto envuelta en la vor¨¢gine de entusiasmo de su gente, de diplom¨¢ticos internacionales y periodistas, tras los siete a?os y medio que ha durado su ¨²ltimo arresto domiciliario. Tambi¨¦n ha discutido la estrategia y los retos legales a perseguir con la c¨²pula y los veteranos de su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND). En la sede del partido en Yangon, la antigua capital, un humilde edificio de dos plantas, recibe a EL PA?S, mientras algunas mujeres se dedican a producir y distribuir todo lo que lleva la imagen de Suu Kyi, de 65 a?os, y de su padre, el general Aung San, h¨¦roe de la independencia de Birmania (actual Myanmar) en 1948. P¨®sters, camisetas, llaveros, colgantes... con un rostro que est¨¢ en todas partes. Al otro lado de la calle, los hombres del servicio de inteligencia, vestidos de civil y con actitud suspicaz, toman fotograf¨ªas y filman a todas las personas que entran y salen del local.
"Nuestra fuerza es el apoyo de la gente. Quiero crear una red de dem¨®cratas"
"No creo que EE UU base su relaci¨®n con Birmania en contener a China"
"Algunos pa¨ªses son indulgentes con el r¨¦gimen, no muchos pero suficientes"
Pregunta. En los seis d¨ªas que lleva en libertad, ?ha podido hablar con los generales?
Respuesta. No, solo he tenido tiempo para hablar con los periodistas. Pero a lo largo de estos a?os s¨ª he tenido alguna conversaci¨®n con ellos. Aunque ninguna sustancial, que es lo que a m¨ª me gustar¨ªa.
P. ?Qu¨¦ espera de ellos?
R. Me gustar¨ªa que las pr¨®ximas reuniones que tengamos se basen en sentimientos comunes: la amistad y el deseo de encontrar una soluci¨®n. Pero no estoy segura de que ellos est¨¦n en la misma tesitura.
P. ?Qu¨¦ le han parecido las recientes elecciones?
R. La LND ha establecido un comit¨¦ para averiguar qu¨¦ ha pasado. Muchos partidos que participaron en los comicios reclaman que se hicieron trampas con los votos y dem¨¢s... Nosotros boicoteamos las elecciones, por lo que no tenemos nada que ganar o perder con los resultados, pero creemos en el papel de la ley y por eso hemos formado este comit¨¦.
P. ?Por qu¨¦ boicotearon?
R. Porque no cre¨ªamos en estas elecciones. En primer lugar porque la regulaci¨®n electoral obligaba a asumir la Constituci¨®n de 2008 y nosotros no estamos de acuerdo con todos los puntos de esta. En segundo lugar, porque los resultados de las elecciones de 1989 van a ser borrados por decreto. Creo que es un muy mal precedente para cualquier proceso democr¨¢tico borrar unas elecciones si no te gustan los resultados. Y en tercer lugar, porque la regulaci¨®n tambi¨¦n reclamaba la expulsi¨®n de nuestro partido de todos los miembros que son prisioneros pol¨ªticos si quer¨ªamos participar. Y nosotros no vamos a hacer eso. Actualmente todav¨ªa hay m¨¢s de 2.000 presos.
P. Y al final la LND ya no es un partido legal...
R. No creo que sea as¨ª. Hemos recurrido. Las autoridades dicen que no somos un partido legal porque no nos registramos en las ¨²ltimas elecciones, pero s¨ª estamos registrados bajo la ley electoral de 1989. Ellos hicieron una nueva ley electoral, pero no por eso pueden decirnos que tenemos que volver a registrarnos. La ley no se lo permite.
P. ?Qu¨¦ herramientas tiene la LND para articular la lucha pol¨ªtica en este momento?
R. Nuestra fuerza es el apoyo de la gente. Queremos crear una red de personas que trabaje para la democracia. No solo la LND, sino diferentes grupos, partidos, individuos...
P. ?Qu¨¦ fuerza pueden tener desde fuera del Parlamento?
R. La voz de la gente no es solo el Parlamento, se extiende a lo largo del pa¨ªs.
P. ?Piensa que las sanciones econ¨®micas internacionales contra Birmania siguen siendo ¨²tiles?
R. Creo que, de vez en cuando, toca revisar la situaci¨®n. Veremos los efectos en nuestra gente y las repercusiones pol¨ªticas y econ¨®micas.
P. ?Qu¨¦ le pedir¨ªa, pues, a la comunidad internacional?
R. Tenemos que analizar la cuesti¨®n, todav¨ªa no tengo una opini¨®n al respecto. Ser¨ªa como m¨ªnimo irresponsable dar una opini¨®n sin haber estudiado todav¨ªa la situaci¨®n de nuestra gente.
P. Yo en este pa¨ªs he visto pobreza, dificultad para empezar peque?os negocios, falta de inversiones...
R. El Banco Mundial dice que muchos de los problemas econ¨®micos de Birmania se deben a la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno.
P. Se escuchan voces que explican el apoyo de EE UU al movimiento democr¨¢tico birmano por el inter¨¦s de contener la creciente influencia de China.
R. No creo que EE UU base su implicaci¨®n en Birmania en el hecho de contener a los chinos. Ha de haber relaci¨®n entre los pueblos de China y Birmania, somos vecinos. Creo que hay pol¨ªticos norteamericanos que apoyan realmente la causa democr¨¢tica. Y hay otros que piensan que si EE UU no se acerca al actual Gobierno, China ocupar¨¢ posiciones estrat¨¦gicas, especialmente en el ¨¢mbito econ¨®mico. Creo que de ah¨ª sale el argumento. Pero yo no lo apoyo; no nos conviene ni a China ni a Birmania.
P. Pero los chinos explotan este pa¨ªs como quieren: construyen puertos, presas en el r¨ªo Irrawaddy, se llevan la madera, el oro, las gemas, los minerales...
R. Creo que el tema debe analizarse desde varios puntos de vista. No puedes simplemente decir que China se lo est¨¢ llevando todo. Tienen acuerdos con el Gobierno. Lo que hay que hacer es preguntarle al Gobierno birmano por qu¨¦ permiten que nuestros recursos se disipen de esta forma. Ning¨²n otro pa¨ªs tiene las ventajas que se ha dado a los chinos. Ellos simplemente han cogido lo que se les ha ofrecido. Quiz¨¢ otros hubieran hecho lo mismo.
P. ?Ha visto muy cambiado su pa¨ªs tras sus ¨²ltimos siete a?os de arresto?
R. He visto algunos cambios. Uno, por supuesto, la proliferaci¨®n de m¨®viles, c¨¢maras y todos esos aparatos que llev¨¢is. Tambi¨¦n la cantidad de jovenes que nos apoyan. Ahora hay m¨¢s minor¨ªas ¨¦tnicas y gente joven apoy¨¢ndonos que hace siete a?os. Es una muy buena noticia.
P. ?Qu¨¦ tipo de transici¨®n pol¨ªtica desea?
R. Pac¨ªfica, feliz y r¨¢pida.
P. ?Cu¨¢l es la ruta a seguir?
R. Si lo supiera ya tendr¨ªamos una democracia de verdad.
P. ?Qu¨¦ papel juega el Ej¨¦rcito?
R. Muy importante. La clave es hacerles ver algunos puntos tal y como nosotros los vemos y nosotros ver algunos como ellos. Adquirir este compromiso.
P. ?C¨®mo har¨¢ para intentar aunar las diferentes etnias que suponen el 40% de la poblaci¨®n?
R. Entre lo m¨¢s agradable que he percibido desde que he salido del arresto es ver cu¨¢nto m¨¢s unidas est¨¢n las minor¨ªas. Me han dado un tremendo apoyo, que nunca hab¨ªa disfrutado. Creo que las distintas etnias marchan cada vez m¨¢s unidas porque han sufrido unidas. El sufrimiento ayuda a acercar posturas.
P. Dar valor a las diferencias...
R. Por supuesto. Nosotros no intentamos convertirnos en una sola realidad. Lo que queremos es hacer una naci¨®n, una uni¨®n, llena de diferencias, pero disfrutando de ellas. Disfrutando de la diversidad como una riqueza en vez de como un problema.
P. ?Un Estado federal quiz¨¢?
R. S¨ª, federalismo de verdad. Desafortunadamente muy pocas personas en Birmania entienden lo que realmente significa el federalismo. A menudo, la palabra federal es denostada y malinterpretada. Muchos piensan que equivale a separaci¨®n. Esto no es el federalismo, aunque la gente tiene que entender que una federaci¨®n significa que cualquier parte pude irse cuando as¨ª lo sienta. Queda mucho trabajo por hacer y hay que educar a mucha gente.
P. ?Se siente la l¨ªder de la esperanza birmana?
R. No, no creo en la esperanza sin trabajo. Creo que solo puedes tener esperanza cuando has trabajado realmente duro.
P. La gente realmente conf¨ªa en usted. ?Le pesa eso?
R. No, no es pesado. Me ayuda a trabajar todav¨ªa m¨¢s duro.
P. ?C¨®mo van sus energ¨ªas?
R. Con mis prop¨®sitos puedo seguir trabajando largo tiempo.
P. ?Qu¨¦ le ha pedido la gente?
R. Cambio. Y tratar de conseguirlo tan r¨¢pido como sea posible porque muchos piensan que no podemos seguir as¨ª.
P. ?Qu¨¦ piensa cuando la comparan con Nelson Mandela?
R. Oh, s¨ª. Me gustar¨ªa decir que estamos en una situaci¨®n muy distinta de la de Sud¨¢frica, porque all¨ª era una cuesti¨®n de color. Nadie puede estar en contra de eso. Defender que un color es mejor que otro no es aceptable. Por eso el mundo fue un¨¢nime en contra de la discriminaci¨®n en Sud¨¢frica. Lo nuestro no es igual. Algunos pa¨ªses son indulgentes con nuestro r¨¦gimen, no muchos, pero suficientes. Muchos pa¨ªses han preferido ignorar lo que est¨¢ pasando en Birmania, y eso no sucedi¨® en el caso de Sud¨¢frica. Si los problemas con el r¨¦gimen fueran una cuesti¨®n de color, no creo que nos ignorasen. Aqu¨ª somos todos parecidos y es f¨¢cil hacer creer que no hay tantas injusticias como las que hay realmente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.